El otro desfile, lo que AMLO no quiere ver

Francisco X. Salazar S.

“Dios ciega al que quiere perder” y “no hay más ciego que el que no quiere ver” son sabios refranes populares que se ajustan perfectamente a nuestra realidad. El pasado sábado 23 de este mes se llevó a cabo un “desfile” en el sur de Chiapas, muy cerca de la frontera con Guatemala, que fue muy diferente al organizado por el presidente López el 16 de Septiembre en el Zócalo, en el que, para vergüenza de todo el país, marcharon soldados rusos junto al Ejército y la Marina de México. Ya hemos hablado anteriormente sobre esta infame invitación y distinción de López a un ejército, buena parte de cuyos miembros fueron reclutados a la fuerza, que está invadiendo a un país mucho más pequeño. A pesar de su tamaño, ese país está hoy más cerca de vencer al poderoso y costoso ejército ruso y a los mercenarios que los acompañan.

El “desfile” en cuestión tuvo lugar en el municipio de La Trinitaria, a lo largo de la carretera Internacional 190, la Panamericana, a pocos kilómetros de la frontera con Guatemala y muy cerca de Comitán de Domínguez. Fue en esta región del sur de Chiapas que AMLO anunció la creación de Morena como partido político y donde inició su segunda campaña presidencial en 2012, una campaña que se extendió desde 2006 hasta 2018 después de haber perdido las elecciones ante su ahora admirado, respetado e intocable Enrique Peña Nieto. En esta área también se encuentra Motozintla, uno de los municipios más pobres del país y donde el día anterior se habían llevado a cabo cuatro ejecuciones. Ahí anunció que lucharía por “los más pobres”, quienes siguen igual o más pobres, además de ser extorsionados por los cárteles criminales.

En este “desfile”, un considerable número de camionetas todo terreno, tipo monstruo y blindadas, pertenecientes al Cártel de Sinaloa, se pasearon con hombres equipados con armas de alto poder. Fueron recibidos con aplausos y vítores, aunque cabe preguntarse si estos gestos fueron espontáneos o forzados, por parte de los milicianos del Cártel de Sinaloa. Se suponía que estos milicianos iban a liberar a la región de las extorsiones y asesinatos perpetrados por el Cártel Jalisco Nueva Generación. La realidad es que estos dos cárteles se disputan el control del territorio fronterizo por donde fluyen toneladas de drogas con destino a Estados Unidos. Además, cobran derecho de paso a los migrantes y derecho de piso a los mexicanos.

Lo más preocupante de todo esto es la respuesta desafortunada del presidente López. Lo único que se le ocurrió fue enviar a “atender” la situación a 1,500 soldados e integrantes de la Policía Estatal, quienes fueron recibidos con rechiflas, abucheos, insultos y quema de llantas. Miles de personas en Chiltepec claman por paz. Dijo el presidente “ya lo estamos atendiendo”, y dijo bien porque a eso mandan a los soldados: a “atender”, o sea a mirar, a hacer presencia, a pasear, pero con la instrucción de no enfrentar a los criminales, solo “abrazos, no balazos”. Ninguna detención o enfrentamiento. Solo presencia.

Lo que el presidente López no esperaba fue la respuesta de la Iglesia Católica. Los obispos de las Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Tapachula y Tuxtla reconocieron que estamos ante un Estado fallido y rebasado en los tres niveles de gobierno, que ha ignorado las denuncias de los habitantes de la región. Comentaron que la presencia de militares y policías es inútil si nunca detienen a ningún criminal ni enfrentan a los cárteles, que simplemente esperan a que se retiren los militares para reanudar sus actividades ilícitas, como extorsión y tráfico de drogas y personas.

Si a esta declaración agregamos la reunión titulada “Acuerdo Ciudadano por la Paz en México”, organizada en la ciudad de Puebla por la Conferencia del Episcopado Mexicano, los Jesuitas y las Congregaciones Religiosas, junto con la participación de laicos de todo el país, entendemos porqué la Iglesia Católica (y también muchos pastores evangélicos) no están dispuestos a callar frente a la violencia que resulta de la política de “abrazos, no balazos” y “el miedo, la indolencia e ineficacia de las autoridades” y porqué sostienen que la solución debe basarse en el trabajo conjunto de la sociedad y las autoridades de los tres niveles de gobierno. Después de escuchar a más de 18,000 participantes, se llegó a la conclusión de que “el presente sexenio es el más violento y sangriento de la historia del país”.

