Ellas protestan porque las matan

Por Antonio González Vázquez

Fotografías: Mayra Elizabeth Hidrobo

El sábado salieron las mujeres a las calles a protestar contra las atrocidades que se cometen en su contra. Marcharon por las calles y lanzaron sus consignas y escribieron otras en mantas o pancartas. Exigieron justicia y exigieron seguridad para ellas porque protegiéndolas a ellas la sociedad se protege. Vamos a andar dijeron y se fueron a caminar el sábado para romper el silencio. Se lanzaron contra la impunidad y las injusticias. Ellas son víctimas de actos brutales y por si alguien acaso llega a creer que es una exageración que ellas exijan respeto, Astrolabio les presenta un recuento de las mujeres asesinadas en lo que va del año. La última de ellas, el sábado cuando en San Luis y todo el país había movilizaciones por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres. 31 mujeres asesinadas de enero al 25 de noviembre. Y eso que hay Alerta de Género ¿o será más bien que eso sirve de tan poco que es mejor pensar que no sirve para absolutamente nada?

El día 3 de enero, un agente de la Dirección de Seguridad Pública del Estado, de nombre Julio César asesinó a su ex esposa en la colonia Rancho Pavón del municipio de Soledad de Graciano Sánchez. En la calle Plaza del Manantial, afuera del hogar de la víctima, el agente le disparó y el cuerpo de la chica, de unos 28 años, quedó tendido sobre la banqueta. Luego de eso, Julio César, el agresor y de oficio policía, huyó, pero fue detenido en el municipio de Villa Hidalgo. La mató porque le ganó la custodia de su hijo.

El de 19 de enero en el municipio de Charcas, en una humilde vivienda del barrio Clavellinas fue localizado el cuerpo de una mujer asesinada. Según versión de su propia hermana, aproximadamente las 22:00 horas, ella se fue a dormir y vio que su hermana descansaba sola en una recámara; al lado, en otro cuarto, dormían sus tres hijos. Por la mañana, al ver que su hermana no había salido de su recámara como lo hacía habitualmente, fue a buscarla; al tocar y no obtener respuesta, optó por romper el cristal de la puerta y ahí estaba, pero sin vida. La víctima se encontraba separada de su pareja sentimental desde hacía tiempo. El cuerpo presentaba una escoriación en el cuello y una lesión con hundimiento en la región frontal izquierda.

Aproximadamente a las 3 de la mañana del 12 de febrero en la calle Independencia en la zona centro del municipio de municipio de Tamuín fueron localizados al interior de una camioneta los cuerpos de dos hombres y una mujer. Los tres con disparo en la cabeza, ella aunque no fue identificada, solo tenía 21 años de edad.

En el atardecer del 20 de febrero, en la comunidad de Escalerillas perteneciente a la capital del estado, un hombre mató a una mujer. Ella lo había dejado, ya no quería vivir con él porque la maltrataba. Al potencial agresor se le ocurrió ir a buscarla a bordo de una camioneta, la encontró y le empezó a reclamar airadamente la separación, pero ella lo ignoró hasta que él, sin más que la rabia encima, sacó una pistola calibre 38 y le disparó en la cabeza. Ella solo tenía 25 años de edad.

En la peligrosísima zona urbana entre la capital y Soledad de Graciano Sánchez unos sicarios ejecutaron a un hombre y una mujer cuando conversaban en una calle de la colonia Ecuestre. Sucede que a las ocho de la noche del 1 de marzo, la pareja estaba a bordo de una camioneta de color negro sin placas, era una Ford Lobo. Apenas descendía la chica de la unidad cuando fue acribillada por unos sujetos que a su vez bajaron de una motocicleta, mientras que a su compañero lo masacraron y su cuerpo quedó inerte sobre el volante de la camioneta.

El 13 de marzo en una humilde vivienda de la comunidad de Rincón de Yerbabuena del municipio de Ahualulco, asesinaron a una mujer; eran como las nueve de la noche cuando su cuñada encontró cuerpo tendido, pensó que estaría sin sentido, así que pidió ayuda para trasladarla al hospital en la cabecera municipal, pero cuando llegaron sólo confirmaron que había muerto. La policía reportó que la mujer fue estrangulada.

Blanca tenía 26 años y vivía en la comunidad de El Cañón del municipio de Xilitla. El 17 de marzo, salió de su casa para no regresar. Ese día por la noche su familia y amigos la buscaron por la zona y denunciaron la desaparición ante la policía. Pasaban las horas sin dar con ella, pero 48 horas después de que se le vio viva por última vez, fue localizada en un predio en un despoblado de la comunidad de Camino Real. Estaba semidesnuda y su cuerpo presentaba signos de golpes y tortura; la mataron con arma blanca y antes la habían violado.

Dos días después de su desaparición, fue localizado el cuerpo de Bernardina. La joven de 20 años de edad había salido de su casa del municipio de Aquismón el pasado 11 de abril. Esa tarde salió sin decir nada y solo se le vio conversando por teléfono y ya no regresó. Su cuerpo abandonado entre la maleza de un potrero, presentaba señales de violencia en el cuello; la habían ahorcado.

