¿El “bloque” avanza?

“Al diputado Romero Calzada le digo que ningún libro de historia tiene o tendrá jamás a un político en calzones imitando a un simio”, le dijo en 2017 el diputado Óscar Vera Fabregat a su entonces compañero en el Congreso del Estado, José Luis Romero Calzada, luego de que se difundieran fotografías de éste tras realizar un viaje a Alaska.

Por increíble que parezca –y al menos en el libro de su propia historia- el “Tekmol”, como también se le conoce a Romero Calzada, escribirá un nuevo capítulo al convertirse en el candidato a la gubernatura del estado bajo las siglas de Redes Sociales Progresistas (RSP) el partido político fundado por José Fernando González Sánchez, yerno y operador político de Elba Esther Gordillo.

Quizá por escandaloso a los dirigentes de Redes Sociales Progresistas les pareció buena idea aceptar a Romero Calzada como su candidato sin considerar sus antecedentes o tal vez forma parte de una estrategia para beneficiar a otro u otra aspirante.

No debe olvidarse que entre José Luis Romero Calzada y el ex mandamás del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Manuel Barrera Guillén, existe una gran amistad y, pese a que éste último fue desplazado de su trono como líder de los tucanes por el ave de corral y sus pollitos, hace apenas unos meses Barrera Guillen y el “Tekmol” aseguraron que estaban conformando un “bloque” para acompañar al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en la elección y ganar la gubernatura.

Desde entonces, Barrera Guillén se ha desempeñado como secretario de Acción Electoral del PVEM a nivel nacional, partido que tendrá como candidato a la gubernatura a Gallardo Cardona y que tiene una alianza con Morena para postular candidatos comunes a diputados federales en cinco de los siete distritos electorales. ¿Serán Romero y RSP parte del “bloque” de facto?

Si bien en la elección del 2018 José Luis Romero Calzada se enemistó y enfrentó a los Gallardo hasta lograr que el candidato Andrés Manuel López Obrador los calificara como “mafiosillos”, en su pasado existen más encuentros que desencuentros. Uno de ellos, precisamente, el famoso viaje a Alaska.

Siendo diputado en el periodo (2015-2018), Romero Calzada viajó a Alaska acompañado por el también legislador Jorge Luis Díaz Salinas. Primero, Díaz Salinas dijo que el paseo por Alaska tenía como objetivo generar oportunidades laborales para migrantes potosinos; luego, Romero Calzada aseguró que fue su esposa quien le pagó el viaje.

La contratación del paquete turístico se dio en medio de la polémica que generó la intención del entonces alcalde de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Juárez, de que el Congreso del Estado le autorizara una modificación al contrato firmado con la empresa Panavi para la instalación de luminarias que elevaba el costo en más de 200 millones de pesos, lo que suponía un gasto de más de mil 500 millones de pesos para el municipio.

En ese momento, las distintas versiones ofrecidas por los protagonistas del viaje y la presión que ejercían tanto la empresa como Gallardo y su grupo para obtener una votación favorable, hicieron suponer que se trató de un pago de favores que, finalmente, se perdió gracias a las protestas ciudadanas.

Otro episodio en el que Romero Calzada entró al rescate de la gallardía sucedió en 2016, cuando, de acuerdo con una fuente, intervino junto al diputado gallardista, José Guadalupe Torres y Manuel Barrera Guillén para que la Auditoría Superior del Estado (ASE) eliminara observaciones por más de 33 millones de pesos que incluían parte de la compra de medicamentos realizada por la administración de Gallardo Juárez a la fantasmal Sandra Sánchez Ruiz.

En marzo del año pasado, Romero Calzada fue vinculado a proceso por el presunto desvío de recursos mediante la falsificación de firmas de beneficiarios y la simulación de entrega de apoyos sociales.

La lista de señalamientos y escenas de todo tipo protagonizadas por Romero Calzada sigue, lo importante es que pronto se sabrá cuál es la intención detrás de la candidatura del “Tekmol”, pero que nadie se sorprenda si con declaraciones estridentes o con algún nuevo ridículo (como otro baile con un burro) concentra toda la atención mediática cuando algún candidato o candidata de otro partido esté en aprietos. Al tiempo…

Skip to content