En el cómo está la pregunta

Abelardo Medellín Pérez

El qué y cómo preguntar, es parte importante del ejercicio de consulta cuando se intenta conocer la opinión de la ciudadanía sobre un tema complejo, trascendental y de impacto como la pretensión de crear un nuevo municipio, cuyos esfuerzos dirige y coordina el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (Ceepac).

El consejo lo sabe y por ello, en apego a la ley, realizó una jornada de mesas de trabajo para refinar el tipo de pregunta que se realizará el 24 de septiembre cuando en el municipio de San Luis Potosí se realice el plebiscito correspondiente al proceso de municipalización.

No se parte de la nada, pero el ejemplo que el Consejo dispuso por supuesto que necesitaba obvias correcciones:

“¿Estás de acuerdo en la formación de un nuevo municipio en el territorio propuesto por el Congreso local, el cual se conoce como Villa de Pozos, que actualmente pertenece a la capital del Estado de San Luis Potosí?”

A partir de este ejemplo, quienes asistieron a las mesas de trabajo esta semana (organizaciones de la sociedad civil, poderes del estado, universidades) señalaron lo obvio: la pregunta es muy larga y carga dos conceptos innecesarios.

Para los convocados, el mencionar al Congreso del Estado en la pregunta era una referencia innecesaria si se considera el hecho de que esta fue una propuesta realizada desde la ciudadanía.

Todos los grupos participantes, afirmaron que un primer cambio necesario era quitarle “protagonismo” al Congreso, para no confundir el origen de este proceso, pero… ¿en realidad es ciudadano?

La propuesta inicial, así existiera en el imaginario colectivo de la delegación, nació de una urgencia que ha promovido el gobernador Ricardo Gallardo Cardona y para la cual se ha servido de las doblegadas voluntades de los diputados a su servicio.

En estos últimos recae oficialmente la responsabilidad de la propuesta; de acuerdo con lo que considera el Ceepac, este ejercicio fue activado por un “Poder del Estado” (el Legislativo), justo por eso, sin importar la participación en el plebiscito, el resultado mayoritario será vinculante.

¿Entonces por qué la insistencia de los representantes y organizaciones de restarle protagonismo al Congreso?, ¿a casó intentan abonar a la simulación de afirmar que este es un ejercicio “ciudadano”?, ¿por qué no contribuir aún más a la farsa estatal y al espectáculo politiquero e incluir al propio gobernador en la pregunta?

Restarle “protagonismo” al legislativo estatal, puede que efectivamente sea necesario en este caso, pero no por eso debemos disimular y fingir que los Poderes del Estado son los verdaderos responsables de promover la municipalización; así la gente esté interesada en que Villa de Pozos sea un nuevo municipio, en la realidad política de aquí, el Gobierno no actúa a menos que tenga fuertes intereses sobre aquello que se le pide.

Por otro lado, la segunda sugerencia más mencionada, la de la extensión de la pregunta, es una precisión más que pertinente.

El Ceepac seguramente utilizó la experiencia mexicana en mecanismos de democracia directa para escribir su pregunta de ejemplo. La pregunta que el Consejo sugirió cuenta con 38 palabras, muy parecida a la pregunta que se realizó durante el ejercicio de revocación de mandato cuando se cuestionó a la ciudadanía con una pregunta de 39 palabras.

Sin embargo, el Consejo no debería seguir hiper específicos ejemplos mexicanos que no han sido democráticos como se esperaba; el Ceepac debería voltear en realidad a los ejemplos de Estados nación que sí tienen experiencia en realizar plebiscitos.

El mejor ejemplo a seguir es Chile. Los chilenos han hecho plebiscitos desde el siglo XIX; en 1817, Chile realizó un plebiscito para concretar su independencia y posteriormente para respaldar la creación de una nueva constitución.

Estos ejercicios de democracia directa se han repetido tanto en este país, que en 2020 se realizó un nuevo ejercicio consultivo para determinar si la ciudadanía chilena estaba de acuerdo en iniciar un proceso constituyente para redactar una nueva constitución.

¿Y cómo fue la pregunta de este plebiscito constituyente?, a las extensas mentes mexicanas les sorprendería. Para un proceso que buscaba crear, no un nuevo municipio, sino modificar por completo su carta magna, los chilenos solo necesitaron, para dos preguntas, 10 palabras en promedio.

Es decir, en Chile se ocuparon cuatro veces menos palabras que las que sugirió el Ceepac para su plebiscito.

¿Qué necesidad hay de mencionar al Congreso, de mencionar al “territorio”, de decir que se trata de Villa de Pozos?, la ciudadanía tiene la información y sobre cargar de verborrea la pregunta realizada solo provocará, sin importar cómo se formule, confusión entre la ciudadanía.

Entonces sí, el Ceepac debe recordar que menos es más cuando se trata de temas importantes; pero también deben aceptar que este proceso viene desde el poder y no desde la ciudadanía como insisten en decir.

Si el Ceepac ya se prestó para un ejercicio que no se ha cuestionado en su fondo, al menos debe considerar la forma para no transgredir a la ciudadanía que se plantea cuestionar, pero tampoco mentir a la historia que escriben.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.

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