Por: Antonio González Vázquez.
Ahí los tiene, seguramente varios de ellos, en unos años, andarán huyendo de la justician por actos de corrupción y enriquecimiento ilícito. Es tan seguro, que por eso en la fotografía no aparece el gobernador de Veracruz, Javier Duarte a quien ni su propio partido puede ver. De los que están aquí en la imagen, habrá casos tan oprobiosos como el del veracruzano o del campechano, Borge o del ex de Nuevo León, Rodrigo Medina, todos distinguidos priístas hundidos en el fango de la corrupción. Véalos bien y téngalos en la memoria porque de estos habrán de surgir nuevos millonarios. Los que están en la foto no son todos los que son ni están todos los que son. Son los gobernadores constitucionales y los electos por el Partido Revolucionario Institucional. Faltan los de Veracruz y Campeche porque hasta al propio presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa le debió dar pena salir con ellos en la foto. Todos los que están ahí con Ochoa Reza, están como lo puede estar el redil de ovejas con el pastor, tienen algo muy en común: coinciden en que el principal activo del PRI para las elecciones de 2018 es el presidente Enrique Peña Nieto. Imagínese lo perdidos que andan. Se reunieron hace unos días en las oficinas del Comité Nacional donde menester al dedazo presidencial, llegó Enrique Ochoa. En tal convite les habló de lo que suelen hablar los priístas, aunque claro, convencidos de que nunca lo harán: el combate a la corrupción, el combate a la pobreza, el combate a la desigualdad y más y más fruslerías tan inútiles como insoportables. Total que ahí están, formaditos para la foto y ahí está también Juan Manuel Carreras López que, junto con los demás mandatarios por el tricolor confunden la justicia social con las limosnas o que confunden el silencio sepulcral con la paz y la tranquilidad social. Como en los sesentas, setentas, ochentas y así sucesivamente hasta nuestros días, el empleado presidencial pidió a los gobernadores encabezar y abanderar las causas populares, las causas de la justicia social y más postulados que huelen al ropero de la abuela. Según eso, el priísta más importante en la estructura, solo por debajo del presidente, convocó a los gobernadores a combatir la corrupción y la impunidad, lo cual no deja de causar gracia, pues Fernando Toranzo y familia viven felices de la vida y libres de cualquier sospecha tras un sexenio de corrupción. Pero eso n o importa, lo esencial es que la foto salió bien y los discursos también, que los gobernadores sonrieron y a todo dijeron que si, que no se preocupe don Enrique, que van a llevar al partido a la autocrítica y a la reflexión para que no se vuelva a repetir la catastrófica historia del 5 de junio. Tras analizar aciertos y errores de ese proceso electoral, los gobernadores regresaron a sus entidades a hacer lo que saben hacer muy bien: echar todo a perder y hacerle la vida insoportable a la gente. No puede ser de otro modo, pues si tiene como referente de gobierno a Peña, qué otras cosa más se podría esperar.