Empresarios denuncian ola de inseguridad en Carranza

María Ruiz

Locatarios y comerciantes representados por el empresario Alberto Narváez Arochi, denunciaron ser víctimas de la inseguridad que se ha acrecentado por la desatención de las autoridades municipales y estatales en la zona.

Avisaron que esto se origina porque no existe voluntad de parte de las corporaciones de seguridad, lo que ha ocasionado que al menos un 60 por ciento de los negocios establecidos hayan sido víctimas de robo con violencia.

Aunado a esto, expusieron que esto ha provocado el abandono de 80 locales y edificios, así como un descenso del 10 por ciento en ocupación de oficinas administrativas.

“La inseguridad es algo de todos los días, y todos los días nos debe preocupar porque está en riesgo nuestra integridad. Desde hace casi tres años hemos sido testigos del deterioro de la avenida Carranza, particularmente de la zona de Terrazas hasta avenida Reforma”.

Explicaron que su temor a las represalias de los grupos delincuenciales, de quienes dijeron poco a poco se han ido apoderando de la zona, han cometido actos de hostigamiento e incluso robos a mano armada y hasta asesinatos, como el homicidio de un joven en mayo del año pasado.

A la par, expusieron que uno de los principales retos también es la mejora de la avenida debido a la imagen malsana que dan los edificios o casas en abandono, pues son sitios en donde los delincuentes suelen esconderse y organizarse para cometer destrozos en la propiedad privada, como lo es en el caso del Edificio M y el también llamado “nido del crimen”, una casa abandonada con número de domicilio 905 que anteriormente fungía como sede de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental.

“Queremos con este señalamiento volverle a exigir a la autoridad municipal, estatal y federal, que aún hay una deuda pendiente con el corredor Carranza, porque no sé qué más están esperando, aquí ha habido mujeres, asaltos con mucha violencia y vandalismo”.

Respecto a las pérdidas económicas, las y los afectados indicaron que son incalculables, pues han tenido que invertir en cuadrantes de cámaras de seguridad, elementos de seguridad privada, seguros de vida y hasta realizar gastos extras, ante la renuncia de empleados que ya no quieren ir a trabajar más a esta zona debido a los robos que se presentan al menos una vez a la semana.

“Lamentablemente es un problema que ha ido creciendo y obviamente también tiene su incidencia, pero yo quisiera nuevamente reiterar que este ha sido el resultado de las malas políticas públicas y como las autoridades han dejado de hacer su trabajo para rescatar Carranza”, reiteró Narváez Arochi.

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