Arely Torres-Miranda
En 1969, Carol Hanisch, integrante del grupo New York Radical Women, redactó un artículo que contenía la frase “lo personal es político” haciendo referencia a la vital importancia de la problemática que enfrentamos las mujeres y no solamente analizarlo como un tema personal, haciendo un llamado a la organización colectiva como un camino, un método para erradicar la dominación patriarcal. Ella rechazó la autoría de dicha frase, por lo cual se ha atribuido a millones de mujeres en conversaciones públicas y privadas como reflejo de la colectividad de lo dicho.
Fue en 1970 que la feminista Kate Millett documentó en su libro “Política sexual” la urgente necesidad de analizar desde la psicología y la filosofía la realidad de que aquellas relaciones de poder influyen mucho más allá de los límites marcados por la política tradicional. Ella propuso “demostrar que el sexo es una categoría social impregnada de política”, esto es que la política no solo es ese espacio reducido desde lo electoral, desde los partidos políticos o los cargos públicos que se ejercen la mayoría de las veces detrás de un escritorio, sin la capacidad necesaria y obedeciendo a intereses personales y no colectivos, sino que también definió el terreno de lo privado es decir; la familia, la reproducción, la sexualidad, la violencia contras las mujeres, como núcleo de la subordinación de nosotras las mujeres, alejándose de los postulados de la izquierda marxista, que supeditaba la igualdad entre las mujeres y los varones a la desaparición de la dominación de clase, porque sí, mis queridos machos marxistas de izquierda, la clase también está atravesada por el género.
Como cada año, marzo marca en la agenda de la política pública un alto obligatorio en torno al día 8, el mundialmente conocido como “día internacional de las mujeres” y entonces, como comenté en este espacio en la colaboración anterior, las instituciones se apuran para poder armar eventos que van desde conferencias, hasta talleres sin ningún sentido.
Para muestra, tenemos algunos de los eventos que nos han preparado “para las mujeres” en este 8 de marzo de 2023:
- El Instituto de las Mujeres del Estado de San Luis Potosí preparó una gran cantidad de acciones, aplaudo que se haya descentralizado y que hayan preparado en diversos municipios actividades diversas, unas son excelente opción pero otras, francamente rayan en el ridículo, por ejemplo: organizaron carrera deportiva… ¿cómo pooooor? ¿Será como para que agarremos práctica al salir corriendo ante una agresión? NUNCA he entendido eso de organizar carreras, PEOR aún si es en tacones como ha sucedido en otros estados y municipios del país, por lo menos, acá no llegan a tanta ignorancia. Pero también otra cosa que me hizo sentir que el ovario se me retorcía fue el encontrarme con una cosa que creo que es un “zumbatón” (lo que sea que signifique) en el municipio de Ébano, y dos talleres de clase de zumba en Cerritos, esto también acompañado de un taller de manualidades en Huehuetlán y un montón de conferencias y pláticas, algunas con desayuno incluido.
- El municipio de San Luis Potosí organizó una serie de conferencias, trajo a mujeres como Rosario Marín, Fernanda Familiar (que en el promocional nos daba lecciones de cómo ser buenas feministas y que no se trata de odiar hombres), Denise Dresser y Yalitza Aparicio… ¡vayan las diosas a saber cuánto costó organizar todo eso! Porque les tengo un chisme, para la conferencia de Rosario Marín, que se realizó el sábado 4, previo al evento público, hubo un desayuno petite comité donde la invitación fue directa y por WhatsApp para un círculo específico de las mujeres, no ahí no se trabajó para todas. Lo que sí voy a reconocer es el trabajo de la titular de la Instancia Municipal de las Mujeres, Guadalupe Almaguer, quiEn logró la coordinación de todas las direcciones municipales y se realizarA el pacto por las mujeres en la capital, lo que dicho sea de paso, ella ya ha logrado a través de la brigada violeta. Caminar el municipio con su equipo y acercar los servicios a las mujeres en San Luis, realmente se le agradece profundamente no hacer política desde el escritorio y eso, miren que es novedad en el municipio.
Desconozco cómo estos eventos, conferencias y clases de zumba podrán abonar a la construcción de una política pública con perspectiva de género, porque pareciera que se les olvida que no es un tema de un día, que el 8 de marzo no es la ocasión ideal para sacarse selfies en medio de las multitudes de mujeres y utilizar esas fotografías en informes de resultados que están llenos de paja y que demuestran que el dinero se desperdicia en acciones vacías que van directamente al ego y al utilitarismo político del funcionariado según los tiempos políticos lo marquen.
Se ha despolitizado el 8 de marzo de tal manera, que ni siquiera se nombra que el 8 de marzo es el Día Internacional DE LA MUJER TRABAJADORA, porque claro, es mucho más fácil entregar un reconocimiento a una mujer cuidadora que realmente, a través de la Secretaría del Trabajo, echarme un clavado a las condiciones laborales que tienen las mujeres que día a día se cargan en hombros una doble o hasta triple jornada haciendo maromas y desgastando su salud física y mental debido a que no se ha logrado una conciliación entre vida laboral y vida familiar y esto sin hablar de la brecha salarial que persiste aún en pleno 2023.
Es obvio que también prefieren salir a dar discursos políticamente correctos, escudándose en la falacia de que el Sistema Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las mujeres no tiene facultades para sancionar, que sustituir a un Secretario que ha sido reincidente en violentar a mujeres en un cargo público, pensando que enviándolo a un curso me van a creer que tomo cartas en el asunto y abonamos a la simulación. Sí, me refiero al INCREÍBLEMENTE AÚN secretario de comunicaciones y transportes, Leonel Serrato.
También es mucho más fácil iluminar edificios de morado que asignar presupuesto que permita ofrecer salarios dignos y fortalezca a la recién creada Fiscalía Especializada en Feminicidios para poder garantizar el acceso a justicia de manera digna y no revictimizar a las familias de las mujeres asesinadas debido a la falta de una política pública eficiente en materia de prevención de la violencia.
Es por eso que en este 8 de marzo, me gustaría poner sobre la mesa, que aunque pudiera parecer personal la decisión de asistir a los eventos organizados desde las instituciones que nos violentan, no garantizan nuestros derechos y que nos utilizan para legitimarse cual campaña de publicidad, también es un acto político.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es abogada, comunicóloga y activista por los Derechos Humanos y género. Es fundadora y coordinadora del Observatorio de Violencia Feminicida en SLP. Fue consejera social del Instituto Nacional de las Mujeres (2012-2018). Tiene estudios en política pública con perspectiva de género por FLACSO y CEPAL. Es asesora y capacitadora en Derechos Humanos, feminismo y género. También ha sido asesora y promovente de iniciativas y reformas de ley coadyuvando a la armonización legislativa con perspectiva de género, feminismo y derechos humanos.