Fernanda Durán
“No se va a caer, lo vamos a tirar”, una frase que cobra mayor sentido hoy 8 de marzo en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, para quienes se encuentran en la lucha; algunas trabajando desde sus contextos, realidades y labores cotidianas, que podrían pasar desapercibidas, pero que son un agente de cambio desde sus trincheras.
Hay activistas que señalan que la búsqueda de una vida libre de violencia o el reconocimiento de las mujeres son una labor diaria y se reclama desde las distintas ocupaciones, ejemplo de ello, es el caso de Valeria, Perla y Enya, quienes deciden apoyar el movimiento desde las redes sociales, pues cada una tiene derecho a nombrar y representar su lucha.
Valeria Martínez, estudiante de psicología y Enya García, chef, son mujeres que desde sus experiencias decidieron no formar parte de las marchas, por temor o desconfianza a represalias ejercidas por las autoridades debido a las protestas y las formas de exigir los derechos por parte del resto de manifestantes.
“La otra vez sí me persiguió la policía y yo no hice nada entonces no quisiera que se repitiera eso (…) Hay otras maneras, fuera de marchar para exigir los derechos como muchas chavas lo están haciendo hoy en día, hablando en sus redes. Siento que lo que hoy más mueve son las redes porque ahí está toda la gente conectada si existiera ese pacifismo pues otra cosa sería”, expresó Valeria.
No obstante, existen otros factores que no permiten a las mujeres acudir a las manifestaciones, como lo es su empleo, pues, de acuerdo con el Instituto Nacional De Estadística Y Geografía (Inegi) en México durante 2022, se registró que 46 de cada 100 mujeres de 15 años y más fueron económicamente activas, porcentaje que aumentó durante la pandemia.
Perla, encargada de recursos humanos en una empresa constructora aseguró que ella no puede acudir a las marchas debido a sus horarios de trabajo, pero intenta acudir a eventos que aportan o apoyan al movimiento, incluso su batalla la realiza a través de publicaciones en redes sociales.
Mientras que amas de casa como Benita, María Eugenia y Azucena Tenorio no acuden a las marchas porque no son invitadas o no están de acuerdo con las maneras de visibilizar la lucha, sin embargo, todas coinciden en la necesidad de manifestarse para exigir el respeto a los derechos de las mujeres y por aquellas que ya no están.
“Yo creo que por eso se hacen estas marchas, por tantas jovencitas que están perdidas y que uno no sabe ni quién se las llevo (…) pero tenemos que seguir apoyando en lo que se pueda, por eso está bien que se hagan las marchas, por todas las chavas”.
“Las marchas están bien, si me invitaran yo iría con todo gusto. Lo que no me gusta es el desastre que se forma en las marchas, no sé si se deba a que alguien meta cizaña para que se hagan este tipo de destrozos, pero siento que una marcha por las mujeres está súper bien, necesitamos que nos respeten más que nada”.
A pesar de la difusión de información y la organización de las marchas, aún existe desconocimiento del tema, sobre el actuar de algunas manifestantes, pero sin importar las barreras o los desacuerdos cada mujer apoya la lucha desde sus contextos.
