El caso Madeleine aún es un misterio

AFP y DPA

Diez años después de la desaparición de la niña británica Madeleine  McCann, la pequeña localidad turística de Praia da Luz, en el sur de Portugal, intenta borrar los estigmas de un caso que dio la vuelta al mundo, mientras que sus padres no pierden la esperanza de encontrarla.

Una década pasó, se realizaron cientos de interrogatorios y allanamientos, pero no se pudo revelar si se trató de un secuestro, muerte accidental u homicidio.

La última gran búsqueda la realizaron autoridades británicas y portuguesas en junio de 2014, justo al inicio de la temporada de vacaciones. Unos 40 funcionarios avanzaron con perros rastreadores, radares, topadoras y palas, pero sin éxito.

Mark Rowley, director de investigaciones especiales en Scotland Yard, dijo esta semana que no se podía descartar que la menor aún siga con vida. Por eso, añadió, se sigue investigando en colaboración con Portugal.

Al parecer, la investigación británica del caso costó más de 13 millones de euros. En marzo, el Ministerio del Interior en Londres aprobó dinero para otros seis meses.

Los padres de Madeleine, Kate y Gerry, que en un momento fueron sospechosos para las autoridades portuguesas, están convencidos de que su hija fue secuestrada y sigue viva, y lo reiteraron en una entrevista con la BBC el domingo pasado.

En tanto, algunos de los habitantes de Praia da Luz aseguran estar cansados de esa historia. “La imagen de este bello lugar está manchada por este caso, es totalmente injusto”, dijo Ron Clark, un exmilitar inglés de 68 años.

Las persianas del departamento 5 A del complejo hotelero Ocean Club están cerradas. Es desde una de esas habitaciones que desapareció el 3 de mayo de 2007 Madeleine, de casi 4 años. Sus padres cenaban esa noche en un restaurante con amigos.

En las calles empedradas de Praia da Luz ya no se ve ninguna foto de la niña rubia.

El único rastro visible que queda del caso es la inscripción “STOP McCann circus” (Basta al circo McCann) pintada con una plantilla en carteles viales, reflejo del hastío de los habitantes.

Los pro-McCann son cada vez menos en esta localidad turística de Algarve, que se convirtió en un pequeño paraíso para los británicos, que suman dos tercios de sus tres mil 500 habitantes.

La desaparición de Madeleine ahuyentó la llegada de turistas, en particular aquellos con niños menores.

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