Antonio González Vázquez
En 2023, 20.3 por ciento de la población potosina de 12 años y más usuaria de Internet vivió alguna situación de acoso cibernético, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Esa institución del Estado Mexicano publicó resultados del Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) 2023, del que se desprende que el estado de Durango fue la entidad con mayor prevalencia de ese delito, con 28.8 por ciento.
En contraste, el estado con menor prevalencia fue Guerrero, con 17.4 por ciento.
Según el documento, San Luis Potosí se ubicó por debajo de la media nacional instalada en
20.9 por ciento.
Durante los últimos tres años, en la entidad no se modificaron significativamente los casos de ciberacoso: en 2021 fue de 20.9, aunque en 2022 disminuyó a 20.0 y para 2023 volvió a crecer de manera marginal, para situarse en 20.3 por ciento.
Para el MOCIBA se trata de variaciones poco significativas por lo que la estadística incluye a San Luis Potosí entre las entidades sin cambio en la prevalencia del Ciberacoso.
Precisa que, durante el año anterior, el 82.4 por ciento de la población de 12 años y más utilizó Internet. El tiempo de uso diario de Internet de personas que sufrieron ciberacoso en San Luis Potosí fue de 5.2 horas.
De 2022 a 2023, de las personas víctimas de ciberacoso, 19.3 por ciento correspondió a hombres y 21.2 por ciento contra mujeres.
Las principales situaciones de ciberacoso son: contacto mediante identidades falsas, mensajes ofensivos, llamadas ofensivas, provocaciones para reaccionar de manera negativa, recibir contenido sexual, suplantación de identidad, insinuaciones o propuestas sexuales, críticas por apariencia social entre otras.
El informe resalta que entre la población de 12 a 17 años de edad que sufrió ciberacoso durante el último año fueron agredidas por personas de su mismo grupo de edad.
Los medios digitales en los que se efectuó ciberacoso los encabezaron WhatsApp, Facebook, llamadas de teléfono celular, Messenger, Instagram, correo electrónico personal, llamadas de teléfono fijo, SMS y X (antes Twitter). En menor medidas, YouTube, TikTok, Telegram y correo institucional.
Los principales efectos sobre la víctima en orden de relevancia son: enojo, desconfianza,
inseguridad, estrés, miedo, frustración, nervios, problemas con familiares y amigos, así como daño a la imagen.