Francisco X. Salazar S.
En otras ocasiones, me he referido a los graves errores del gobierno de la 4T en temas de salud y seguridad como ocurrencias, tonterías u otros eufemismos. Sin embargo, hoy uso la palabra estupidez porque no encuentro otra más apropiada que sea adecuada para publicar.
¿Cuántas vidas han costado las estupideces de los responsables de la salud en México? ¿Cuántos niños con cáncer murieron porque no tuvieron los medicamentos que el gobierno debería haber entregado? ¿Cuántos mexicanos murieron por el mal manejo de la pandemia? ¿Cuántos por las más de 20 millones de recetas no surtidas? ¿Cuántos por la sobresaturación de hospitales y clínicas? ¿Cuántos por la falta de vacunas?
El pasado miércoles, los diputados de Morena, sin siquiera haber leído lo que les envió el presidente López a través de su verdadero coordinador, Adán Augusto López, aprobaron la desaparición del Insabi–engendro con el que López pretendió sustituir al Seguro Popular– junto con otras 18 instituciones u organismos. Esta desaparición evidencia el fracaso de la estupidez de preferir “90% de lealtad y 10% de capacidad” al elegir a los funcionarios. Amigos, paisanos, compañeros o socios que sean leales, no al gobierno ni a México, sino al presidente López, aunque no tengan la más mínima experiencia o capacidad en temas tan delicados y sensibles como la salud de los mexicanos.
En un excelente artículo, Jorge Fernández Meléndez compara al fundador del Seguro Popular, Julio Frenk Mora, con el Director del Insabi, Juan Antonio Ferrer. Frenk, médico cirujano, científico reconocido mundialmente, con amplia experiencia en la enseñanza, administración y ejercicio de la salud; en contraste con Ferrer, cuya única experiencia fue como administrador de sitios arqueológicos en Palenque, Tabasco, cerca de uno de los ranchos del presidente López. El Seguro Popular de Frenk logró llevar atención en salud a 57 millones de mexicanos marginados. El Insabi de Ferrer dejó sin servicios de salud a 15.6 millones que ya estaban en el Seguro Popular. Ferrer desapareció los $100,000 millones de pesos que ya había acumulado el Seguro Popular y también los $400,000 millones de pesos que le entregaron, y solo ellos saben dónde quedaron. Ferrer dejó de pagar $3,000 millones de pesos a las farmacéuticas y proveedores, y también les quitó a los Estados que se dejaron el presupuesto estatal de salud.
La cereza de la estupidez es que, por decreto, le pasan el problema al IMSS como si este fuera propiedad del gobierno, cuando el IMSS recibe dinero de los trabajadores y de los empleadores, no solo del gobierno. La realidad es que apenas puede proporcionar un servicio –deficiente– a los 71,600,000 derechohabientes, y ahora tendrá que cargar además con otros 12,000,000 del Insabi y con el pasivo laboral de sus trabajadores.
Y esta es la cuenta solo en el tema de la salud, pero habría que hablar también de las vidas que están costando las estupideces en otros temas como la seguridad –“abrazos, no balazos –; los migrantes mexicanos y extranjeros que están en manos del intocable Garduño; las víctimas del crimen organizado –“también son seres humanos”–; de los desastres naturales mal atendidos como la inundación en Tula y los terremotos; la caída de la línea 12 del Metro; y muchas otras más…
¿Cuántas vidas de mexicanos ha costado la estupidez de la lealtad al presidente, aunque no sepan ni un poco del tema que les asigna? Tarde o temprano tendremos una idea de cuántas vidas ha costado el gobierno de la 4T, pero nos tomará tiempo porque al presidente no le gusta rendir cuentas ni dar información. Por eso quiere desaparecer el INAI y destazar al INE.
Potosinos Enchilados
- Circula en las redes un meme que, en resumidas cuentas, pide que al Presidente López lo atiendan los médicos mejor pagados de México –los médicos cubanos–; que dirija el equipo médico el más alabado por el presidente –López-Gatell–; y que lo atiendan en las clínicas, como las de Dinamarca, del desaparecido Insabi.
- El “váguido” del presidente López, que según sus colaboradores Adán Augusto, Jesús Ramírez y el Dr. Alcocer era un leve COVID, se volvió tendencia en las redes. Todo lo demás pasó a segundo, tercer o cuarto término, o desapareció del panorama. En este país nada hay más importante.
- El miércoles pasado faltó Muñoz Ledo en la Cámara de Diputados para que les hiciera un recordatorio de que esas no son maneras de legislar. Pero en lenguaje coloquial, que es como entienden.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Ingeniero Químico, maestro en Administración y doctor en Educación. Empresario. En 2005 ocupó el cargo de Secretario del Trabajo y Previsión Social a nivel Federal. Fue dos veces diputado federal y senador, y una vez diputado local. Ha sido catedrático por más de 25 años en universidades públicas y privadas. Miembro del Partido Acción Nacional de 1975 hasta abril de 2022. Ha sido consejero de Canacintra, Industriales Potosinos, Unión Social de Empresarios de México y de Coparmex. Ocupó el cargo de secretario general en el Sindicato de Académicos de la UASLP. Actualmente es presidente del Instituto de Política Laboral A.C.