El juego y sus piezas

Octavio César Mendoza

El 2025 iniciará con dos golpes de realidad para México: el que propinará el arribo de Donald Trump a la presidencia del país más poderoso del mundo, y el que resulte como reacción por parte de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, ante el impacto económico de las eventuales amenazas del primero contra nuestra economía, la cual depende en poco más del ochenta por ciento del comercio con los Estados Unidos de América.

Minimizar o enfrentar con envalentonamientos dichas amenazas, no son opciones. Tenemos que anticiparnos. En el caso de nuestro terruño potosino, los impactos primarios serían el flujo y contraflujo migratorio, la disminución de remesas y exportaciones, y la pérdida de inversión privada; en tanto que los efectos secundarios serían, punto por punto, 1) una crisis humanitaria y de seguridad, 2) una disminución de índices de bienestar y 3) una notoria pérdida de empleos.

La tercera fase de ese efecto, obvio, es el retroceso económico general, con sus consecuentes decrementos de la confianza del consumidor, la devaluación y pérdida del poder adquisitivo, la inflación y, finalmente, el conflicto social por carestía de servicios, alimentos y empleos. Un verdadero cóctel que nos recuerda que, la esencia de la política, es la economía, pues la fibra más sensible del votante es la que se relaciona con la supervivencia y la estabilidad de su familia.

Este escenario, desde luego, afectará el juego político local, por lo que las piezas que pretendan entrar en la contienda en el 2027, tendrán que hacerlo con diferentes narrativas a las que ya conocemos. Primero se deberán estudiar muy bien los efectos emocionales de una eventual crisis económica, antes de apostar por los sueños personales. Si la consecuencia de una mala negociación con Donald Trump es devastadora, surgirá una figura de ultraderecha como liderazgo.

Pero, precisamente, es por ello que debemos estar preparados. Anticipar ahorro y pago de deuda, disminuir gasto corriente, frenar la escalada de programas sociales, es lo que haría ese liderazgo de derecha. Tenemos a Milei, presidente de Argentina, como ejemplo. ¿Qué pasaría si se lleva al límite la economía bajo el esquema populista, con una disminución de ingresos por exportaciones, remesas por retorno de migrantes, e inversión privada por temor a las represalias trumpistas?  

Dice Vladimir Putin que un general que no alimenta a su ejército, está alimentando al ejército de su enemigo. Reflexionemos al respecto: Las desbandadas de militantes y electores se dan de manera inversa a como se aglomeran, por interés económico. Si no hay ganancia, no hay convicción que valga. Hoy, a nivel nacional, Morena representa la fuerza política invencible a nivel nacional; mientras que, en lo local, el Partido Verde es el non plus ultra de la suma de voluntades.

Esto es resultado de una espiral de beneficios económicos que impactan para bien en la vida de los mexicanos y los potosinos (mujeres y hombres, se entiende) y que sienten que hay un gobierno que los entiende y los atiende. Sin embargo, ante la posibilidad del retroceso económico, nos podemos plantear un escenario político donde las aglomeraciones de voluntades se modifiquen como consecuencia de la inevitabilidad de los riesgos exógenos derivados de la geopolítica.

Ahí serán las “bases” firmes, el “voto duro”, lo que hará posible una campaña exitosa. El ejército Verde, en San Luis Potosí, es una poderosa máquina siempre lista para arrasar en las elecciones. Así se percibe hacia el 2027. Lo mismo sucede con el ejército guinda en el plano nacional. Pero la crisis y sus efectos previsibles tras el arribo de Donald Trump a la Casa Blanca, necesariamente modificarán esa realidad actual. Y ahí es donde se verá de qué lado masca la iguana del poder.

Los gobiernos, quiérase o no, deben tomar medidas no sólo por interés político-electoral, sino por consciencia económico-social. Si se avecina un Trumpsunami, los beneficiarios de un sistema de gobierno tienen que escalar a lo más alto, a fin de que no se ahoguen o se sumen al adversario; en tanto que, para el adversario, que flota de momento en una pequeña barca, habrá terminado la temporada de veda y empezará a pescar náufragos para sumarlos a su ejército.

