Por Victoriano Martínez
Pocas veces se le pone atención a lo que ocurre en el Estado desde más allá de sus fronteras, que resulta lamentable que cuando así ocurre resulta que es para mostrar cosas que no deberían ocurrir.
Muy temprano este miércoles, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó una advertencia contra las compañías mineras canadienses que actualmente “no respetan las normas del país”… y puso como ejemplo de lo que no debe hacerse el caso de la Minera San Xavier y la destrucción del Cerro de San Pedro que dejó incompleto el escudo de armas del Estado.
“Acabaron con el cerro, bueno hasta fue asesinado el presidente municipal; el cerro de San Pedro está en el escudo de San Luis Potosí, ya no existe el cerro y para sacar el mineral, para sacar el oro destruyeron completamente el poblado y devastaron la zona”, dijo.
Y mientras señalaba el escudo del Estado, con San Luis Rey de Francia de pie en la cima del Cerro de San Pedro, López Obrador insistió: “Ese cerro ya no existe”.
López Obrador apoyó en su momento la movilización del Frente Amplio Opositor a la Minera San Xavier (FAO) y estuvo en varias ocasiones en Cerro de San Pedro. Conoció de cerca esa lucha que hoy parece replicarse en la defensa de la Sierra de San Miguelito, en la que el FAO también forma parte de los grupos ambientalistas en resistencia.
El 24 de mayo de 2019, en la Plaza de los Fundadores, López Obrador aportó una consigna para la defensa de la Sierra: “La Sierra de San Miguelito no se toca”, y dio la instrucción a la SEMARNAT para que realizara los trámites para declararla Área Natural Protegida.
A casi dos años, María Luisa Albores González, titular de SEMARNAT, encabeza el proceso y tiene en sus manos evitar que se toque la Sierra, así sea poquito como lo plantean los programas de desarrollo urbano aprobados por el Cabildo y en proceso de la dictaminación de congruencia en la SEDUVOP, para que a la vuelta de unos años no sea un ejemplo más de lo que no debe hacerse.
Podría ocurrir, por ejemplo, que en unos años algún personaje muestre imágenes dramáticas de inundaciones en la ciudad y, como López Obrador, diga: “Las zonas de recarga que evitaban estas inundaciones ya no existen… son fraccionamientos de lujo”.
Muy tarde, cerca de las once de la noche, en un espacio de 4 minutos con 48 segundos del noticiero estelar de Televisa, con Denisse Maerker, se presentaron dos casos que involucran a la Policía Municipal de Soledad de Graciano Sánchez y a su director, Leobardo Aguilar Orihuela, en diversos actos delictivos.
Se trata del caso del desmantelamiento de un taller de llantas, propiedad del empresario Eduardo Olivares, desde diciembre de 2018 y cuya denuncia no avanza a pesar de las múltiples pruebas aportadas, algunas desaparecidas en el Ministerio Público; y de la fuga de un reo en los separos de la policía soledense y la represalia contra una policía que lo denunció.
En la pieza informativa, se advierte de la existencia del Cartel de la Ministerial y, una vez más, sobre lo que no debería de ocurrir: que un grupo criminal como el que se describe no debería operar, sobre todo sin que exista alguna investigación en su contra.
El caso del taller, que apunta hacia ese presunto cartel, da pie para que se presente una declaración del Fiscal Federico Garza Herrera con relación a más de dos años sin resultados en esa carpeta de investigación a pesar de las pruebas aportadas.
“No todas las investigaciones tienen un desenlace rápido”, expresó Garza Herrera en cadena nacional, mientras su vice fiscal Aarón Edmundo Castro Sánchez declaraba este mismo miércoles que están “a momentos” de dar con el autor intelectual del asesinato de Julio César Galindo Pérez, presidente de Coparmex, ocurrido hace 18 días.
Seguramente cada caso presenta su propia dificultad, pero resulta que entre una denuncia de robo con tantas pruebas aportadas con dos años y medio de investigaciones obstruidas por la propia autoridad y el homicidio de un personaje prominente con la fortuna de resultados rápidos, queda expuesta la actitud de la Fiscalía:
Ante la integración de carpetas de investigación que “no tienen un desenlace rápido” tratar de evitar que se conozcan, y cuando el caso permite resultados ágiles –más si es relevante– cacarearlo hasta adornarlo con elementos de suspenso: “A momentos” de dar con el autor intelectual de atentado contra Galindo Pérez.