En la soledad de un cuarto de hotel en la zona del libramiento poniente del municipio de Ciudad Valles fueron localizado los cuerpos de un hombre y una mujer, los dos con disparos de arma de fuego. El 24 de abril a las siete menos diez de la mañana, empleados del hotel encontraron los cadáveres. Un sujeto de nombre Juan de Dios, asesinó a Sarahí y luego se suicidó.

En la habitación número diez de un motel, asesinaron a una mujer que durante la madrugada del 21 de mayo, se hospedó acompañada de un hombre. Su cuerpo yacía en el piso de la regadera de la habitación, presentaba una herida profunda en la cabeza y golpes en diversas partes del cuerpo. Nadie supo del paradero de su acompañante, en la recepción del motel Del Río, no se dieron cuenta, o dijeron a la policía que no se percataron del momento en que el sujeto abandonó las instalaciones.

Entre las yerbas que crecen a un lado de un camino de la comunidad de Los Gómez, municipio de Soledad de Graciano Sánchez mataron a una mujer. A las ocho horas del 23 de mayo unos campesinos que caminaban por el lugar le llamaron a la policía para decirles que en la calle había un cuerpo. Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública encontraron una mujer joven con una herida profunda en el cuello y otro corte en la cara; recibió además, dos tiros de arma de fuego, a su lado, su mochila, los brazos los tenía como cubriéndose el pecho.

En el fondo de un arroyo que lleva más basura que agua y que cruza por la colonia Cecilia Occeli de Salinas, lo cual de por si ya es una desgracia, fue localizado el cuerpo de una mujer envuelto en una cobija. Como a las 18 horas menos 10 del 24 de mayo, personal de la Procuraduría General llegó al lugar luego de que se recibió una denuncia telefónica. Entre las yerbas, basura y carrizos fue ubicado el cuerpo encobijado de una dama no identificada.

Como a las dos de la mañana, un sujeto se fue enfurecido a la casa de Ella, en la colonia Las Palmas, municipio de Cerritos y la mató, era o había sido su pareja; entró a la habitación y le disparó en varias ocasiones hasta quitarle la vida. Empezaba el día 2 de junio cuando a sus 29 años fue asesinada por quien fuera su amigo sentimental.

Eran ya las ocho de la noche del 10 de junio cuando en la colonia Hogares Populares Pavón un comando levantó a dos personas, una mujer y un hombre, que conversaban dentro del automóvil de la joven que era empleada de la Dirección de Seguridad Pública Municipal. Se los llevaron a bordo de una camioneta negra. Horas después, los cuerpos de ambos fueron localizados: les habían cortado la cabeza, los decapitaron y sus restos fueron abandonados por la zona del Periférico a la altura de Rivera. Las cabezas cerca de la carretera y los cuerpos flotaban en las aguas negras.

En la comunidad del Jaralito en la capital del estado, unos campesinos vieron a lo lejos unos bultos extraños, se aproximaron al lugar y asombrados, se encontraron dos colchonetas embutidas en bolsas negras. Llamaron a la policía, era la mañana del once de junio cuando se confirmó que en las colchonetas envolvieron los cuerpos de dos mujeres, a una le cortaron los brazos y a la otra, le cercenaron las piernas; los miembros los empaquetaron en las bolsas y las envolvieron con las colchonetas.

Joana sólo había cumplido dieciséis años de edad cuando desapareció de su casa en la comunidad de Xicotla, municipio de Tamazunchale. La última vez que la vieron viva fue el nueve de junio; tres días después fue localizado su cuerpo. El cadáver fue abandonado en un camino solitario que conduce a la comunidad de Chapulhuacanito; presentaba fuertes golpes en el cuerpo y una herida de arma blanca en el cuello.

Silvia desapareció el día 9 de junio, había salido de su casa para dirigirse al trabajo; ya no se le volvió a ver con vida, su cuerpo fue descubierto por la tarde noche del 24 de junio en una fosa clandestina en la colonia Primero de Mayo en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez. Tenía 48 años de edad.

Apenas se desgranaban los primeros minutos del 26 de junio cuando un grupo de hombres armados estacionaron su auto frente a la cervecería Micheladas 57 en la carretera San Luis-Matehuala, se dirigieron a un puesto de tacos y al ver a una pareja, le dispararon a mansalva; mataron a la mujer y a su acompañante, un ex policía municipal, lo levantaron y luego lo mataron también.

En un solar lleno de basura en la Colonia Los Molinos de la delegación municipal de Pozos, fue descubierto el cuerpo decapitado de una mujer. La policía recibió el reporte a las siete de la tarde del 28 de junio y al presentarse en el lugar, agentes de la Ministerial encontraron que el cuerpo de la mujer incluso ya había sido devorado por los animales; el cadáver debía llevar ya días en ese lugar. No fue posible identificarla.

