Ciudad de México (25 de noviembre de 2015).- Desde piel artificial a brazos robóticos y hasta esperma sintético, la vida parecía que cada vez era menos biológica y que, por eso mismo, estábamos más cerca de conquistar la muerte. Pero ahora hay quienes quieren dar el último paso. Se trata de la empresa Humai, cuyo objetivo es regresarnos del reino de Tánatos.
Esta empresa sorprende desde su página web cuando aseguran que “estamos utilizando la inteligencia artificial y la nanotecnología para almacenar datos de diferentes tipos de diálogos, patrones de comportamiento, procesos de pensamiento e información acerca de cómo funciona nuestro cuerpo; estos datos se codificarán en múltiples tecnologías de sensores, que serán integradas en un cuerpo artificial con el cerebro de un ser humano fallecido”.
¿Qué tal? Independientemente de todos los obstáculos (éticos, científicos, económicos y tecnológicos, por sólo nombrar algunos), Josh Bocanegra, director y fundador de Humai, aseguraba en una reciente entrevista que el primer paso será recoger datos de quienes quieran asociarse a este emprendimiento. Toda la información de su vida y sus rutinas serán almacenadas pocos años antes de la muerte (a saber cómo fijarán ese calendario), y luego se congelará el cerebro para implantarlo en un cuerpo artificial que controlará el “envase” mediante la medición de ondas cerebrales.
Por ahora, el equipo de Humai está formado por cinco personas: una que trabaja con inteligencia, dos centrados en sensores y biónica, un cuarto en nanotecnología y finalmente, un embajador, que busca explicar el objetivo de Humai.
De acuerdo con Bocanegra, “creemos que podremos resucitar al primer ser humano dentro de 30 años. Pienso en hacer de la muerte algo opcional. Yo personalmente no puedo imaginar por qué alguien querría morir, pero respeto sus deseos”.
Fuente: Quo.