Estela Ambriz Delgado
Dentro del modelo económico capitalista, es posible implementar proyectos de Economía social y solidaria, donde se priorice al ser humano y la conservación de un medio ambiente sano, a fin de terminar con la desigualdad estructural de los recursos, que a nivel macro ha representado que los bienes naturales de los países del tercer mundo sean productos para países desarrollados.
En su conferencia “Economía social solidaria en la Sierra de San Miguelito”, el Doctor Luis David Cruz del Instituto Potosino de Investigación, Ciencia y Tecnología (IPICyT) expuso las características de una economía que busca experimentar con otras formas de organización, producción, distribución y consumo, a fin de dar lugar a cambios sociales graduales, así como las propuestas en las que se ha fomentado su implementación.
Indicó que la economía social y solidaria es un proyecto alternativo al capitalismo, que quiere reorganizar las relaciones sociales con las que se produce, priorizando la satisfacción de necesidades para la producción de la vida y no para la acumulación del capital.
“Queremos construir espacios no capitalistas dentro del mismo capitalismo, es decir, iniciativas que dentro del sistema faciliten y den credibilidad a otras formas de organización económica”, comentó.
Asimismo, el investigador explicó que este modelo busca el bienestar de toda la población y no sólo para unos cuantos, además de generar un desarrollo sustentable, es decir, que el hecho de producir no implique que se haga en detrimento del ser humano y del medio ambiente. Trata de poner al trabajo y a las personas en el centro del sistema económico, pues en el sistema capitalista lo que menos importa es el trabajador.
Los principios de la economía social y solidaria están basados en la equidad, trabajo, sostenibilidad ambiental, cooperación, así como un compromiso con el entorno por encima de fines lucrativos; rechaza la desigualdad estructural de los recursos.
“Hay un mundo asimétrico, donde unos países se subordinan a otros y nuestros bienes naturales pasan a ser los productos de los países del primer mundo. Ese desarrollo hay que evitarlo”.
Las propuestas que existen para fomentar la Economía social solidaria
Entre las propuestas para implementación del modelo económico está el programa del Gobierno Federal Sembrando Vida, el cual –desde sus reglas operativas– busca mejorar la calidad de vida de la comunidad, proporcionando asistencia y acompañamiento a las personas campesinas.
Como parte de las figuras de economía social y solidaria, Luis David Cruz también indicó que se ha evitado la cadena de intermediarios. Se llevan a cabo tianguis campesinos, en los que se ofrece el producto directo a las familias, aunque falta que se hagan más continuamente. También se ha trabajado con el trueque a través del intercambio de bienes, productos, semillas, e inclusive intercambio de saberes. También destaca el Banco de Tiempo o “mano vuelta”, que consiste en un mecanismo de intercambio de tiempo y servicios.
Reconoció que, si bien estos proyectos no han alcanzado el éxito que se buscaba, si han surgido algunas inquietudes por formar asociaciones cooperativas. Un ejemplo de ello son la producción de café en el municipio de Xilitla y el desarrollo de productos con sábila en Santa Catarina.
Asimismo, el investigador hizo mención de que el IPICyT ha buscado implementar la Economía social y solidaria a través de su proyecto de observatorios participativos socioecológicos de zonas áridas. Gracias al esfuerzo de la gente se ha logrado el suministro de agua a través de pozos, los cuales son utilizados por diferentes comunidades durante determinado tiempo.
De igual forma, dijo el IPICyT ha dado asesorías para producir cooperativas con caprino cultores del Altiplano Potosino, y han fomentado las empresas sociales, un innovador modelo de empresa que busca la resolución de un problema social y a su vez obtener beneficios, fomentar el empleo y tener consecuencias positivas para la sociedad.
