El negocio que viene

Óscar G. Chávez

Si bien, es preocupante, no es la desaparición de Interapas por sí sola lo que debe angustiarnos ya que en el mejor de los casos la administración de lo que antes realizaba el organismo pasaría a manos de la Comisión Estatal del Agua (CEA) y, posiblemente, mediante una controversia municipal  o un amparo promovido por particulares, esa función podría asumirla de nueva cuenta, pensando en el Ayuntamiento de la capital, la dirección municipal de agua potable.   

Tampoco parece un problema mayor que la CEA tome las funciones y capitales administrados por el organismo ya que es previsible que lo que harán será poner los recursos obtenidos en una caja chica al servicio de gobierno del estado. Nada pues que no se hubiera hecho ya o que los potosinos no hubieran permitido que hiciera el gobernador, ya que aunque no en este caso que todavía no ocurre, en muchos otros han simulado que no ocurre. Nada fuera de lo habitual, pues. 

Lo que en realidad debería preocupar es la posible privatización del servicio de agua potable que evidentemente es una de las posibilidades más acariciadas por el gobernador. Muy posiblemente todo aquel escándalo quintopatiero iniciado por los graznidos de la alcaldesa con licencia de Soledad, tenía como finalidad lograr la emancipación del municipio para, a través de una compañía de agua que opera en Puebla, privatizar el servicio de agua en ese municipio. Sin embargo, alguien le hizo notar al gobernador que ahí no estaba el negocio, ya que la mayor incidencia de deudores allí se encuentra avecindada.

Pero todavía hay más, tengamos la seguridad que de no encontrar una firma a modo que le permita controlar el agua y sus ganancias, con toda seguridad se ordenaría crear una compañía a modo que quedaría completamente a las órdenes del gobernador. Y como es negocio y se trata de obtener verdaderas ganancias, las medidas implementadas contra los morosos o e insolventes serían de miedo. 

Pero con todo y eso, omitiendo el actuar de los abyectos diputados que es previsible saber de qué lado se pondrán, desconcierta la actitud del súper polisía de la ciudad, quien desde que comenzó a circular el rumor y después ya haciéndose público que la decisión quedaría en loa curuleros, ha mantenido un silencio total sobre la cuestión. De la alcaldesa de utilería se esperaba dadas sus limitaciones intelectuales y expresivas, pero no del primer alcalde reelecto y votado con mayor cantidad de votos en la historia de la capital. 

Habrá quienes piensen que la medida de privatizar el sistema de agua potable podría ser buena, y sí lo sería, en la medida que el control de operaciones lo asumiera una empresa realmente profesional y responsable, con la experiencia que amerita el caso; pero un ejemplo de lo que nos podría esperar lo tenemos en la forma en que se ha manejado el asunto de tanque Tenorio. Varios meses han transcurrido y hasta ahora el gobierno estatal no tiene la capacidad ni la voluntad para resolver el asunto. 

No porque no sea posible, sino más bien pareciera que hasta ahora no han encontrado una empresa que acepte adecuarse a las condiciones de repartición con el gobierno estatal. El mismo asunto que creo que está atrás del agua del río Pánuco: no es que les preocupe por sí el contenido del río, sino que no se pueda hacer negocio con él, ya que una cosa es cierta, si esa agua la pudieran comercializar al gobierno del estado de Nuevo León, no descansarían hasta sacarle la última gota. 

Entendamos, si desaparece Interapas y llega a privatizarse el sistema de abastecimiento de agua de la capital, el compromiso social del gobierno estatal concluirá donde comience el negocio o la posibilidad de utilizarla como instrumento de presión en el ámbito electoral.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

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