Guadalajara, Jalisco (02 de mayo de 2016).- Al cumplirse un año de que el crimen organizado, específicamente el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), desafió a las autoridades federales al atacar un helicóptero militar, la situación en la entidad no ha cambiado, y el grupo sigue liderando la actividad criminal; en el hecho murieron seis soldados y resultaron heridos 12 más. No se ha repetido un ataque similar, pero sí narcobloqueos, como aquel 1 de mayo.
“No ha habido un ataque de esta magnitud. Sin embargo, en el interior del estado los mismos ciudadanos no pueden decir lo mismo. No ha bajado la violencia que afecta a los ciudadanos. No hemos tenido delitos de alto impacto como ése, de esa magnitud, pero la violencia en las calles de Jalisco sigue igual o hasta más complicada”, aseveró Francisco Jiménez Reynoso, investigador de la Universidad de Guadalajara.
Según datos de la ONG Semáforo Delictivo, tan sólo en el primer trimestre de 2016 hubo 263 homicidios, 22% más que en el mismo lapso de 2015 y por encima de la media nacional. Si los casos se comparan con el mismo periodo de los tres últimos años, la tasa se dispara 40 por ciento.
En cuanto a incidencia de lesiones, se plantea que hay un semáforo rojo en la materia, ya que en los tres primeros meses del año hubo 2,003 casos, es decir, 23% más que el mismo periodo de 2015.
En semáforo amarillo están los robos de vehículos, pues en los tres primeros meses del año creció 14% respeto de enero-marzo de 2015, para ubicarse en 1,993 casos.
Según Santiago Roel, director de Semáforo Delictivo, estados como Nuevo León se descompusieron cuando los delitos de alto impacto de homicidios y robo de autos se incrementaron.
Según Jiménez, aquel 1 de mayo de 2015, el CJNG, con granadas propulsadas por cohetes y el derribo de la aeronave, mandó un mensaje al gobierno mexicano. Los jaliscienses aún recuerdan las carreteras a la entrada de Guadalajara y edificios emblemáticos con vehículos incendiados.
“Hubo un parteaguas en la seguridad en Jalisco. Fue un delito de alto impacto. (Los delincuentes) se atrevieron a desafiar a las autoridades militares; si hubieran atacado un helicóptero municipal o uno estatal, pero se fueron contra uno federal, y más, del Ejército, trajo como resultado un desafío abierto del crimen a la máxima autoridad en materia armamentística y logística. “Se fueron contra la cúspide en la pirámide de seguridad interior del país. Fue un hecho sin precedente. (Los criminales) más que mostrar músculo, con un acto de terrorismo ejecutaron y dieron muestra de su poder y penetración, atemorizando a la población intentaron amedrentar a las autoridades. Afortunadamente no dirigieron los ataques a la población (en general)”, subrayó.
Lucha sin resultados.
Aunque fue enviado un fiscal federal con la encomienda de capturar y desarticular al CJNG, los resultados han sido escasos.
“No se han dado los resultados. El cártel sigue en funciones. Las acciones que emprendieron las autoridades federales y estatales no han dado los resultados buscados”.
Hace casi una década había hasta seis u ocho cárteles peleándose esta plaza; sin embargo, hoy por hoy el principal es el CJNG el que domina el territorio. Este último año han sido constantes los atentados en contra de autoridades, policías municipales, uniformados estatales, así como también a ediles, consideró el especialista.
“Hay ataques directos a la autoridad. Y eso que al crimen organizado no le gustan los escándalos. El narcotraficante prefiere una relativa paz para mantener sus centros de operación y distribución de drogas. A ellos les conviene que haya tranquilidad. Un claro ejemplo es Puerto Vallarta: los mismos capos se enojan cuando hay violencia, porque ellos viven del consumo de la droga. A ellos les conviene que vaya el turista a Vallarta y venderle droga: cocaína, mariguana, metanfetaminas y otras. Les conviene que haya una relativa calma. Cuando hay violencia, el cliente se espanta y no llega”.
“¿Cuando se dan los ataques directos? Cuando comienza a transitar una nueva fuerza que no se acomoda a los intereses que reinan; entonces, para presionar, se dan los ablandamientos, como les llaman.
