Por Antonio González Vázquez
La violencia no acaba, continúa avasalladora, incontenible. Es el tercer año del gobernador y el tercero de los alcaldes, tan responsables unos y otros de tanta muerte y desolación. Astrolabio presenta su crónica mensual de homicidios en un estado abrumado por el miedo a la muerte y el terror a los criminales.
Amanecía el 26 de diciembre en el municipio de Tamuín, pero en el Fraccionamiento Los Pericos continuaba la fiesta. Decenas de parroquianos se divertían en el palenque donde apostaban y libaban al mismo tiempo. Pasaba de las dos de la mañana cuando de pronto irrumpieron de modo violento un grupo de sujetos armados que sin más, empezaron a disparar a los presentes. Dos murieron acribillados y dos más, gravemente heridos, fueron trasladados al Hospital Regional de Ciudad Valles.
A media carretera quedó el cuerpo sin vida de un hombre. Lo degollaron con un machete y le provocaron otras heridas con igual arma en los brazos cuando tal vez, intentaba protegerse. Por la madrugada del 28 de diciembre, alguien que se dirigía al crucero de la carretera San Luis-Valles, por el entronque a Cárdenas y Rayón, en uno de los ramales vio el cuerpo y dio aviso a la policía.
Un hombre fue ejecutado en la esquina de Hidalgo y Carretera 57 en Soledad de Graciano Sánchez. Eran las once de la mañana del 29 de diciembre en el crucero de peatones y vehículos más transitado en esa localidad. Un hombre caminaba frente a una estación de gasolina y desde un vehículo en movimiento, dos sujetos le dispararon y acertaron con tres tiros. La víctima, de nombre Juan Carlos tenía 43 años y caminaba rumbo a su casa en la colonia Morelos.
En la madrugada del 31 de diciembre un hombre extrajo su pistola del interior de su chamarra y sin más, empezó a disparar y mató a uno. Estaba en una fiesta de fin de año en la comunidad de Palomas en el municipio de Ciudad del Maíz. Ante la alarma que provocó, algunos se le fueron encima y el sujeto de unos 60 años de edad volvió a disparar e hirió a otro. Entonces la gente intentó lincharlo y le lanzaron piedras y palos; entonces llegó uno de sus nietos, tomó la pistola del viejo y disparó contra los agresores de su abuelo y mató a otro. Mientras huía, familiares de los dos asesinados cargaron contra el individuo ya desarmado y lo mataron a golpes. Su nieto, huyó en la oscuridad de la noche y horas después la policía empezó a buscarlo.
La noche del 2 de enero en la colonia Industrial Mexicana, un hombre de 52 años de edad fue ultimado a tiros cuando se dirigía a su casa. En una calle oscura, fue localizado el cuerpo por vecinos de la calle Oyamel que se habían asustado al escuchar disparos de alta potencia. Algunos se asomaron a ver y a lo lejos alcanzaron a captar un cuerpo a media calle. Llamaron a la policía y a la Cruz Roja, los paramédicos llegaron primero y levantaron al sujeto para llevarlo al hospital, pero antes de internarlo fue declarado muerto.
En un sendero que corre en paralelo a las vía del tren México-Nuevo Laredo, pero en terrenos de la comunidad de Rancho Nuevo, municipio de Soledad de Graciano Sánchez, fue localizado el cuerpo de una mujer de tez morena y delgada. Yacía sobre el camino polvoriento donde fue ejecuta y después, decapitada. Unos jornaleros que pasaban por el lugar avisaron a la policía poco después de las nueve de la mañana del 4 de enero. La joven de unos 25 años de edad no fue identificada.
En una cama del Hospital Central murió una señora de 64 años de edad. Había sido agredida brutalmente a golpes en la cabeza. Vivía en la colonia Dalias y en la madrugada del 4 de enero fue internada. No logró sobrevivir del grave traumatismo craneal. El crimen fue clasificado como feminicidio. Tres en una semana.