Brenda tenía 31 años de edad cuando perdió la vida. No había razón alguna para morir, pero un presunto integrante de la pandilla conocida como Los Jomis, pensó lo contrario y le disparó. Eran las diez de la noche del 10 de julio cuando en la calle Mariano Arista en la colonia Las Flores, unos pandilleros se enfrentaban a golpes y en plena reyerta, uno de ellos sacó una pistola y le disparó a Brenda; aún llegó con vida al hospital, pero unas horas después falleció.

En el lodazal de un camino que conduce al Tanque Tenorio en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez fueron abandonados dos cuerpos; una mujer y un hombre fueron ejecutados y después los arrumbaron en esa zona en la madrugada del 13 de julio.

Ella yacía en la soledad de un páramo del desértico y lejano municipio de Santo Domingo, las manos fuertemente atadas por las muñecas le juntaban las palmas de las manos cerradas como puños. Ella estaba boca abajo, restregada contra el polvo y su pelo negro estaba atado en una cola de caballo. Por la tarde del 16 de julio unos campesinos de la comunidad de Illescas se percataron del cuerpo, lo habían visto como un bulto entre las piedras. La mataron con disparo en la cabeza.

Adalberta, era maestra de primaria. Fue asesinada por un adolescente de diecisiete años de edad de nombre Edén. La mató cuando caía la tarde del seis de agosto en la colonia Centro del municipio de Xilitla, la apuñaló con saña; el asesino andaba ebrio.

En un camino oscuro y desolado del semidesierto fueron localizados los cuerpos de un hombre y una mujer. Estaban maniatados y habían sido torturados cruelmente; tenían los ojos vendados y disparos de arma de fuego en la cabeza. En la madrugada del 8 de agosto vecinos de la comunidad de Illescas en el municipio de Santo Domingo encontraron los cuerpos y lo denunciaron a la policía.

Una mujer caminaba con su hijo por la orilla de la carretera San Luis-Ríoverde, era la tarde del 13 de agosto; sin que se supiera quién ni porqué, desde una camioneta les dispararon hasta matarlos. La Policía no ofreció más detalle del doble crimen que ocurrió en esa carretera a la altura de la comunidad de Jassos.

Mireya fue asesinada el 17 de agosto por sus presuntos secuestradores que luego abandonaron su cuerpo en un baldío de la delegación municipal de Villa de Pozos en la capital del estado. La mataron a puñaladas y luego la dejaron boca abajo y maniatada en la colonia Laguna de Santa Rita.

Iba ya para las once de la noche del 2 de septiembre cuando un vehículo con hombres armados ingresó a la calle Arquitos en la colonia General I. Martínez. En la esquina con Nevado de Toluca, atacaron con armas de grueso calibre a un grupo de jóvenes; algunos lograron huir, pero cuatro murieron, entre las víctimas, una mujer y un menor de edad. Junto a los cuerpos, los agresores dejaron una cartulina con un mensaje alusivo a un grupo de crimen organizado que reporta “en la limpia de pandilleros, ratas y crackeras.”

Una mujer fue asesinada y su cuerpo arrojado a los pies de un enorme promontorio de piedras y tierra, la abandonaron junto a un hombre; los dos, de cara a la tierra, vencidos, abatidos con disparos de arma de fuego en la cabeza. 19:00 horas del 18 de septiembre, comunidad El Xoconostle, municipios de Zaragoza. Los cuerpos fueron arrojados en ese lugar deshabitado, sus rostros pegados a las yerbas del lugar y las zapatillas de tacón de aguja de ella sobre las pantorrillas de su compañero. Inmóviles, desamparados, masacrados y luego tirados a cielo abierto.

Doña Carmen ya tenía 65 años de edad y unos quince minutos antes de las diez de la noche la mataron a balazos. Había salido de su casa a eso de las nueve de la noche y pasó por el andador de Paseo la Cigüeña y al entrar a la calle de Los Jilgueros en la colonia Hogares Populares, un sujeto armado se le acercó y le disparo. Era la noche del 27 de septiembre en el peligrosísimo municipio de Soledad de Graciano Sánchez donde asesinaron a Doña Carmen.

Florentino cometió feminicidio y luego se suicido. Mató a su esposa Eleuteria. Por alguna razón desconocida la apuñaló y él se colgó de una viga en la cocina. Los dos tenían 30 años de edad y vivían en el Jagüey Cercado, municipio de Aquismón. La comunidad se enteró de la tragedia porque unos vecinos, al pasar por la casa de Florentino, ésta tenías las puertas abiertas; entraron y horrorizados contemplaron los cuerpos. Eso sucedió por la mañana del día 16 de noviembre pasado.

En un camino de la comunidad de Valle de la Palma del municipio de Soledad de Graciano Sánchez fue localizado el cuerpo incinerado de una mujer. La Policía Ministerial recibió una llamada en el servicio de emergencia para denunciar que a orillas del camino de tierra, junto a restos de basura y cenizas estaba un cuerpo humano. El cadáver estaba quemado en un ochenta por ciento y por tanto no pudo ser identificado, pero se determinó que se trataba de una mujer. El hecho ocurrió el sábado 25 de noviembre cuando se celebraba el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.

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