El Saucito: saturación vehicular, la desatención y el aumento anárquico del comercio

Texto y fotografías por Estela Ambriz Delgado

Aunque hace unos meses El Saucito fue nombrado por el Ayuntamiento de la capital como octavo barrio, el reconocimiento dista mucho de los requerimientos mínimos que deberían tener sus calles, avenidas, las fachadas de los inmuebles, para ser considerado un barrio tradicional, además de que el aumento del comercio ambulante de manera desordenada, junto con la falta de limpieza en las aceras y el mal estado de banquetas, dan una mala imagen del lugar, evidenciando la falta de atención desde hace décadas, y la necesidad de que se lleve a cabo una renovación.

Si bien es cierto que se han realizado algunas acciones importantes para mejorar la imagen de El Saucito, como los murales que diversos artistas pintaron en las bardas del panteón, así como otras obras plásticas que se han realizado en la pequeña plaza afuera del templo de Nuestro Señor de Burgos, que lamentablemente algunas ya han sido vandalizadas, la realidad es que en varios puntos a lo largo de la avenida Fray Diego de la Magdalena, prevalece el desorden, falta de limpieza, invasión de comercio ambulante en banquetas, y un incesante tráfico vehicular intenso.

Para los peatones, caminar por Fray Diego desde la altura de Vasco de Quiroga resulta medianamente transitable, sin embargo, cruzar de una acera a otra puede ser complicado, debido al gran flujo vehicular, principalmente saturado por autobuses urbanos, foráneos y de transporte de personal, y aunque pasar a lado del panteón es muy agradable debido a sus murales artísticos, los puestos de flores y comida que se encuentran en las zonas determinadas para ello requieren atención, pues con el paso del tiempo han tenido un notable deterioro.

En la otra acera frente al panteón, pasando la reja de las oficinas de la Secretaría del Bienestar, el comercio establecido ya comienza a verse descuidado en sus fachadas y banquetas, además de que algunos las invaden con sus mercancías, y en otros casos los camiones que les surten productos obstruyen el tráfico y acaparan estacionamientos, lo que visiblemente se va agravando conforme se avanza hacia el templo.

Asimismo, sobre la avenida en ambas aceras, pasando el cruce con Plan de Ayutla, en donde se encuentra un colector pluvial apenas realizado en 2023 y que ya presenta hundimientos y cuarteaduras, el comercio se observa cada vez más saturado y falto de orden, llegando a un punto crítico a unos metros de la iglesia, pues además de los establecimientos, hay diversos puestos ambulantes que invaden las banquetas y entorpecen aún más el tránsito.

De acuerdo al análisis realizado por el equipo de trabajo urbanístico del colectivo Saucito Unido, el arroyo vehicular se encuentra saturado por 12 rutas de transporte urbano, 12 distintas del foráneo, 11 de transporte de personal hacia la Zona Industrial, más el transporte de reparto de productos, los taxis y los automóviles particulares.

Además de que todo lo anterior genera un aspecto desordenado y sucio, esto se conjunta con una aglomeración de personas que acuden a los locales de venta de boletos de autobuses foráneos y esperan para abordar los mismos, junto con quienes esperan el transporte urbano.

Más delante se encuentra la calle Adolfo López Mateos, por donde normalmente entran y salen los camiones urbanos, así como de transporte de personal, lo que ha afectado notablemente el arroyo vehicular. Sin embrago, durante los fines de semana ahí se instala un tianguis, lo que vuelve aún más caótico y lento el tránsito, y se suma a la saturación y desorden en el área.

A esta altura de la avenida Fray Diego de la Magdalena existen diversos locales de venta de comida típica, que si bien en su mayoría son lugares higiénicos, el aspecto de sus fachadas, así como las banquetas se encuentran en mal estado y algunas partes muy sucias debido grasa y otros residuos que se acumulan del comercio ambulante.

Asimismo, a un costado de la iglesia existe un pequeño corredor con negocios diversos, entre los que también hay venta de tostadas borrachas, enchiladas, gorditas, entre otros antojitos, sin embargo, igualmente es un área descuidada y con las banquetas completamente partidas, donde inclusive la pared del templo ha sido dañada con pintura en aerosol.

El corredor culmina a espaldas del monumento histórico y un pequeño jardín anexo, en donde inicia la avenida San Ángel, con un aspecto deplorable, pues además de las banquetas dañadas, principalmente en una de las aceras los comercios tanto establecidos como ambulantes están en pésimas condiciones.

Aunado a ello no se cuenta con suficiente estacionamiento, y es uno más de los cuellos de botella que se suscitan constantemente en el barrio pues la única forma de entrar y salir hacia la avenida Morales Saucito, es por una cuadra de la calle San Rubén, en la que a pesar de su estrechez se circula en doble sentido, debido a que las colonias San Ángel primera y segunda sección mantienen sus calles “privadas”.

Al culminar Fray Diego de la Magdalena inicia la carretera a Zacatecas, en donde igualmente es paso obligado de  peatones, que en esta área no cuentan con banquetas, pues no se encuentra pavimentada, solamente con grava, pese a que unos metros más adelante se encuentra un instituto privado de educación básica desde kínder, primaria y secundaria, y en seguida de sus instalaciones, diversos comercios aledaños al supermercado Bodega Aurrerá. Además en esta zona existe una ciclovía y diversas paradas de autobús de la red metro.

Actualmente la vía principal de acceso al Saucito es Fray Diego de la Magdalena, proviniendo de Vasco de Quiroga o de la carretera a Zacatecas; o por la Adolfo López Mateos viniendo de Las Terceras, lo que ocasiona que para quienes se trasladan en el transporte público, entrar y salir de la zona sea algo que les lleva entre 15 y 20 minutos o más, dependiendo del día y hora.

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