Por la tarde del día cinco de enero del violentísimo municipio de Soledad de Graciano Sánchez, sujetos armados a bordo de una camioneta atacaron en pleno Periférico Norte a un vehículo, propiedad de un negocio de venta de materiales de construcción. En el ataque, mataron a dos hombres, uno era el propietario del establecimiento y su acompañante era su empleado. La agresión ocurrió a la altura de la entrada al fraccionamiento Puerta Real. La primera versión de la policía sobre el hecho, es que los atacantes habían intentado extorsionar al comerciante y al no lograr su objetivo, los ejecutaron.
En el ejido Minas Viejas del municipio de El Naranjo, Víctor Uriel, un estudiante del Instituto Tecnológico de Ciudad Valles fue ejecutado. Tan solo tenía 24 años de edad, murió al recibir cuatro disparos en distintas partes del cuerpo. Su madre llamó a la policía cuando eran las dos de la tarde del 5 de enero, pero al no llegar tampoco la ambulancia, lo llevó en un auto particular al Hospital Regional de Ciudad Valles, tenía la esperanza de salvarlo, pero cuando llegó a la clínica, Víctor ya había fallecido.
Al sexto día del año se consumó lo que sería el segundo feminicidio en tres días: en lo hondo de una zanja fue localizado el cuerpo de una mujer. Por la madrugada del seis de enero, habitantes de la comunidad de La Flores en la Delegación Municipal de Bocas ubicaron lo que parecía ser un cuerpo en la profundidad de la zanja. Los primeros en llegar al lugar fueron empleados de Protección Civil que rescataron el cuerpo sin vida de una mujer que no fue identificada. Solo se dijo que vestía jeans y blusa en color azul, no se informó más.
Entre la basura arrumbada en un predio de la comunidad de Santa Cruz del municipio de Soledad de Graciano Sánchez, se encontró un cuerpo ya descompuesto que era presa ya de los perros hambrientos. Se trataba de Ciro, un hombre de 31 años de edad quien se encontraba desaparecido desde el 25 de diciembre de 2017. Por la mañana del 9 de enero su cadáver fue localizado luego de que habitantes de esa comunidad denunciaron a la policía que alguien había visto un cuerpo humano despedazado.
En la colonia Tantocob del municipio de Ciudad Valles los vecinos se alarmaron al escuchar el estruendo de armas de alto poder. Pasaba de las seis de la tarde del 9 de enero cuando la policía recibió ese reporte. Personal de la Ministerial acudió un domicilio de la calle Tanquián y en la sala, yacían los cuerpos de dos mujeres bañadas en sangre. Una de las mujeres de solo 23 años se llamaba Abigail, recibió disparo en la cabeza y murió instantáneamente y su compañera quedó gravemente herida. Los primeros reportes apuntaron a que un sujeto descendió de una camioneta Explorer negra, entró a la casa y empezó a disparar. Luego del crimen, regresó al vehículo y huyó.
En la comunidad de Agua Puerca, municipio de Tamasopo asesinaron con saña a una mujer de 42 años de edad. Se llamaba Benita. A eso de las once de la noche del nueve de enero, la señora salió de su domicilio en la calle Niños Héroes, pero ya no regresó. Al día siguiente, sus familiares la buscaron y la encontraron al filo del mediodía en un solar lleno de maleza; su cuerpo estaba ensangrentado. Estaba boca abajo; la habían cosido a puñaladas en vientre, costado y brazos. Llamaron a la policía que activó el protocolo de feminicidios.
Por la tarde del día 14 de enero, en una ladera de la carretera San Luis-Lagos de Moreno, a la altura de la comunidad de Escalerillas, cerca de la presa El Peaje fue abandonado el cuerpo incinerado de una mujer. Se trataba de María de Lourdes, tenía 32 años y vivía en el municipio de Ríoverde.
Unos hombres armados circulaban en dos motocicletas por calles de la peligrosa colonia San Francisco del también altamente peligroso municipio de Soledad de Graciano Sánchez. Daban las nueve de la noche del 14 de enero cuando tomaron la avenida República de Chile esquina con República de Panamá cuando avistaron a un grupo de jóvenes que se calentaban los huesos junto a una fogata. Al tenerlos prudentemente cerca y sin que éstos se percatasen de nada, los acribillaron. En unos segundos cinco hombres fueron ejecutados. Todos eran muy jóvenes: José Antonio y Ángel tenían 22 años, José Gustavo era el menor, tenía solo 20 años, Gustavo era de 23 años y José tenía 30.
