Entrevista: El Rolex de la censura

 

Por: Antonio González Vázquez.

 

Eduardo Alvarado escribió del Rolex de 300 mil pesos del alcalde Ricardo Gallardo y entonces perdió su espacio.

Eduardo José Alvarado Isunza es autor de la columna política Los Jefes y desde febrero pasado la publicaba en El Sol de San Luis. A alguien en el ayuntamiento capitalino no le causó gracia que escribiera del Rolex del presidente municipal y le sugirieron hacerse a un lado.

 

Renunció y Astrolabio lo entrevistó para conocer su versión. El periodista lo cuenta así:

Los Jefes, publicó un caso que se había ventilado en redes sociales hasta convertirse en viral pero que en el periodismo tradicional no se abordó.

 

Escribió de un evento público del alcalde capitalino en donde aparece luciendo un lujoso y costoso reloj que, en los últimos años ha, seducido a muchos políticos, como es el caso de Cesar Camacho Quiroz, líder de los legisladores federales, priísta que tiene uno de esos relojes para cada día de la semana.

Ricardo Gallardo lucía su reloj en un marco de ostentosidad asombrosa que fue contrastada por el columnista con la pobreza de la gente.

 

Escribir de eso trajo sus consecuencias.

Primero, el Sol de San Luis publicó, sin informar al columnista, una carta del Secretario General del municipio, Marco Antonio Aranda en contra de lo escrito por Eduardo Alvarado.

 

“Aranda quería que le dieran derecho de réplica, pero él no era la persona ofendida sino en todo caso, su jefe Ricardo Gallardo”, explica Eduardo Alvarado al considerar que la dirección del Sol de San Luis debió solicitar al alcalde que fuera él quien ejerciera su derecho de réplica, puesto que en todo caso, él sería la persona agraviada por lo publicado en Los Jefes.

 

Emilio Trinidad Zaldivar, en opinión de Eduardo, debió informarle de la misiva, pero no lo hizo “lo cual me parece, no fue nada profesional”.

 

Acerca de la carta de Marco Antonio Aranda, recuerda que “le reclaman (al director del Sol) de una manera muy frontal, que exista ese tipo de columnistas como Eduardo Alvarado en el periódico El Sol” y de ello apunta: “ellos (en el ayuntamiento) quiénes son para andar reclamando qué tipo de reporteros o columnistas tiene un periódico”.

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Confiesa que le pareció extraña la conducta de la dirección de El Sol, pero de cualquier modo, “preparé una respuesta (a la carta de Aranda) y la envío al periódico y me responden que solo tengo que suavizar algunas líneas en donde yo paso de la afirmación de que Ricardo Gallardo ha salido mal del reporte de cuentas y ha hecho actos delictivos en la administración municipal para convertir esa observación en sospecha, querían que no fuera tan directo. Al final, acepté esa recomendación y se publicó”.

Tras el incidente, al jueves de la semana siguiente en la nueva entrega de Los Jefes, Eduardo Alvarado ya no escribió de Gallardo “para que no se entendiera que pudiera haber un asunto personal” y abordó otro tema, “también por un acto de seguridad propia, debido a la fama que acompaña al señor Gallardo”. La columna se publicó.

 

Ese mismo jueves de la publicación de Eduardo Alvarado se reúne con Pepe Alemán, subdirector del periódico. “Me dice, es un honor escribir en las páginas de El Sol y que por tanto, yo tendría que hacer lo posible por conservar el espacio”, lo cual, supuso una advertencia puesto que “entonces me invita a no tocar más los asuntos de la administración municipal y concretamente, a Ricardo Gallardo”.

Eduardo Alvarado conoce y es amigo de Pepe Alemán desde hace al menos un par de décadas, con esa confianza le pregunta “y tú en calidad de que vienes a decirme esto; tú no eres el director y me contesta, es que yo soy el subdirector”.

 

Enseguida, “me dice que hay ya una muy buena relación con el ayuntamiento y con Ricardo Gallardo, que les debe mucho dinero y que les ha ofrecido un paquete publicitario todavía más jugoso y ventajoso y que, al Sol, realmente lo único que le interesa es la ganancia”.

 

Frente en la mesa del café donde se reunió con Pepe Alemán, Eduardo Alvarado le contesta que “yo no soy trabajador de El Sol, soy su colaborador y les he regalado mi trabajo, no tienen porque darme ese trato”.

Astrolabio le pregunta el periodista si en el fondo, pudo haber una solicitud del secretario, del jefe de comunicación del ayuntamiento o del alcalde para su salida de El Sol y dice: “no lo sé, pero el subdirector me dijo que el presidente municipal ya había invitado al director a una gira a inaugurar obras y que este había ido muy acomedidamente, pues la idea era subordinar la línea editorial del periódico a los intereses del ayuntamiento”.

