El derroche en medios de Xavier Nava

Alejandro Rubín de Celis

Muchos políticos andan desatados lucrando con el más grande de los males de nuestra era: el coronavirus Covid-19. La entrega de despensas, gel antibacterial, cubrebocas, productos cárnicos, túneles sanitizadores, apoyos sociales, y de cualquier cantidad de artículos y productos requeridos por la gente durante la contingencia, les ha venido como anillo al dedo para crear o fortalecer clientelas electorales de cara al 2021.

Pero hay algunos que además de aprovechar la devastadora pandemia usando recursos públicos para sus fines particulares como objetivo primordial ─no será el único, quizá, porque tampoco se puede negar que pueda haber un lado humano en ellos─, emplean fondos adicionales de los contribuyentes para dar la mejor de las imágenes posible como servidores públicos, sin percatarse que sus excesos llegan a molestar a una parte de sus representados.

Obras, acciones y programas del alcalde Xavier Nava Palacios y de su administración pululan en radio, televisión, prensa escrita, redes sociodigitales y portales de noticias. No es que muchos de esos hechos no sean de interés público ─que deben ser cubiertos y reportados por medios informativos como parte de su responsabilidad social─, es que gran parte de ellos son pagados sin justificación o presentados engañosamente como noticias, y en ellos se derrochan enormes cantidades de dinero.

Un ejemplo en días recientes. Entre el 9 y el 14 de mayo, el ayuntamiento encabezado por Nava Palacios publicó 13 planas completas a todo color en el periódico Pulso para anunciar dos obras y una entrega de apoyos sociales.

Cada uno de esos seis días se publicó una plana para anunciar la construcción del puente vehicular Rocha Cordero y otra sobre la ampliación del Puente Pemex, con el mismo diseño en fondo azul y casi los mismos y escuetos datos: “Estamos construyendo el nuevo San Luis/Ampliación Puente Pemex/Inversión Municipal y Estatal de + de 25 MDP/Beneficiarios 500,000 habitantes/Las molestias son temporales, los beneficios permanentes”. El otro, dice: “Estamos Construyendo el nuevo San Luis/Puente vehicular Rocha Cordero – Río Españita – Carr.57/Inversión municipal y estatal de + de 230 MDP/Beneficiarios 500,000 habitantes/ Las molestias son temporales, los beneficios permanentes”.

 El día 11 de mayo se publicó una tercera plana relativa a la entrega de  20 mil canastas básicas en 300 colonias del municipio, con seis fotos a color de beneficiarios, los nombres de algunas colonias agraciadas, la leyenda “Vamos por 75 mil canastas básicas” y uno de los lemas de la administración municipal que la identifican con Xavier Nava: ¡más fuerte San Luis!

De acuerdo al contrato publicitario firmado por el Ayuntamiento de San Luis Potosí y el periódico Pulso para el ejercicio 2019, el precio normal de una plana era de 20 mil 800 pesos, pero a color el costo subía al doble, es decir a 41 mil 600 pesos por plana. En sólo seis días, a costos del año pasado, Nava y su administración habrían pagado 540 mil 800 pesos.

Pero en ese lapso no sólo se pagaron planas completas, también seis cintillos a color ─uno por día─ que, a un costo unitario de 4 mil 160 pesos, suma otros 24 mil 960 pesos.

Asimismo, se publicaron nueve gacetillas ─propaganda política presentada como noticia─ fácilmente identificables porque aparecen en un pequeño recuadro en portada con fondo verde y anuncian la nota completa en páginas interiores, además de que no están firmadas por un reportero sino por la “Redacción”, otro elemento distintivo. En cuatro de ellas el protagonista es el alcalde. La noticia no es tanto lo que informa o lo que anuncia, la noticia ¡es Xavier Nava Palacios!, el magnánimo, el gran gestor de lo que los potosinos de la capital necesitan.

En el contrato no aparece el costo por las gacetillas ─al menos no abiertamente─ lo que demuestra el afán de opacidad tanto del medio como de la alcaldía para que cualquiera que consulte el documento no sepa abiertamente que se publica propaganda como noticia y que de esa manera se engaña a los lectores dándoles gato por liebre.

Para este 2020, la administración municipal estableció un presupuesto para el rubro de comunicación social de 84 millones 975 mil 452 pesos, y ha pagado, en el primer trimestre del año, 13 millones 245 mil 395 pesos. La partida para comunicación social representa el 2.77 por ciento del presupuesto anual del ayuntamiento, que asciende a 3 mil 64 millones 543 mil 87 pesos.

Las gacetillas donde aparece la imagen y declaraciones del alcalde y símbolos de su administración, tales como “San Luis suena fuerte” ─con un ícono distintivo─, o “En son de Paz” que aparecen en mensajes en diferentes medios, representan una flagrante violación al artículo 134 de la Constitución federal, que prohíbe la promoción personalizada en los tres niveles de gobierno. Dice un fragmento del octavo párrafo de ese ordenamiento sobre la propaganda gubernamental: “En ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público”.

Los hechos hablan por sí solos. En todo caso, los programas, obras y acciones que realice esta administración serán reconocidos por la población beneficiada y, en cambio, cuando se publicitan en exceso, hay gente que se molesta por el bombardeo de mensajes recibidos o por el gasto innecesario en tanta propaganda.

Es el caso del ingeniero Ramón Ortiz Aguirre, personaje conocido en el ámbito político y académico y en redes sociales, quien el sábado 9 de mayo subió a Facebook un video en el que muestra su disgusto con el ayuntamiento encabezado por Nava porque “tira el dinero que recibe directamente de nuestros impuestos” para  pagar publicidad y propaganda en medios, cuando “lo único que hacen es cumplir con su deber, pero se quieren revestir con un hábito de franciscano” (video al final del texto).

Xavier Nava, al igual que el gobernador, Juan Manuel Carreras y otros servidores públicos se auto promocionan con dinero público y magnifican acciones que son simplemente parte de sus responsabilidades públicas. Pero no hay autoridad judicial ni electoral que los llame a cuentas y les imponga sanciones.

Que viva, pues, el despilfarro a cuenta de los contribuyentes.

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