Diez de la noche del 14 de enero. Esquina de las calles Bernardo Reyes y María Teresa de Mier. Eduardo y Daniel de 19 y 17 años cada cual, dialogaban sin apuro pese a estar en la letal colonia Julián Carrillo de la capital potosina. De pronto, pasan por el lugar unos individuos armados y les disparan: matan a dos, huyen, como si no hubiera pasado nada.
Dan las nueve de la noche del 14 de enero cuando un hombre de unos 27 años de edad fue ejecutado en la colonia Satélite en la capital del estado. Caminaba por la calle República de Honduras cuando lo balearon desde una camioneta en movimiento. Cayó herido, se levanto e intentó correr, pero instantes después se desplomó sin vida. Se llamaba Erick y tenía 23 años de edad.
Vecinos de la colonia Las Mercedes al poniente de la capital potosina caminaban con apuro por una calle oscura y polvorienta para llegar a una terminal de los autobuses urbanos. Eran como las seis de la mañana del 16 de enero cuando se encontraron a medio camino el cuerpo arrumbado de un hombre. Estaba boca abajo y había derramado mucha sangre por la cabeza en donde recibió un tiro de arma de fuego. La policía estimó que se trataba de un joven de unos 22 años; junto a su cuerpo quedaron dos casquillos de las balas que le quitaron la vida.
En la fría madrugada del 20 de enero en una casa de la calle San Francisco de la Colonia Guadalupe en el municipio de Matehuala, unos hombres ejecutaron a cuatro personas. Les dispararon a quemarropa en una de las habitaciones de la vivienda. Como a las cinco de la mañana, unos sujetos perseguían a un joven que huía indefenso; en su defensa correría, alcanzó a entrar a su casa, se encerró, pero sus perseguidores irrumpieron por la fuerza y asesinaron a quien se encontraron en la casa. Tres cuerpos quedaron en un cuarto y el otro, en medio del patio; todos con disparo en la cabeza.
A las ocho de la mañana del 22 de enero, Javier salió de su casa para ir a trabajar, pero afuera lo estaba esperando un sujeto armado que al verlo, lo ejecutoó de dos tiros de arma de fuego en el cuerpo. El cadáver de espaldas al terreno polvoriento del camino y a su lado, su sombrero y la bicicleta. Tenía 23 años y vivía en la colonia La Selva del municipio de Ríoverde.
Eran las nueve de la mañana cuando los automovilistas que transitaban por la carretera San Luis Potosí-Nuevo Laredo, a la altura del municipio de Matehuala, vieron con asombro el cadáver de un hombre y a su lado un narco mensaje escrito en una gran hoja de cartón. 23 de enero, a la orilla de la carretera, el cuerpo atado de pies y manos permanecía desolado hasta que llegó la policía, lo levantó y lo llevó al forense, pero eso parecía innecesario toda vez que presentaba disparo de arma de fuego en la cabeza.
En la comunidad de la Providencia del municipio de Villa de Arriaga fue asesinada una mujer de 35 años de edad. Poco después de las cinco de la tarde del 23 de enero, la Policía Ministerial recibió la denuncia de que en un solar de esa comunidad yacía el cuerpo de una mujer. El Ministerio Público reportó que la víctima no portaba identificación y que su cuerpo presentaba señales visibles de golpes, aunque no definió qué le causó la muerte. Se activó el protocolo de feminicidio.
Un agente de la Policía Ministerial fue ejecutado a las puertas de su casa en la colonia San Felipe del municipio de Soledad de Graciano Sánchez. El comandante de grupo de la Ministerial, de nombre Isidro Macario Macías Beltrán fue atacado por hombres armados que descendieron de una camioneta Pick Up de color negro y lo acribillaron en la calle San Ciro. Luego de la agresión ocurrida aproximadamente a las diez de la noche del martes 23 de enero, se implementó un operativo con el apoyo del ejército y la policía Federal, pero no fue posible dar con los autores del homicidio del comandante. Junto al cuerpo dejaron un mensaje en un trozo de cartón en el que un grupo del crimen organizado se atribuía la ejecución.