Por Fátima Alvizo
En 2018, en el primer año de instalación de la Alerta de Violencia de Género para el estado de San Luis Potosí, en el mes de enero ya se contaban ocho muertes violentas de mujeres. La octava, María de Lourdes Cárdenas Galarza, de 32 años de edad, trabajadora del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), fue encontrada asesinada y semicalcinada en la carretera a Guadalajara a la altura de la comunidad de Escalerillas.
María de Lourdes trabajaba como secretaria particular del entonces delegado de la Conafe, Crisógono Sánchez Lara, aunque los relatos noticiosos del feminicidio son variados, se coincide en mencionar al exdiputado como uno de los principales sospechosos en este.
Es así que Crisógono no estuvo presente en la arena política local por algunos años, reapareciendo el día de ayer con el nombramiento por el gobernador del estado como nuevo director del Sistema Educativo Estatal Regular (SEER). En los boletines de prensa oficiales destacan que “[Crisógono] tiene experiencia tanto en el sector educativo como en el sector público, ha sido docente y director de escuelas, secretario General de la sección 26 del SNTE; diputado federal y local; presidente municipal de Tampacán y delegado Estatal del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe)”.
¿Esta trayectoria puede eximirlo de los señalamientos por la privación de la vida de una mujer? La respuesta corta es no. Si bien no hay una sentencia firme que lo relacione con el feminicidio de María de Lourdes, ¿por qué pasar por alto un antecedente así y aceptarlo de nueva cuenta en la función pública? Cuando por ley las personas funcionarias deben conducirse en la legalidad y la ética.
Además no deja de indignar que teniendo perfiles de mujeres y hombres intachables y al servicio del sector educativo se presente a un impresentable, lacerando con ello la memoria de una mujer que a la fecha no ha obtenido justicia. Perpetuando con ello la impunidad que reina en los casos de feminicidio en nuestra entidad.
Alzamos la voz por las que no están con nosotras.
¡Justicia para María de Lourdes!