El día después…

Por Victoriano Martínez

Ya pasó la ausencia y el silencio de las mujeres que logró la presencia y el ruido que esperaban. Viene el tiempo de los efectos.

Ver que se abate el número de feminicidios y no que, aunque se hayan abierto 62 carpetas de investigación por ese delito, sólo 16 casos llegaron a alcanzar sentencias condenatorias.

Ver acciones concretas y efectivas sobre la Alerta de Violencia de Género, que en tres meses cumple tres años, sin resultados a favor de que las mujeres puedan sentirse más seguras.

Ver una reducción de la violencia familiar, en la que ellas son las principales víctimas, y que en los últimos tres años ha generado 11 mil 142 denuncias (más la cifra negra) para que tan sólo se hayan logrado un centenar de sentencias.

Ver que terminen las agresiones verbales, psicológicas, físicas y sexuales contra ellas por parte de los varones no sólo en el ámbito familiar, sino en el laboral y social.

Ver, por ejemplo, que desaparezca el impresionante índice de un 74 por ciento de las mujeres periodistas que han sido víctimas de algún tipo de violencia en el desempeño de su trabajo. Agresiones que en un 83 por ciento provienen de funcionarios públicos, pero de las que no escapan en sus centros de trabajo.

Ver que no se asignen tareas en los centros de trabajo en función de estereotipos femenino-masculino. Otra vez en el medio periodístico: ellas son víctimas de asignación de fuentes por razones de género.

Ver que se eliminan las diferencias salariales y que se haga prevalecer con efectividad el principio de a igual trabajo igual salario.

Ver que en verdad se comienza a avanzar en serio en una modificación de los roles de género hacia un estado de mayor igualdad y equidad.

Ver señales de una buena voluntad en ese sentido, y no reacciones que muestran disparidad en las prioridades: “Han pasado aprox unas 6 hrs de que edificio central fue rayado y ya lo están limpiando. Nuestras denuncias llevan más de 3 meses y ninguna respuesta nos han dado”, escribieron en la página de Facebook ComuniFem, alumnas de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UASLP.

Ver señales incluso de responsabilidad, y no como en el Poder Judicial del Estado, donde el paro afectó la prestación de sus servicios con la salida fácil de diferir las actividades que realizaban ellas para cuando regresen. Las empleadas del Poder Judicial hoy tendrán que trabajar doble por haber sido parte de #UnDíaSinNosotras.

Dos instituciones, la UASLP y el Poder Judicial, que deberían ser ejemplo y ponerse a la vanguardia en el tema pero que, para el día después, son las primeras en dar señales de que falta mucho para que el movimiento feminista alcance sus metas.

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