Ciudad de México (26 de abril de 2016).- Hasta ahora, los resultados de las misiones al planeta rojo nos acercan a entender cómo se originó la vida, coincidieron científicos de agencias espaciales internacionales que han enviado robots a Marte reunidos en Museo Universum.
David Blake, de la misión Curiosity, de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, explicó que en Marte se han detectado características de entornos habitables, con presencia de agua, compuestos orgánicos que reaccionan a la energía y una minerología similar a la que existe en la Tierra, pero aún falta por caracterizar ésta para saber si hay o no vida en aquel planeta.
Hasta ahora, dijo, se sabe que en la formación del Sistema Solar, de miles de estrellas y del Universo, han sido necesarios estos factores, pero podría ser posible otro proceso de desarrollo de la vida, lo cual es difícil de probar en la actualidad.
En la mesa redonda ¿Hay señales de vida en Marte? Las estamos buscando, organizada por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, Jorge L. Vago, de la misión Exomars de la Agencia Espacial Europea, expuso que en el planeta rojo se ha detectado metano.
Ahora lo que se busca resolver es si éste tiene origen por la actividad de microorganismos que han permanecido bajo la superficie durante miles de millones de años o si su presencia es geológica, a partir de que ciertos minerales pueden reaccionar a determinadas sustancias y producen metano.
Estas preguntas serán atendidas en misiones futuras del Exomars. Será en 2020, explicó, cuando se buscarán rastros de microbios que pudieran haber vivido hace cuatro mil 500 millones de años y en condiciones similares a la temprana edad geológica de la Tierra.
Por ello, expuso, los resultados, podrían ser como un viaje al pasado de nuestro planeta.
“Tratar de entender el origen de la vida es más importante y me llena más como ser humano que descubrir que hay otros planetas alrededor de las estrellas en los cuales quizá podríamos vivir”, dijo y agregó:
“Es intentar comprender de dónde llegamos y si este es un proceso universal o una cosa súper excepcional que se dio en nuestro mundo y en otros poquitos lugares”.
En Universum Museo de las Ciencias, el astrobiólogo integrante de la Misión Curiosity e investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, Rafael Navarro González, coincidió en que lo más importante de estas misiones es entender el origen de la vida.
“La vida que se busca es la bacteriana, que se puede dar en condiciones más extremas. Vamos por pasos y el primero es encontrar una zona habitable fuera de la Tierra y ya la hemos encontrado, la más cercana es Marte”, expuso.
“Si encontramos que éste tiene vida emparentada con la nuestra, nunca sabríamos dónde se originó la vida, en Marte o en la Tierra, pero la pregunta básica, si puede surgir la vida de manera independiente, no la resolveríamos. Tendríamos que ir a Europa, al satélite de Júpiter donde podría haber bacterias viviendo en un océano submarino”, agregó Navarro González.
La NASA, abundó, tiene programadas misiones con humanos a Marte para el 2030, pero antes enviará otras con vehículos robóticos para tomar muestras de roca.
Tomoki Nakamura, profesor visitante de la Agencia de Exploración del Espacio Aéreo de Japón, destacó que las investigaciones realizadas con asteroides que contienen agua y compuestos orgánicos sirven para entender cómo se creó la vida en el Sistema Solar.
Japón, apuntó, está más interesado en entender cómo se formó la Luna de Marte, a la cual ya ha enviado un satélite.
En el Teatro de Universum, Juan Manuel García Ruiz, del Laboratorio de Estudios Cristalográficos de Granada, explicó que con las incursiones a Marte no se responde si estamos solos en el Universo, pero si ayuda a contestar cómo se origina la vida, sea donde sea.
El director general de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, José Franco, afirmó que es difícil afirmar si estamos solos en el Universo. “Estamos muy lejos de saber si existe vida en un planeta fuera del Sistema Solar. Y los retos que tendríamos para hacer esa exploración están más allá de las posibilidades de los seres humanos, por lo menos en cientos de años.