El reto de Leonel, Xavier y Cecilia

Antonio González Vázquez

La elección municipal en la capital del estado va tomando forma. Ayer registraron sus candidaturas, Leonel Serrato Sánchez por MORENA y Xavier Nava Palacios por el PAN-MC. Ambos de ascendencia navista, junto con la priísta Cecilia González Gordoa intentarán impedir la reelección de Ricardo Gallardo Juárez.

Por el perfil, trayectoria e ideas de los opositores al jefe del clan de la gallardía se puede anticipar una campaña desbordante de críticas al edil con licencia.

El sospechoso e inexplicable enriquecimiento de la familia Gallardo Cardona, el culto a la personalidad con recursos públicos, el uso electoral de los programas sociales y de los dineros del municipio, los innumerables casos de asignación directa de obra pública a unos cuantos.

Y también, las amenazas e intimidación a periodistas y medios de comunicación que no son de su agrado, la nunca aclarada compra millonaria de medicamentos, el despido masivo de trabajadores para meter a su gente, la monumental opacidad y el ocultamiento de información pública respecto del manejo del erario.

Pero además, la notable inseguridad que tiene a la ciudad como el principal foco de violencia al tener el mayor número de ejecutados y la cifra más alta de feminicidios.

Están también el hostigamiento y amenazas a empresarios y comerciantes a los que se carga la mano con contribuciones al margen de la ley, sino que los digan los del sector inmobiliario y de la construcción, pero también los de los servicios.

Serrato, Nava y Gordoa tendrán materia prima de sobra para hacer campaña en la que están obligados a exhibir el manejo del gobierno municipal como si se tratase de un negocio del candidato Gallardo Juárez.

Los tres candidatos de mayor presencia se están enfrentando a un virtual cacique rural avecindado en la ciudad por azares de la política. Deberán realizar campañas inteligentes, creativas y profundas, pero dadas las circunstancias, también tendrán que ser audaces, valientes y arrojados.

No se están enfrentando a un político cuya principal virtud sea precisamente la de hacer política. Lo suyo es otra cosa. Y eso a algunos les dio mucho miedo en el 2015 y prefirieron callar y hacerse a un lado.

La elección capitalina será de alto riesgo porque se trata de una contienda muy singular en la que entran elementos ajenos a la política. De la amenaza e intimidación a la violencia habrá sólo unos centímetros pues al ex alcalde le molesta mucho la crítica.

¿Recuerdan aquel “ya estoy hasta la madre”.?

Como sea, es posible vislumbrar a candidatos opositores que no dejarán en paz a Gallardo en el día a día de la campaña. Lo suyo será, como dijo Leonel Serrato, una campaña de denuncia.

Precisamente es ahí donde puede estar el gran riesgo: ¿Hasta qué punto Gallardo y su gente podrá aceptar la crítica antes de responder con amenazas?

Los candidatos, Serrato, Nava y Gordoa serán una enorme piedra en el zapato de Gallardo. Lo van a desgastar al máximo y a cada momento van a denunciar lo que el ayuntamiento ha hecho mal o ha dejado de hacer.

Lo deseable es que no se rompan lanzas porque bien sabido es que en el gallardismo más de uno se pasa de violento.

El reto de los tres candidatos de la oposición es sobrevivir a la campaña, aguantar las presiones que van a subir de tono y plantear propuestas de cambio para la ciudad. Su reto es mayor porque la noción del gallardismo es muy simple: si entregamos 300 mil despensas luego entonces tenemos ya igual número de votos.

Darle vuelta al potencial éxito de la compra de conciencias con los programas sociales del municipio, obligará a los tres candidatos a trabajar las 24 horas del día. Trabajar con ingenio y osadía puesto que habrá lugares de la ciudad donde muy probablemente no les permitan entrar.

Habrá entonces que pensar y hacer algo. No lo van a tener nada fácil.

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