Angélica Campillo
El vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, Juan Jesús Priego Rivera, manifestó que si bien la normalización de la vida es un reto pendiente, el regreso a clases presenciales era necesario.
Apuntó que la vuelta a las aulas exige una inversión efectiva, con el fin de dotar a los planteles de mascarillas, gel antibacterial, utensilios de limpieza, agua, así como de la rehabilitación de los planteles que fueron vandalizados durante la cuarentena por COVID-19.
Por lo que criticó que las obras prioritarias del Gobierno Federal sean la construcción del Tren Maya, el Aeropuerto de Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas, mientras que a la educación se le dedica poca inversión.
Comentó que el regreso a las aulas en medio de la pandemia es una experiencia reconfortante para los alumnos, pero se deben seguir los protocolos sanitarios.
El vocero agregó que si un niño o niña da muestras de sintomatología asociada con el COVID-19 es preferible que no acuda, para que no contagie a sus demás compañeros.
Priego Rivera lamentó el fallecimiento de una menor de 14 años por COVID-19 que se encontraba intubada en el Hospital General de Soledad, e hizo un llamado a los adolescentes y a los padres de familia para que no descuiden a los menores, ya que son vulnerables a la enfermedad, sobre todo por las nuevas variantes.
Respecto al Hospital Central, mencionó que era una institución muy respetada por las y los potosinos, a la que acudían quienes no disponían de un seguro particular o del seguro social, ya que encontraban en el Seguro Popular una manera de atender sus necesidades de salud.
No obstante, comentó que el Gobierno del Estado se apresuró en cederle al Instituto Nacional del Bienestar (Insabi) este nosocomio, sin haber visto cuál era la manera de operar de este sistema, lo que consideró ha perjudicado a aquellos a quienes la Cuarta Transformación dice proteger más que a nadie.
Priego Rivera remarcó que el tener instituciones fuertes hace fuertes a los ciudadanos, pero ahora el Gobierno Federal quiere hacer llegar el dinero de manera personal y no alcanza para cubrir la adquisición de medicamentos, como antes lo hacía el Seguro Popular, “creo yo que seguimos perdiendo”.
