El príncipe de los aficionados

Frater Ignatius

Pierre Fermat fue un abogado exitoso que tenía como pasatiempo favorito el estudio de distintas ramas de las matemáticas.  Hizo brillantes descubrimientos en teoría de números. Era un amateur como bien lo menciona Eric Temple Bell en su obra magna Historia de las Matemáticas.  La realidad era que este genio poseía una capacidad fuera de lo común para los números y especialmente para teoría de números.  Ideó varios enigmas matemáticos. Uno de ellos era realmente endemoniado. Conocido como Último teorema de Fermat, tardó 358 años en resolverse, gracias al tesón y a la inventiva de Andrew Wiles.  Wiles dedicó todo su tiempo durante 7 años  a este dispositivo matemático que ha engendrado más intentos de resolución que casi cualquier otro problema e incluso algunos sostienen que varios matemáticos terminaron en la miseria o en la locura.

El teorema sostiene que una ecuación de igualdad de exponentes mayores a 2 no tiene soluciones enteras no nulas. Es decir si n es un número entero mayor o igual que 3, entonces no existen números enteros positivos tales que se cumpla la igualdad de x elevado a n más y elevado a n igual a z elevado a n. ¿Existe alguna combinación de números que, elevados al cubo, la suma de dos de ellos sea igual al cubo de un tercer número? Se planteó en 1637. Y todo esto inspirado en la Arithmetica de Diofanto. Lo más fascinante es que en la obra del matemático griego escribió lo siguiente: “Tengo una demostración verdaderamente maravillosa para esta proposición pero no cabe en este margen tan estrecho”. Ahora se piensa que Fermat no tenía ninguna demostración pero con su intuición ayudó a desarrollar una serie de matemáticas nuevas como la teoría algebraica de números o el desarrollo de las curvas elípticas.

A Fermat se le considera junto a Blaise Pascal el fundador de la teoría de la probabilidad.  Es coinventor de la geometría analítica junto con Descartes. Algunos dicen que fue iniciador del cálculo y es considerado como uno de los grandes matemáticos modernos.

Desde el tiempo de Fermat, su teorema ha dado lugar a numerosas investigaciones matemáticas importantes y procedimientos absolutamente nuevos. Muchos de los grandes matemáticos se aventuraron en la demostración del teorema como Euler, Sophie German, Kummer, pero no pudieron resolverlo. Hasta que llegó Weil y 358 años después resuelve uno de los acertijos más desconcertantes de todos los tiempos.

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