Jaime Nava
La idea está en el aire. Aunque aparentemente había dicho que no, hace unos días el imitador de Andrés Manuel López Obrador planteó la posibilidad de enviar una iniciativa similar a la del presidente para eliminar los organismos autónomos porque, a su juicio, “no tienen razón de ser” y no se ha verificado que cumplan con sus funciones.
La declaración, -con intenciones reales o no-, ya perturba el sueño de los integrantes de la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP) quienes, a pesar de llevar años desempeñando un papel ornamental, creen -y públicamente se atreven a repetir- que sin ellos la transparencia en el estado estaría sujeta a los caprichos de los políticos en turno.
Con motivo de la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de desaparecer al Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) y otros organismos autónomos, en una entrevista que dio para el programa Pulso al Aire, David Enrique Menchaca Zúñiga, comisionado presidente de la CEGAIP dijo: “imagínense que hoy por hoy le preguntamos a cualquier autoridad federal, local o municipal en qué se gasta su dinero y va a quedar a expensas de una discrecionalidad de la autoridad dártela o no sin que nadie pueda verificar si se dio o no”.
Se vale reír, no importa que el chiste del comisionado no fuera intencional sino mero humor involuntario. Queda claro que el presidente de la CEGAIP no ha presentado muchas solicitudes de información en su vida o, al menos, no lo ha hecho al gobierno, ayuntamientos e instituciones del estado.
También, dejó ver que no lee a los medios de comunicación, ni siquiera cuando se abordan temas relacionados con la transparencia en el estado, la que se supone que “garantiza” el organismo que preside y tampoco explora, revisa o consulta la Plataforma Estatal de Transparencia.
Lo que el presidente de la CEGAIP pide “imaginar” es lo que ocurre todos los días en el estado; Astrolabio Diario Digital ha documentado numerosas violaciones a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, respuestas incompletas o en blanco a solicitudes de información, y casos donde la indolencia y complicidad de la CEGAIP han dejado a la ciudadanía a merced de la discrecionalidad de las autoridades.
Nadie puede negar que tanto el INAI como la CEGAIP son fundamentales para la salud democrática al permitir la participación ciudadana mediante la fiscalización y control del gasto público. Sin embargo, lejos de asumir un papel proactivo a favor de la transparencia en el estado, personajes como Menchaca Zúñiga los han vuelto ineficientes, ineficaces e indefendibles.
¿Cuántos años lleva Soledad de Graciano Sánchez ocultando sus egresos? ¿Cuántos años llevan publicando el mismo formato? ¿Cuántas adjudicaciones directas permanecen ocultas? ¿Cuánta información le falta a la Plataforma Estatal de Transparencia? ¿Cuánto tarda la CEGAIP en resolver una queja? ¿Un año? ¿dos? De todas las obras anunciadas y ejecutadas por el Gobierno del Estado, ¿cuántos contratos están publicados y disponibles para ser consultados por la ciudadanía? ¿La mitad? ¿Menos?
¿Quién es el proveedor elegido para surtir los chips que la administración estatal entrega a jóvenes? ¿Cuánto le están costando a los potosinos? No se sabe, la información no ha sido transparentada y la CEGAIP, no ha querido ni querrá darse por enterada.
Por eso es probable que, si se materializa una propuesta para formalizar su desaparición, nadie saldrá en su defensa.
A los comisionados les vendría bien asumir el papel de usuarios y presentar varias solicitudes de información, padecer los silencios de las autoridades, las respuestas en blanco, las negativas, el tortuoso camino de clics que llevan a archivos en blanco en la Plataforma Estatal de Transparencia y la desesperante espera de cuando menos un año para que la CEGAIP resuelva una queja tan solo para que la autoridad vuelva a negarse a entregar la información.
Una CEGAIP que realmente contribuya a la transparencia debería centrar parte de sus esfuerzos en agilizar la tramitación de solicitudes de información y quejas y, sobre todo, en identificar los temas de interés público que están siendo ocultados por las autoridades, con el objetivo de asegurar que la información llegue a la ciudadanía; convertir a la CEGAIP en un organismo defendible, pues.
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