En mi opinión, no podemos esperar mucho de parte del Gobierno Federal y algunos gobiernos estatales. El presidente López insiste en que se trata de un problema “regional” y que “todo está normal”, argumentando que solo se trata de propaganda de los conservadores. Como dice el refrán, “no hay más ciego que el que no quiere ver”.

Pero la violencia está presente en todo el país. En Zacatecas, siete jóvenes fueron secuestrados, de los cuales seis fueron ejecutados. En Nuevo León se encontraron 12 cadáveres desmembrados en toda la zona metropolitana, mientras se bloqueaban carreteras y se quemaban vehículos en el sur de Nuevo León, cerca de San Luis Potosí. En San Luis Río Colorado, oootro periodista perdió la vida. En Michoacán, la lucha entre cárteles continúa en una zona caliente. En la zona elegante de Guadalajara, la alcaldesa de Cotija fue secuestrada. La crisis de los migrantes está fuera de control, y los asaltos al transporte de carga y de pasajeros han llevado a que los transportistas indignados cierren la carretera durante más de 8 horas en Ecatepec. En Tabasco se suspendieron las misas debido a la quema de vehículos en Cárdenas. Incluso el caso de Ayotzinapa se ha complicado, con el subsecretario Encinas que ya embarró hasta a García Herfuch, y los padres de los normalistas desaparecidos rompiendo el diálogo con López debido a su insistencia en que el Ejército no tuvo nada que ver, a pesar de que durante su campaña afirmó que había sido un “crimen de estado”. Por lo pronto, el Palacio de Justicia en Iguala fue vandalizado.

Total, López solo ve lo que quiere ver y se refugia en su búnker en el Palacio Virreinal del Zócalo, rodeado de vallas metálicas de tres metros de altura y muchos soldados. Las cifras de homicidios y desapariciones continúan batiendo récords. El martes pasado se registró un récord de homicidios en un solo día, con 93 asesinatos, incluyendo 18 en Nuevo León y 11 en Guanajuato. En total, durante este sexenio, hemos sobrepasado los 156,000 homicidios, convirtiéndolo en el período más violento de la historia del país. Como se suele decir, “no hay más ciego que el que no quiere ver”.

Potosinos Enchilados 

  • No son iguales; ciertamente son bien diferentes. En el tema de las tesis, Xóchitl ha admitido que se equivocó al no poner comillas en algunos párrafos de su reporte de titulación (no era una tesis), lo que representan el 6% del contenido. Ahora se someterá a la decisión de la UNAM. Claudia, por su parte, niega haber plagiado su tesis, aunque esta se parece mucho a una publicada en la India unos años antes. Por último, doña Yasmín, que presentó una tesis idéntica a otra anterior, está buscando ampararse para evitar sanciones por parte de la UNAM. ¿Usted confiaría en alguien que nunca acepta haberse equivocado? Yo tampoco. López nunca ha aceptado un error y así nos está yendo.
     
  • Que vergüenza: la diputada trans María Clemente se declara “la perra del presidente AMLO”. Esto refleja un nivel inaceptable de lenguaje y conducta por parte de los miembros de Morena.
     
  • ¿Será Samuel el candidato de AMLO? Lleva tres semanas hablando maravillas de él. Los pocos votos que obtenga le servirán muy bien a Morena si la elección se pone muy competida, como es el caso.
     
  • Ya lo imaginábamos. Pero que sea revista Science quien ha confirmado en un artículo del investigador Rafael Prieto Curiel que el narcotráfico es el quinto empleador más grande de México, pone de manifiesto el fracaso de las políticas laborales del gobierno de AMLO, especialmente en un país con millones de trabajadores informales (32 millones) y empleados del narcotráfico (160,000).
     
  • Los migrantes que huyen por hambre e inseguridad del paraíso bolivariano, arriesgando sus vidas y patrimonio para escapar de Venezuela cruzando selvas y desiertos, arriesgando su vida en La Bestia, tren de carga mexicano, nos brindan una visión del futuro que nos espera si la 4T continúa en el poder durante otro sexenio.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Ingeniero Químico, maestro en Administración y doctor en Educación. Empresario. En 2005 ocupó el cargo de Secretario del Trabajo y Previsión Social a nivel Federal. Fue dos veces diputado federal y senador, y una vez diputado local. Ha sido catedrático por más de 25 años en universidades públicas y privadas. Miembro del Partido Acción Nacional de 1975 hasta abril de 2022. Ha sido consejero de Canacintra, Industriales Potosinos, Unión Social de Empresarios de México y de Coparmex. Ocupó el cargo de secretario general en el Sindicato de Académicos de la UASLP. Actualmente es presidente del Instituto de Política Laboral A.C.

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