El galimatías de Morena

Alejandro Rubín de Celis

La apertura sin restricción alguna en la convocatoria del 4 de enero para la elección de candidata a la gubernatura del estado por Morena genera fundadas sospechas de que, más allá de una convicción por hacer realidad las acciones afirmativas en razón de género ─entendidas como una forma de dar un trato preferencial a quienes han sido discriminadas o discriminados, como en política ha sucedido con las mujeres─, esconde oscuros intereses que van, desde la intención de grupos de poder ajenos a ese partido por no perder privilegios o evitar la acción de la justicia, hasta favorecer a un candidato de otro partido político.

Por supuesto que, habiendo 18 aspirantes ─eran 19 pero la ex oficial mayor del Congreso del Estado, Marcelina Oviedo, se bajó de la contienda─, la mayoría desconocidas para el electorado y la opinión pública, y sabedoras que no quedarán entre las finalistas, seguramente buscarán negociar una candidatura a otro cargo de elección popular o un nombramiento en el nuevo gobierno en caso de que la candidata de Morena gane la elección constitucional.

Pero hay otras extrañas solicitudes de registro como la de la doctora Mónica Rangel y la de Luz María Lastras que están claramente identificadas con grupos y gobiernos priistas. En el caso de la doctora Rangel ─sobre quien además pesan denuncias por irregularidades en el manejo del presupuesto de los Servicios Estatales de Salud─ la sospecha gira en torno a que el gobernador la quiere como una de sus cartas para que, si ganara la elección ­─lo cual sería muy difícil─, le cuide a él las espaldas al terminar su gestión y al mismo tiempo ella se auto proteja. Hasta octubre pasado, Rangel Martínez era miembro del Consejo Político Estatal del PRI y en apenas tres meses ya dio el salto para ser precandidata de Morena. Ella y el gobernador tienen claro desde hace tiempo que la candidatura al gobierno del estado por la coalición Sí por San Luis se la llevará el PAN, no el PRI. Había entonces que buscar otro partido.

En el caso de Luz María Lastras ─quien se ha caracterizado por su oportunismo en tiempos electorales, desde 2012 cuando fue candidata a diputada por una coalición entre PRD, PT y Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) después de haber renunciado al PRI; tres años después candidata a la alcaldía de la capital por Movimiento Ciudadano, y en esta ocasión aspirante a la gubernatura por Morena, partido del que afirma haber sido fundadora y con el que tiene “afinidad ideológica”─. Ha sido directora del Registro Civil durante el gobierno priista que encabeza Juan Manuel Carreras, a quien reconoce como un buen gobernador. En la contienda de Morena se le ubica como carta del fallido aspirante, Juan Ramiro Robledo, discípulo de Alfonso Lastras Ramírez, padre de la aspirante de marras y cabeza del Grupo Universidad a fines de los años 80 y principios de los 90 ─ella misma dijo en una entrevista que su candidato por Morena, antes de que se eliminara a los varones, era Juan Ramiro Robledo─, pero también como eventual protectora del gobernador en turno y sus allegados.

Abrir sin ningún candado la inscripción de mujeres aspirantes ha sido objeto de críticas dentro y fuera de Morena, porque ha permitido cualquier tipo de arribismos y el juego de  intereses oscuros en la elección de la candidata de ese partido.

Una morenista de Cepa, Marcela García Vázquez, escribió en su muro de Facebook: “PURA VACILADA. Celebro por un lado que Morena haya asignado a las mujeres la candidatura al gobierno del estado en SLP, lamento que en su tramposa convocatoria se abrieran los registros a personas que nunca han comulgado con nuestros principios y con nuestra lucha de tantos años. Mientras nosotras dormíamos en el zócalo, varias de las que ahora se apuntaron gozaban de las mieles del poder PRIANISTA. Deseo sinceramente se reconozca y valore a las compañeras que desde diciembre se apuntaron con todo el perfil y el mérito”.

Frente a la gran cantidad de solicitudes de precandidatas, sobresale una joven que ha saltado a la palestra en semanas recientes y que está concitando simpatías entre grupos internos de Morena en San Luis Potosí. Se trata de Paloma Aguilar Correa,  abogada muy cercana al presidente Andrés Manuel López Obrador de quien fue escolta para luego pasar al SAT como administradora general de Recursos y Servicios.

Paloma Aguilar es fundadora de Morena en San Luis Potosí, fue candidata por ese partido a diputada local por el séptimo distrito en 2015 y a diputada federal por el quinto distrito en 2018. Aunque Marcelina Oviedo no ha admitido abiertamente que dimitió como precandidata a la gubernatura ─fue una de las tres que se inscribió en la primera convocatoria─, fuentes acreditadas de Morena han revelado que la declinación obedeció a un acercamiento entre los equipos de ella y de Paloma Aguilar para que la ex oficial mayor del Congreso del Estado apoyara la postulación de la ex funcionaria del SAT.

También ha habido pronunciamientos abiertos de liderazgos morenistas como el caso del senador Primo Dothé Mata y del secretario de organización del Comité Estatal de Morena, César Elí Cervantes. Hay otros que no se han hecho públicos pero que ha trascendido que están con ella, Como el alcalde de Ciudad Valles, Adrián Esper; la feminista, Urenda Navarro; el navista y defensor de causas sociales, Enrique Rivera Sierra; las cuatro diputadas federales de Morena por San Luis Potosí; el defensor de causas comunitarias y ecológicas, Carlos Covarrubias; el académico y defensor de grupos indígenas, Guillermo Luévano; y el matehualense, Ariel Chávez, líder del morenismo en el Altiplano potosino.

Aunque todo apunta a que la joven abogada sería la candidata, se atraviesa un factor fundamental que, lejos de apoyar esa candidatura, seguramente operará para que sea otra mujer la que resulte agraciada, y es nada menos que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado. Hay que recordar que este personaje ya intentó imponer a Ricardo Gallardo Cardona como candidato de la fallida coalición Morena-Verde PRD, y ante el fracaso luego operó para que al menos el PRD hiciera coalición con el Verde. Miembros de su partido sospechan que, aún ahora, puede estarle dando apoyo político por debajo de la mesa.

Con tal de pagarle facturas al ex alcalde de Soledad ─votos del Verde a favor de las reformas de la 4T en la Cámara de Diputados y un presunto apoyo financiero para que lograra la presidencia de Morena─, Mario Delgado puede operar en los órganos de decisión de su partido para que otra de las aspirantes sea la elegida, a sabiendas de que perderá en la elección constitucional, lo que ─según sus cálculos─ favorecería a Gallardo Cardona.

Así no fuese Paloma Aguilar la agraciada, los morenistas potosinos se encuentran ante el desafió de defender a las aspirantes con méritos propios y trabajo en su partido, y rechazar cualquier candidatura de oportunistas y advenedizas.

La mayoría del morenismo local ya dio una muestra de dignidad y entereza al rechazar tajantemente como su candidato a Ricardo Gallardo Cardona. Ahora deben estar en alerta y preparados para la nueva batalla que seguramente enfrentarán en los próximos días.

 

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