En ese tenor, el fortalecimiento de las estructuras de cada fuerza política, y sus eventuales candidatas y candidatos, se basará en la lealtad adquirida por compromiso mutuo: quid pro quo. A pesar de contar con gran popularidad, una candidatura se puede desmoronar si los beneficios que representa se comienzan a limitar, o son frenados de golpe. El mejor de los recuerdos es aquel que nos remite al momento en que nos sentimos amados, protegidos, respetados o temidos.

Vayamos al claro del bosque, donde la luz del sol entibia a unos y achicharra a otros. En este San Luis Potosí en que vivimos, por el Partido Verde hay tres fuertes candidaturas a considerar para la gubernatura en el 2027: Ruth González Silva, J. Guadalupe Torres Sánchez y Juan Carlos Valladares. Los tres conocen el estado, son hechura del estilo de José Ricardo Gallardo Cardona, y tienen tres cualidades similares: conocimiento del sentir popular, magnetismo de poder, y presencia mediática.

Por el lado del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, de las hermanas Rosa Icela y Rita Rodríguez surgirá quien será la candidata a la Gubernatura, si el partido guinda decide ir por separado del Verde en esa búsqueda; mientras que un tercer elemento, Gerardo Sánchez Zumaya, le está haciendo el juego al PRIAN. Su presencia, más que ayudar a consolidar al Morena en el estado, lo puede debilitar, con lo que la tercera opción factible en medio de la crisis, se crece.

Esa tercera opción es Enrique Galindo Ceballos, del PRIAN. Sólo él tiene la capacidad de aprovechar el “timing” que deriva de la debilidad de los generales que lo acompañan en sus ejércitos multicolores, de llevar a cabo esa antes citada pesca de náufragos, e incluso de aprovechar su cercanía con el hombre más cercano de la señora oresidenta Claudia Sheinbaum Pardo, Omar García Harfusch, para abrirse paso. El destino lo ha colocado ahí a fuerza de picar piedra.

Una guerra de tres trincheras, necesariamente termina por derivar en dos. Aquí, el acuerdo previo, la diplomacia secreta, e incluso la negociación de las traiciones y desbandadas, son las mejores herramientas antes de mover las piezas. También hay que imaginar una campaña donde los logros o las pérdidas económicas serán la munición entre los bandos. Y, finalmente, no hay que dejar de observar que en la vida no todo es ganar-ganar y, a veces, se gana más perdiendo.

Luego entonces, entender el juego y sus piezas en el nuevo contexto que enfrentaremos a partir del siguiente enero, resulta fundamental para saber qué ejércitos se pueden fortalecer, cuáles se debilitarán, y cuáles, incluso, pueden irrumpir en la colina. Y como esta será una guerra convencional basada en la economía, habrá que rellenar las alforjas de cada soldado raso, pagar mejor a los generales para garantizar su lealtad, y hacerse de estrategas que le sepan a esto, no a niños.

Un nuevo frente de batalla se librará en otra trinchera nacional que impactará en lo local: la del surgimiento de un carismático de ultraderecha, radical, cuestionador del estatus quo de la cuarta transformación; una especie de anticristo político que buscará combatir a los populistas. En esa dinámica, el decrecimiento económico será el factor decisivo para su ascenso; y, eventualmente, para quienes ya estén estudiando ese perfil y se conviertan en sus aliados, re dixit, desde lo local.

Así fue como ganó Donald Trump las elecciones por tercera vez, arribará al poder por segunda ocasión y, por primera vez, tomará la agenda global.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es poeta, escritor, comentarista y consultor político. Actualmente ocupa la Dirección General de Estudios Estratégicos y Desarrollo Político de la Secretaría General de Gobierno del Estado. Ha llevado la Dirección de Publicaciones y Literatura de la Secult-SLP en dos ocasiones, y fue asesor de Marcelo de los Santos Fraga de 1999 a 2014, en el Ayuntamiento y Gobierno del Estado de SLP, y en Casa de Moneda de México. Ganador de los Premios Nacional de la Juventud en Artes (1995), Manuel José Othón de Poesía (1998) y 20 de Noviembre de Narrativa (2010). Ha publicado los libros de poesía “Loba para principiantes”, “El oscuro linaje del milagro”, “Áreas de esparcimiento”, “Colibrí reversa”, “Materiales de guerra” y “Tu nombre en la hojarasca”.

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