¿Conoces la historia que se cuenta sobre el último día de la reina consorte de Francia, María Antonieta, en que amaneció con el cabello totalmente blanco, justo antes de ser guillotinada?
Aquí te explicamos a continuación de qué se trata este síndrome que lleva el nombre de la última reina que tuvo Francia antes de la Revolución Francesa.
¿Qué es el síndrome de María Antonieta?
Contrario a lo que se pensaba, no fue un episodio repentino de estrés lo que encaneció los cabellos de la famosa reina, sometida sin duda a unos niveles de angustia que quizá no alcancemos a imaginar.
Según los expertos, lo que María Antonieta sufría era un tipo de alopecia, alopecia areata.
Como explica Aurora Guerra, esta condición consiste en que:
“Se cae el cabello de forma brusca, primero los más oscuros, por lo que canas que ya había antes son más visibles, y esto da mayor sensación de canicie repentina”.
Este tipo de alopecia no ocurre de un día para otro, toma su tiempo. No se sabe exactamente su causa, pero sí que es una enfermedad autoinmune de base genética, donde por supuesto, el estrés juega un papel más que visible.
En el caso de la reina, obviamente la angustia y la tensión vividas durante los últimos meses de su vida aceleraron la alopecia que indudablemente ya sufría. Y es que la alopecia areata provoca que las células del sistema inmunológico destruyan el folículo piloso con pigmento, por ello se caen los cabellos con color y se quedan solo las canas, dando la impresión de que el cabello se tornó blanco.
Otros casos.
La historia nos señala que hubo otro caso muy famoso de alopecia areata, y fue Tomás Moro, el humanista, escritor y político inglés a quien le cortaron la cabeza en la Torre de Londres, en 1535. Justo antes también de su ejecución, lo que comprobaría que el estrés y la angustia son factores desencadenantes de los ataques de esta afección capilar.
Lo mismo les ocurrió a algunos sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, este tipo de alopecia no es tan común, pues la incidencia entre la población es de 0,2 y 0,3%, aunque en las consultas de los dermatólogos, por razones obvias, los casos son mucho más frecuentes.
Mientras tanto, resulta más que obvio que hay que manejar mejor el estrés para lograr una mejor calidad de vida, ¿Qué te parece?