Ciudad de México (03 de junio de 2016).- Atención a los inactivos: el exceso de televisión en la adultez temprana podría aumentar las probabilidades de deterioro mental décadas más tarde, sugiere un estudio reciente.
“Incluso la adultez temprana y mediana podrían ser periodos críticos para fomentar la actividad física” para ayudar a mantener una memoria y un pensamiento potentes en la vejez, planteó en un comunicado de prensa de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association) la investigadora líder, Tina Hoang.
Hoang, asociada de investigación del Instituto de Investigación y Educación del Norte de California, en San Francisco, presentará los hallazgos de su equipo este lunes en la reunión anual de la Asociación del Alzheimer en Washington, D.C.
Estudios anteriores han sugerido que la actividad física a una edad más avanzada podría ayudar a proteger del deterioro mental, y quizá de la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia. Pero el equipo de Hoang dijo que los efectos del ejercicio en la adultez temprana sobre la salud mental a una edad más avanzada están mucho menos claros.
En su estudio, los investigadores siguieron a más de 3,200 estadounidenses blancos y negros entre los 18 y los 30 años de edad. Observaron específicamente los niveles de actividad física y el uso de la televisión durante 25 años.
Encontraron que el 17 por ciento de los participantes tenían un patrón a largo plazo de poca actividad física, el 11 por ciento tenían un patrón a largo plazo de niveles altos de uso de televisión, y el 3 por ciento presentaban ambos patrones.
Se realizaron pruebas de pensamiento y memoria 25 años después. Según los investigadores, las personas con actividad física baja a largo plazo, además de las personas con un uso alto de televisión a largo plazo, puntuaron mucho peor en las pruebas en comparación con las que eran más activas y veían menos televisión.
Los que presentaban tanto una actividad física baja como un uso alto de televisión a largo plazo tenían casi el doble de probabilidades de sufrir de una mala función mental en la mediana edad, encontró el estudio.
Aunque el estudio no pudo probar causalidad, “las conductas sedentarias, como ver la tele, podrían ser particularmente relevantes para las generaciones futuras de adultos, debido al creciente uso de tecnologías con pantalla”, dijo Hoang.
Y añadió que “dado que la investigación indica que el Alzheimer y otras demencias se desarrollan durante varias décadas, aumentar la actividad física y reducir la conducta sedentaria en la adultez temprana podría tener un impacto significativo para la salud pública”.
Dos expertos concurrieron en que el estudio no pudo probar causalidad, pero se mostraron de acuerdo en que la salud mental y la física están íntimamente vinculadas.
“Los resultados son coherentes con la literatura sobre el ejercicio físico y sus beneficios para el funcionamiento mental, sobre todo en las áreas de la atención y la función cognitiva”, dijo Margaret Sewell, directora de educación del Centro de Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
Otro experto, el Dr. Luca Giliberto, dijo que los hallazgos “no fueron sorprendentes”.
“La actividad física reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular, como el accidente cerebrovascular y la demencia vascular”, señaló Giliberto, investigador del Centro de Investigación Litwin-Zucker para el Estudio de la Enfermedad de Alzheimer del Instituto Feinstein de Investigación Médica en Manhasset, Nueva York.
“Aunque se necesitan unas evaluaciones cognitivas [de las habilidades mentales] más completas y más seguimiento de los [participantes del estudio] actual… el estudio es una buena demostración sobre cómo unos estilos de vida más saludables pueden mejorar la cognición y la calidad de vida a una edad más avanzada”, dijo Giliberto.
Los expertos indican que los hallazgos presentados en reuniones médicas por lo general se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.
Fuente: Hoy Verde.