Ciudad de México (29 de junio de 2016).- El alcoholismo daña la materia blanca en todo el cerebro y este daño puede detectarse con escáneres cerebrales, según los investigadores.
Beber mucho podría producir daños especialmente a la materia blanca de las áreas frontales del cerebro, lo que interfiere con el control del impulso necesario para dejar de beber, según el estudio.
Los hallazgos aparecen en la edición en línea de diciembre de la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research.
Los investigadores usaron escáneres de resonancia magnética estructural de alta resolución para comparar los cerebros de 20 personas que bebían de poco y de 31 alcohólicos abstemios que bebieron durante un promedio de 25 años y que habían estado sobrios durante unos 5 años.
“En nuestro estudio hubo dos hallazgos clave”, dijo en un comunicado de prensa de la revista Catherine Brawn Fortier, neuropsicóloga en el Sistema de Atención de Salud de la VA de Boston y profesora asistente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
“En primer lugar, los ex alcohólicos mostraron reducciones en las vías de la materia blanca a lo largo de todo el cerebro en comparación con las personas sanas que bebían poco. Esto significa que las vías que permiten comunicarse de forma eficiente y efectiva a las diferentes partes del cerebro quedan afectadas por el alcoholismo”, explicó.
En segundo lugar, “cuanto más se bebe, mayor es el daño producido en estructuras clave del cerebro, como, en particular, el giro frontal inferior”, señaló Fortier. “Esta parte del cerebro media en el control inhibidor y la toma de decisiones, de modo que, por desgracia, parece que algunas de las áreas del cerebro más afectadas por el alcohol son importantes para el autocontrol y el juicio, las mismas cosas que se requieren para recuperarse del mal uso del alcohol”, añadió.
Terence Keane, profesor de psiquiatría y psicología, además de decano asistente de investigación en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, señaló que “las implicaciones para el día a día de este estudio son claras: la abstinencia y el hecho de beber de forma ligera llevan a una salud mejor y a un mejor funcionamiento cerebral que beber mucho”.
Keane explicó en el comunicado de prensa que “el alcoholismo conduce a muchos cambios cerebrales y a una disfunción que reduce la habilidad de una persona de funcionar y de curarse”.
Y, añadió, “cuanto más tiempo se hace un mal uso del alcohol más probabilidades se tienen de que el daño sea permanente. De modo que si usted o alguien que usted conoce necesita ayuda para beber menos, háganlo ahora”.
Fuente: Hoy Verde.