Adriana Ochoa
Que el ex fiscal del Estado y hoy secretario de Seguridad José Luis Ruiz Contreras no es elegible para magistrado, lo grita la propia convocatoria emitida para participar en el proceso emitida por el Comité de Evaluación del Poder Legislativo del Estado.
La base cuarta de la convocatoria, sobre requisitos de elegibilidad, establece en la fracción VI, inciso “e”, que los aspirantes no deben estar en el supuesto de “haber sido persona titular de la Fiscalía General del Estado; Diputada o Diputado Local, o titular de Presidencia Municipal, en el año inmediato anterior al día de la publicación de la presente convocatoria”.
El requisito en la convocatoria está tomado literal del artículo 92, fracción IV, inciso “e” de la Constitución del Estado, aplicable a los aspirantes a postularse a los cargos de persona Magistrada del Supremo Tribunal de Justicia, personas Magistradas del Tribunal de Disciplina Judicial y persona Juzgadoras de Primera Instancia del Poder Judicial del Estado.
Ruiz Contreras dejó de ser fiscal el 2 de mayo de 2024 y la convocatoria del Legislativo fue emitida el 13 de enero de 2025. La convocatoria del Poder Judicial para el mismo fin se publicó el 23 de enero siguiente. Que ocho meses de antelación no son un año, lo entiende hasta un subnormal. No hay convocatoria que le subsane e incumplimiento. Con todo y lo evidente y literal del requisito publicado, Ruiz Contreras estará en competencia para magistrado.
El gobernador Ricardo Gallardo declaró que “respeta” la decisión de su amigo. Su obligación es cumplir y hacer cumplir la Constitución, no “respetar” a los funcionarios de su gabinete que deciden pasar por encima de ella.
No es el Poder Ejecutivo el que postula al secretario, tampoco el Legislativo. El funcionario aparece en el listado final que publicó el Poder Judicial del Estado en el Periódico Oficial el 17 de febrero, con los nombres de las personas que el comité evaluador consideró elegibles para participar en el proceso electoral extraordinario 2025 “y que se encuentran en los supuestos previstos en el Cuarto Transitorio, del Decreto 0029, publicado en el Periódico Oficial del Estado “Plan de San Luis” el 19 de diciembre de 2024”. La casa de la justicia pasando por alto la Constitución.
A qué hora entró el exfiscal como propuesta del Poder Judicial para la elección, no está claro. El 4 de febrero, el mismo Poder Judicial publicó oficialmente una lista de personas elegibles conforme la convocatoria y no aparece Ruiz Contreras en ese nivel del proceso. Misterios de un supuesto proceso democrático que cada día se parece más al “juego de la bolita”, ese timo callejero que no por resudado deja de esquilmar incautos.
El tamiz de la selección de candidato con Ruiz Contreras ha sido también muy laxo con su permanencia en el cargo de secretario de Seguridad del Estado mientras participa en el proceso para juzgador. Dice que no hay norma que le impida participar sin dejar la Secretaría. El gobernador ha anunciado que renunciará, pero esa separación tardía del cargo deja evidencia de su desdén por la credibilidad de esa elección.
El Tribunal Estatal Electoral sumó la semana pasada treinta juicios de aspirantes a participar en el proceso que no fueron considerados como elegibles. Sus nombres no aparecieron en lista para la siguiente etapa. Y el plazo para impugnar en tribunales todavía no concluye. Cuestionan también el incumplimiento de plazos para publicar duplas elegibles.
El Tribunal Electoral también ya falló a favor de un juez que peleó su reincorporación en el listado de las personas que participarán en el proceso, pues lo ordena el Cuarto Transitorio del Decreto de la reforma. Que si se deja, lo borran y ya.
En toda selección, de la materia que se trate, hay un ejercicio de criterio. Se entiende que en esta haya aspirantes que queden fuera. El motivo de la inconformidad en la generalidad de los casos es la falta de claridad de los motivos que aplicó la comisión para dejarlos fuera antes de llevarlos a la tómbola, con todos los requisitos cumplidos, mientras la inelegibilidad constitucional del exfiscal “carnal” es un elefante barritando en la habitación.
No se desestima que un juzgador con trayectoria de fiscal y de jefe policiaco es un perfil inigualable, pero el señor incumple el plazo constitucional y de la convocatoria para la elección.
Ruiz Contreras no es el único caso de “aspirante dorado”. El próximo poder judicial proyectará el peso que hagan valer dos fuerzas políticas: Morena y el partido Verde del gobernador Gallardo. Ahí hay hermanas, asesores, amigos, contlapaches y compadres. Como nunca, los partidos en ejercicio del poder político se turnarán la “elección” de jueces afines.
De reconocer que al menos Morena ha sido más cauta con el cumplimiento de la ley en los perfiles que impulsa. Su propuesta de poder judicial “democrático” obedece a la idea de que “es neoliberal” la consideración de méritos debidamente baremados para designar a un juzgador, méritos que pueden ser relevantes hoy para el adecuado ejercicio de la jurisdicción.
La reforma judicial de los morenistas y Sheinbaum argumenta que han de ser los ciudadanos y no los jueces mismos quienes decidan qué jueces quieren. Buen ideal, con la realidad pragmática a un lado y silbando al cielo. Será muy revelador ver con qué digestivo se tragan la tóxica postulación del exfiscal y funcionario, las impugnaciones, las pifias, las candidaturas forzadas y el batidero resultante. Intriga si su relación con su aliado Verde resiste en el territorio de las parejas desgastadas.
De aquí a junio falta mucho por ver en campañas y elección. La pura selección de “elegibles” ya tiene el nivel del coño de la Bernarda, ese personaje de la tradición oral española más picantona que sirve para aludir los lugares desordenados y caóticos, o los espacios en donde todo mundo opina y hace cuanto le viene en gana. La Bernarda paremiológica era una santera granadina del siglo XVI a la que bastaba meterle la mano en el interior de la cavidad pélvica para conseguir fortuna, amores negados, salud perdida o desgracias para el enemigo. Joaquín Sabina la hace desfilar en “Adivina, adivinanza”, su reseña satírica por el sepelio de Franco.
El abierto manoseo de la “reforma judicial” por un milagrito.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Adriana Ochoa es periodista desde 1988. Actualmente es directora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y docente titular de Organización Política y Ciudadanía.