Rio de Janeiro, Brasil (13 de agosto de 2016).- En 2008 un niño con lentes y rostro tímido le pidió una fotografía a su ídolo Michael Phelps, justo el año en que éste ganó sus ochos medallas de oro en los Juegos de Beijing para convertirse en una leyenda del olimpismo.
Este viernes, ese pequeño llamado Joseph Schooling le dio su primer oro a Singapur en la historia olímpica, y a sus 21 años, con 50.39 segundos y estableciendo récord de los Juegos, lo hizo derrotando al legendario Phelps en la final de los 100 metros mariposa.
Fue una final y una premiación atípica, con la tarima del bronce vacía y el espacio del segundo lugar ocupado al unísono por Phelps, el sudafricano Chad le Clos y el húngaro Laszlo Cseh, todos con 51.14 segundos.
Schooling vivió una jornada de ensueño, con mirada dominante cuando asomó la cabeza tras imponer la marca olímpica y rostro temeroso al recibir una medalla por encima de Phelps.
Su sonrisa y un beso lanzado a la tribuna apenas lo liberaron cuando Phelps, un hombre con 27 medallas olímpicas, le dio una palmada sobre el hombro derecho y dijo que volteara a las cámaras.
Y es que más allá de la derrota, la historia del invierno brasileño en la alberca se llama Michael Phelps, quien perdió en esta jornada el dominio de los 100 metros mariposa que había patentado desde los Juegos Olímpicos de hace 12 años en Atenas y también el récord olímpico marcado en Beijing 2008 (50.58 segundos), lo que nunca perderá es el dominio de un estadio que se pone de pie cuando escucha su nombre en la ceremonia de presentación.
Ni con el paso de los años se deteriora la figura del hombre más laureado en la historia del olimpismo, el manda en los aplausos, en el momento en el que le dice a Le Clos y a Cseh que suban de la mano al podio y en los instantes en que guía a Schooling ante las cámaras y los flashes.
Fue la jornada final de Michael Phelps en las pruebas olímpicas individuales, la penúltima del estadio olímpico de natación y la confirmación de que ha llegado a su final olímpico con un nivel endemoniado, capaz de ser sexto en los primeros 50 metros (24.16 segundos) y remontar como tiburón hasta la plata.
Por cierto, el dominio de la prueba, incluidos los primeros 50 (23.64 segundos) fue del veinteañero Schooling.
Fuente: Excélsior.