Por Victoriano Martínez
Al conmemorar el Día de la Tierra, ecologistas y empresarios coincidieron, en eventos por separado, en señalar a las autoridades como las responsables de obstaculizar el cuidado del medio ambiente, aunque por distintas razones: los primeros señalaron falta de políticas públicas, y los segundos que se privilegian medidas recaudatorias antes que regulatorias.
El encuentro de los ecologistas se dio en la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) de la UASLP, en tanto que los empresarios realizaron un Foro sobre Impuestos Ambientales. De la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (SEGAM), cabeza del sector en la administración estatal… ni un remedio de herbolaria.
Un panorama en el que, como en tantos asuntos que se acumulan en el actual sexenio, como nunca resulta notorio el alto contraste entre los intereses trascendentales de la población y la cortedad de miras de personajes enfocados en sus propios intereses que satisfacen con politiquería electorera y traición al genuino servicio público.
Tan cortas resultan sus miras, que, ante las emergencias ambientales, si las mínimas medidas que se deben aplicar pueden dejar dividendos de popularidad y hasta en votos, las aprovechan y, en cuanto obtienen lo que realmente buscan, se vuelven desechables.
Así, con recursos públicos promocionan su presencia para combatir un incendio en la Sierra de San Miguelito, aunque hayan acudido cuando todo estaba bajo control y al hacerlo se apropian y menosprecian la labor de los verdaderos héroes, integrantes de una población atenta a proteger lo que reconoce como de interés trascendental.
¿Dónde están esos que acudieron sólo para la foto cuando el incendio ya estaba controlado hoy que es urgente una vigilancia y cuidado permanente para evitar que se repitan incendios en la Sierra? Para ellos el caso caducó y lo han olvidado, no requiere ninguna política pública y sólo cuando les vuelva a ser útil para promocionarse, si lo pueden aprovechar, lo harán.
Luis González Lozano, de la asociación Cambio de Ruta, en la FCA, describió ese contraste al exponer que el cuidado del medio ambiente es algo que no tiene la misma relevancia para el gobierno que para la ciudadanía, pues los partidos políticos lucran con el tema y sólo muestran interés cuando se encuentran en campaña.
Tan cortas resultan sus miras y tanta su ambición por ejercer cada vez presupuestos mayores, que la autoridad estatal retoma medidas como el impuesto verde (verde por estar enfocado al cuidado del ambiente y no porque sea para apuntalar a un gobierno que se autonombra verde-ecologista), y las pervierte.
Jorge Chessal Palau, presidente de la Barra Mexicana del Colegio de Abogados A.C. capítulo San Luis Potosí, expuso en el foro empresarial que un impuesto verde debe ser regulatorio para reducir la contaminación, y no recaudatorio, lo que equivale a “pagar por poder contaminar”.
Destaca la primera pregunta que surgió entre los participantes en el Foro de los empresarios: “¿Cómo se va a medir la contaminación?”. Como si la preocupación fuera ¿cuánto me van a cobrar por lo que contamino? ¿no me van a transar?, antes que cuestionarse sobre medidas para reducir la contaminación.
Una lógica reacción defensiva ante un embate recaudatorio que, antes que incentivar la búsqueda de reglas para reducir paulatinamente la contaminación, alienta iniciativas como la de la firma legal Duque Banda y Asociados (DB&A), que aprovechó el Foro para promover sus servicios de combate jurídico al desvirtuado impuesto ambiental.
Los eventos de conmemoración del Día de la Tierra dejaron ver a cada uno de los actores, por acción y especialmente por omisión, cual es su compromiso con la conservación del planeta.