 

En ese sentido, el autor de Los Jefes consideró que “el director de un periódico debe guardar distancia con los funcionarios públicos; tal vez se pueda reunir con ellos en términos informativos, pero esto de andar inaugurando obras se me hace criticable”.

 

Digamos que a El Sol le interesó más asegurarse un buen cliente que mantener a un buen periodista, pregunta este reportero a Eduardo Alvarado, “gracias por lo de buen periodista, pero en mi caso, el periódico prefirió al ayuntamiento”.

 

Por esa elección de El Sol de San Luis, Eduardo Alvarado renunció a seguir escribiendo Los Jefes en ese diario supeditado a los intereses del ayuntamiento de Ricardo Gallardo.

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¿Qué escribió Eduardo Alvarado que causó tanta molestia en el ayuntamiento?

 

Fundamentalmente del reloj del alcalde, la columna se llamó “el Rolex de 300 mil pesos y el enriquecimiento de Gallardo”.

La columna decía que Ricardo Gallardo exhibió, en un evento de la calle Manuel José Othón, un reloj Rolex valuado en 300 mil pesos. Tema que se hizo viral en las redes sociales.

 

“Ese es solo un detalle del costoso vestido que utiliza diariamente el alcalde aunque periodistas y personas que lo acompañan en sus giras, han advertido que utiliza trajes Hugo Boss, de 30 mil pesos, cinturones Salvatore Ferragamo de 5 mil pesos. Una vestimenta bastante cara y de diseñador”, de eso se escribió.

 

Además, de que el alcalde “se traslada en una camioneta Escalade de un millón y medio de pesos y que seguramente esa fortuna que lucía no era de sus negocios como el de la pollería que dice que trabajó, pues ésta se encontraba ya quebrada cuando fue por primera vez presidente municipal de Soledad y que seguramente detrás de esa fortuna, están todos los casos opacos que hablan de corrupción en el municipio”.

 

En ese momento cita algunos: el de Sandra Sánchez Ruiz, purificadoras de agua, los de las tortillas, los útiles escolares, el festival de la cantera donde, por cierto, le pasaron la charola, a constructores de obra pública en cuyo caso recogieron mucho dinero que no fue ingresado a la tesorería municipal.

 

Esa fue la gota que derramó el vaso para Los Jefes con El Sol de San Luis y el ayuntamiento. “Creo que se sintieron muy heridos, porque fue tanto la nota como la columna, luego muy viralizadas en las redes sociales, se sintieron muy afectados.

 

De ese periódico al que ingresó como colaborador en febrero, esperaba más de lo que al final ocurrió, pues Emilio Trinidad le había asegurado que El Sol estaba entrando a una nueva etapa con un periodismo crítico.

 

“Creí que se haría un trabajo diferente al que se hacía por muchos años con Martínez Limón y que le hizo mucho daño al periodismo; no soy de su club de admiradores como los hay, él censuraba personalmente las columnas, las tijereteaba e incluso le ponía sus propias palabras”.

 

“Y pensé que con Trinidad las cosas cambiarían porque él mismo decía que se haría un periodismo más profesional basado en los testimonios, en la prueba documental o en su caso, en una crítica argumentativa y juicio con peso lógico, pero todo fue demagogia”, lamenta Eduardo Alvarado.

 

Al preguntarle de la reacción del ayuntamiento, el columnista estima que la reacción fue exagerada: “Yo pienso que este señor es más grave que todos los otros (alcaldes) porque este señor sí quiere un poder tirano y autoritario, negado a la crítica y a la opinión diversa; busca el control de los medios de comunicación y está dirigiendo ataques fuertes a través de las redes sociales”.

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Apunta con afán de precisión que “ya hay cibersoldados que están a las órdenes del presidente; Ciudadanos Observando ha denunciado en ese sentido perfiles falsos que se dirigen a denostar y difamar el ejercicio de la crítica al presidente municipal”.

 

Eduardo Alvarado concluye que Ricardo Gallardo “se muestra como un peligro para San Luis Potosí”.

 

Con un análisis filoso, expone que si Gallardo “en este momento no tiene el poder absoluto porque existe el contrapeso del gobernador del estado, o que al menos uno supone que lo hay o que él supone que lo hay, no me lo imagino cómo sería con el poder del estado y de los diputados; tendríamos otro Santos (Gonzalo) pero creo, más peligroso”.

 

Por eso, Alvarado Isunza considera que en San Luis Potosí, la libertad de expresión está en peligro y quienes la ejercen están en riesgo.

 

Frente a los excesos, tanto de directivos de medios como de servidores públicos, considera que los periodistas deberían unirse y estrechar los vínculos de fraternidad y solidaridad. Esto es difícil puesto que muchas veces el periodismo es un oficio muy solitario aunque frente a estas amenazas “no nos queda de otra sino unirnos” para enfrentar embates como los que salen del ayuntamiento de la capital.

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