El Quetzal, ave emblemática de Mesoamérica, al borde de la extinción

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Ciudad de México (05 de diciembre de 2015).- Para el quetzal o “Pharomachrus mocinno” —nombre científico de esta criatura— que anida en los bosques nubosos de Oaxaca y Chiapas, en México, así como en los de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, ser considerada el ave “más hermosa de América”, la ha convertido en especie sujeta al “saqueo y tráfico ilegales, actividades que, junto con la fragmentación y destrucción de sus hábitats, la han puesto al borde de la extinción”, alertó Sofía Solórzano Lujano, investigadora de la División de Investigación y Posgrado de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM.

El quetzal también “está amenazado por depredadores como el tucaneta verde, ardillas y otros mamíferos nocturnos, que atacan sus huevos o polluelos pequeños, o por búhos, halcones y aguilillas que matan a los adultos. Además, los humanos los cazan, ya sea por sus plumas o para intentar venderlos como mascotas”, agregó.

Sin embargo, el quetzal no es capaz de sobrevivir en cautiverio y una vez atrapados no se alimentan y fallecen. Otra de las causas de su merma es la pérdida de sus hábitats, lo que ha propiciado la desaparición de casi el 70 por ciento de los sitios de anidación, aclaró la académica de la UNAM.

La conservación de esta ave –presente en las referencias culturales e históricas de los pueblos de mesoamerica desde la época prehispánica–, “es compleja, pues como especie migratoria requiere protección y conservación no sólo de los bosques de anidamiento, sino de los de migración. La tala y conversión de estos espacios en sitios de cultivos de maíz y café, así como en pastizales para ganado, disminuye sus posibilidades de supervivencia.

Además, está considerado en peligro de extinción en la NOM-059-SEMARNAT-2010 y por lo mismo se establece que debe ser protegido. Los países donde habita —México incluido— firmaron el acuerdo CITES, que regula el tráfico de especies amenazadas y establece la prohibición de traficar individuos de esta especie (vivos o muertos) o sus productos o subproductos. Igualmente, se han establecido zonas protegidas para que sus hábitats de anidación estén a salvo, concluyó la académica de la UNAM.

Fuente: Noticias MVS.
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