Abelardo Medellín Pérez
Si los potosinos ya pensábamos que era triste que el Gobierno del Estado de San Luis Potosí presumiera el trabajo ordinario del gobernador Ricardo Gallardo como una historia de triunfos simplones, no queda duda que la pena ajena se acumula y crece cuando nos damos cuenta de lo mucho que ha gastado la administración en promocionar acciones y eventos que nadie les pidió y que nada aportan a la vida pública de la entidad.
De lo primero no hay duda ni sorpresas. Al gobernador potosino le gusta celebrar con bombo y platillo los protocolos y obligaciones más básicos de su trabajo como si fueran legendarias conquistas.
Le gusta ensalsar la entrega obligada de recursos a los municipios, presumir como una victoria la presentación del la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos, enaltecer la más miserable adhesión a su ya depauperado gabinete y presumir con exceso de personalismo y mal gusto cada obra de infraestructura.
Hay quienes por defender lo indefendible, afirman que la jactancia de Gallardo Cardona es un ejercicio de comunicación, transparencia e informativo; pero lo que usualmente se deja ver en todo tipo de propaganda Gallardista es el invasivo discurso de que él, y solo él, es el responsable de estas acciones, sugiriendo que si él faltara ninguna acción de gobierno sería realizable.
Pasando por alto el hecho de que un gobernador por supuesto que es remplazable (sobre todo el nuestro), lo que llama la atención del actual mandatario es su fijación por presumir igualmente su trabajo y sus ocurrencias.
El pino más alto de México mereció inversión publica para su compra y también para su promoción; la Feria gratuita sirvió de escaparate personal, pero se realizó con el dinero y trabajadores de las dependencias; regalar boletos para el concierto de un artista que recién se había presentado en San Luis Potosí ocupó el tiempo de los operadores políticos encargados de diseminar programas sociales; y el podcast menos extrañado del país (El Pollocast), claramente fue armado y producido con recursos de las arcas estatales.
Si algo ha sobrado en el sexenio son innecesarios proyectos populistas, y a estos nunca les ha faltado su respectiva serie de insufribles boletines difundidos por la Dirección de Comunicación Social del gobierno estatal.
Justo por esto no sorprende que el anuncio de las mil posadas que pretende realizar el Gobierno Estatal, se mantenga en la mente del gobernador como el siguiente gran evento a realizar y a presumir.
En este espacio ya habíamos denunciado lo ilógico de la propuesta de realizar mil posadas navideñas durante el mes de diciembre en los municipios potosinos, sin embargo, el gobernador ha aumentado la bara.
Gallardo Cardona reveló esta semana dos nuevos extremos de su propuesta de Navidad Oficial: las mil posadas se realizarán en tan solo 17 días (del 7 al 23 de diciembre) y en estas posadas deberán participar cada una de las 43 dependencias del gobierno.
Para alcanzar la cifra anunciada se deberán realizar al menos 59 posadas diarias; cantidad que empata con el número de municipios del estado.
Con esto en mente, el Gobierno prácticamente pretende realizar posadas diarias en todos los municipios de la entidad y de ellas se encargarán las dependencias del estado.
Si dividimos el número de posadas entre las 43 dependencias, hablaríamos de que cada una deberá realizar entre 23 y 24 posadas de la totalidad que serán celebradas.
En este espacio no dudamos que la intención del gobernador sea utilizar los recursos de fin de año para ganar nuevas huestes, sin embargo, son quienes organizan lo que debería ponernos en alerta.
Seamos claros: el gobernador no convoca a sus dependencias, porque tenga gente comprometida o quiera infundir el espíritu navideño en sus trabajadores. Xantolo, Fenapo, el Nacional Charro, posadas de años anteriores y otros eventos que nacen de la mente del gobernador, suelen convocar a las dependencias a su cargo con el único interés de drenas sus recursos.
La Secretaría de Cultura pagó parte de los artistas de la primera edición de la Fenapo, el Sistema Educativo Estatal Regular suele colaborar con recursos humanos para la realización del Xantolo, el Instituto Potosino del Deporte pagó 7 millones de pesos solo este año para el Congreso Nacional Charro; ejemplos sobran, las secretarías y direcciones en el gran plan del gobernador no sirven a la gente, sino a las ocurrencias que inflan su ego.
Si el desfondar las finanzas de estás dependencias no es suficiente razón para cuestionar y señalar lo absurdo de las mil posadas, cabe recordar que ese dinero no es un fondo perdido que entregamos al gobierno para que lo ejerza al contentillo de un imaginativo gobernador, sino para que lo administre y destine a prioridades reales del sector público.
De acuerdo con la proyección que estimamos en este ediciones pasadas de esta columna, el chistesito de las mil posadas podría costar 120 millones de pesos; ese dinero hoy sabemos de dónde vendrá: de las secretarías y direcciones del estado.
Si se reparte equitativamente el gasto, cada dependencia deberá poner 2.7 millones de pesos para cumplirle al padrino.
2.7 millones de pesos menos en la SEGE, que acumula una deuda histórica al Foncasol y con los familiares de maestros fallecidos; 2.7 millones menos a la Comisión Estatal de Búsqueda, mientras los casos se acumulan; 2.7 millones de pesos menos a la SEDARH, que cada año jinetea por meses el sueldo de los trabajadores de casetas sanitarias, encargados de evitar brotes de enfermedades por contagio en animales.
¿Y si no viene de ellos? Entonces podemos suponer lo peor; porque si los recursos no los pusieron las dependencias del estado, ya todos sabemos de dónde vienen. Vienen de la deuda que el Gobierno tiene con la UASLP, del recurso que le negó en sus momento al Ceepac, de los impagos a pensiones (que ventiló la ASF).
Ya lo dijimos y lo reiteramos, las ocurrencias no van a faltar en este gobierno, sin embargo, lo que nos falta es una voz sensata que frene efectivamente las ideas de palacio y obligue a que el espectáculo y la farsa se queden dónde pertenecen, en el circo y el teatro.
No tenemos gobernantes prudentes ni tampoco oposiciones útiles, mucho menos medios para hacerles ver sus defectos… pero al menos tendremos posadas diario.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.