Por Victoriano Martínez
Si el 8 de mayo de 1992 el Doctor Salvador Nava Martínez, al despedirse de su pueblo, dijo “hay que dejar claro que el Navismo no es Nava”, hoy que se decidió conmemorar el 63 aniversario del surgimiento de ese movimiento civilista con la renovación de la directiva del Frente Cívico Potosino, de igual modo se debe tener en cuenta que el Navismo no es esa asociación.
“El Navismo nació hace 30 años cuando el pueblo inició una lucha por su dignidad y por sus derechos”, señaló el Doctor Nava en su discurso de despedida.
Hoy se atenta contra la dignidad y los derechos del pueblo con un velo de machacona propaganda que lo mantiene en una inactividad y reposo, cual si efectivamente se les respetaran, por el simple hecho de que ahora se le somete con ofensivas dádivas que, lejos de ser una solución, perpetúan las condiciones en las que se le puede negar su condición de ciudadanía.
El Doctor Nava siempre lo tuvo claro:
“No es cierto, como lo han dicho muchas veces, que ya estamos en la unidad, la unidad no existirá como lo es en realidad, más que cuando lo sea en democracia, cuando la mayoría sea la que marque las leyes”, advirtió contra la hoy generalizada propaganda desde aquel memorable discurso.
“Atacaré la marginalidad urbana y rural en sus manifestaciones y causas como objetivo central de los programas de desarrollo”, estableció en su Ideario y Postulados Políticos que presentó como parte de su campaña por la gubernatura en 1991.
Ni propaganda para hacer creer al pueblo que se han alcanzado ideales cuando se está muy lejos de ello e incluso se disfraza que realmente se trabaja en sentido contrario, ni dádivas que no atacan las causas de la marginalidad.
El Doctor Nava lo dejó muy claro: el centro del Navismo es el pueblo y lo que al pueblo beneficie. Cualquier parecido con postulados ancestrales de mandar obedeciendo, o hasta la sentencia constitucional de que “todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste” más que por coincidencia, es claro que el Doctor Nava lo asumió como convicción.
“La meta de un pueblo es seguir siempre adelante y siempre habrá hombres que encabecen todas estas luchas cuando realmente se tienen ideales”, dijo aquel 8 de mayo el Doctor Nava, cual si perfilara las características de quienes asumieran un liderazgo como el que al él le tocó encabezar.
Cuando a Salvador Nava Martínez le tocó dar continuidad a la lucha iniciada por su hermano Manuel en 1958, representó su incorporación a la vida política sin mayor antecedente que el de un médico de pueblo, como solía auto denominarse, que había hecho de su profesión un ejercicio de servicio desinteresado a su comunidad.
Para hoy está programado el relevo en la dirigencia del Frente Cívico Potosino (FCP). Desde el pasado 15 de junio, Xavier Nava Palacios anunció lo que llamó un relanzamiento del FCP, desde donde mantendrá su participación en la política para fungir como contrapeso del gobernador Ricardo Gallardo Cardona.
Aunque en los últimos 30 años la actividad del FCP no fue de mucho protagonismo, no porque no se le haya visto dejó de existir y, en consecuencia, no dejó de ser la agrupación que fundó el Doctor Nava. Por tanto, su relanzamiento se equipara a la intención de dar continuidad a los motivos de su fundación.
Un relanzamiento al que el principal protagonista, Nava Palacios, a diferencia de su abuelo, llega con un amplio déficit que tendrá que remontar, si algo así es posible.
De entrada, la convocatoria que circuló para la asamblea de este sábado establece puntos en el orden del día que contemplan un proceso de elección, y se anticipa a prever una intervención de Nava Palacios como nuevo dirigente. Un déficit de acceso democrático al cargo.
La incorporación del Doctor Nava a la movilización iniciada en 1958 se dio como un pase de estafeta natural que lo hizo entrar a la vida política; la asunción de Nava Palacios al FCP aparece más como una salida artificial a una trayectoria de cálculos politiqueros errados que lo hicieron pasar por postulaciones perredistas, panistas y hasta morenistas.
No es lo mismo un ciudadano que antepone el interés de la población y por eso es buscado por los partidos políticos como ocurrió con el Doctor Nava, que un Nava Palacios que amaga con buscar una candidatura independiente y, tras un cálculo politiquero, se somete a la lógica de unos partidos políticos que tienen muy acreditada su nula voluntad de abanderar los intereses de la población.
Envuelto en esa lógica de los partidos, Nava Palacios incurrió como alcalde en gastos excesivos en propaganda y también en entrega de dádivas sin programas de fondo para atacar las causas de la marginación. Actitudes abominadas por el Doctor Nava.
Cierto es que un gobierno como el que encabeza Gallardo Cardona requiere de contrapesos, sobre todo por la envilecida sumisión de prácticamente todos los actores políticos, incluidas las representaciones empresariales –son contadísimas las excepciones.
Cierto es también que ese contrapeso tiene que romper con las dinámicas de someterse a la lógica de la contienda política actual que, en el caso de Nava Palacios, lo llevó a igualarse con actos de politiquería y, en el extremo, hasta con algunas actitudes similares –que es distinto a iguales– a las de la gallardía.
Si todo sale como está previsto, este día Xavier Nava Palacios se convertirá en el nuevo dirigente del Frente Cívico Potosino, agrupación surgida del Navismo que, parafraseando al Doctor Nava, no es el Navismo.
Nava Palacios y el Consejo que lo acompañará tienen el inmenso reto de, en el caso personal del dirigente, remontar el déficit político con el que llega; y en el caso de ambos, impulsar que efectivamente se convierta en un instrumento de la ciudadanía para que ella misma retome la lucha por su dignidad y por sus derechos.