“No descarto que esté entrando otro cártel a Jalisco, por eso hay estos patrones de ataque (a la autoridad)”, estableció el investigador de la Universidad de Guadalajara.
Trato de héroes.
El derribo del helicóptero militar fue parte de una emboscada. Los delincuentes usaron lanzacohetes conseguidos en el mercado negro de armas de Estados Unidos. En el ataque murieron seis militares, pero sobrevivieron cinco, a quienes se les consideró héroes. Ese mismo día hubo cuatro enfrentamientos en distintas zonas del estado y casi 40 narcobloqueos con vehículos incendiados en lugares icónicos de 25 municipios jaliscienses.
A raíz de estas agresiones en Jalisco se mantuvo durante dos días el llamado código rojo. Una semana después había renunciado 2% de los policías estatales, argumentaban que estaban en una lucha desigual, al no contar con las modernas armas y equipos de los delincuentes.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, visitó Jalisco el 5 de mayo, el lunes siguiente del ataque al helicóptero.
El encargado de la seguridad interna del país dijo entonces que “no hay fuerza más poderosa que la del Estado mexicano”, e impulsó el Operativo Jalisco, bajó el mando del general Miguel Gustavo González Cruz.
La nave, con 290 horas de vuelo.
El Eurocopter Cougar modelo EC-725, matrícula 1009 de la Fuerza Área Mexicana, derribado hace un año entre los municipios jaliscienses de Casimiro Castillo y Villa Purificación, contaba con 290 horas de vuelo y sumaba 155 misiones, cuatro de ellas contra la delincuencia organizada y el narcotráfico, incluida la última dentro de la Operación Jalisco iniciada, precisamente, el 1 de mayo de 2015, cuando fue derribado.
La aeronave fue fabricada por Air France, adquirida el 28 de septiembre de 2010 por el gobierno federal, durante la administración de Felipe Calderón, y entregado el 5 de diciembre de 2013.
Antes de ser derribado, personal técnico de la Fuerza Área Mexicana le practicó inspecciones de mantenimiento a las 65, 75, 100, 150 y 200 horas de vuelo, con el lote de refacciones con el que fue adquirida.
Lo anterior se desprende de una solicitud de información dirigida a la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena), que detalla las operaciones en las que participo.
En total fueron 155 vuelos: 54 en operaciones contra la violencia; 61 como transporte aéreo; 37 de adiestramiento; 1 de evacuación aeromédica y dos vuelos de aceptación. La Sedena señaló que la aeronave no participó en labores de erradicación e intercepción.
Participó en cuatro acciones contra el crimen organizado: apoyo del Estado Mayor de la Defensa Nacional; apoyo de la Xl Región Militar; apoyo a la Operación Tierra Caliente, y su última misión en apoyo a la Operación Jalisco.
El helicóptero estaba incluido en la póliza de seguros para las aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana, habiéndose cubierto por el aseguramiento total de la flota 189 millones 456 mil 246 pesos pagados a Grupo Mexicano de Seguros, S.A. de C.V.
Se pagó por éste 14 millones 33 mil 796 dólares, según consta en la póliza número 07000046, con vigencia del 25 de agosto de 2014 al 25 de agosto de 2016.
La Sedena aclaró que no se pagó ningún deducible y que tanto la nave como la tripulación y los pasajeros estaban cubiertos por el seguro, que además cubre el equipamiento adicional.
Ese día viajaban en la aeronave 18 elementos: cinco de tripulación, 11 militares y dos policías; ésta tiene capacidad para 29 pasajeros en configuración de transporte de tropas; tenía capacidad para evacuación de heridos y labores de búsqueda y rescate de combate.
Ese 1 de mayo, además de derribar el helicóptero, el Cártel Jalisco Nueva Generación protagonizó cuatro enfrentamientos y 39 bloqueos en 25 municipios de Jalisco, afectando 26 rutas del transporte público y 12 puntos carreteros, e incendiando 36 vehículos, 11 sucursales bancarias y cinco gasolineras. Hubo acciones similares en Guanajuato, Colima y Michoacán.
Fuente: Excélsior. (Por Adriana Luna)