Por Victoriano Martínez
¿Cuál es el panorama real de la vida nocturna en la ciudad? ¿Cuál es el nivel de riesgo que enfrentan, principalmente los jóvenes, al acudir a un antro?
En los últimos doce meses se han registrado incursiones de grupos armados que asaltan, batallas campales sin intervención de los cuerpos de seguridad, balaceras e instalaciones inseguras que han cobrado la vida de cinco personas y dejado heridas a otras 15, hasta donde se sabe… porque la autoridad dosifica la información.
El 7 de junio, dos jóvenes muertos y 15 más lesionados fue el saldo de la caída de ese grupo de personas por un barandal en mal estado en la Plaza Comercial Alttus. La aglomeración que provocó la tragedia se dio frente al Antro Rich, que operaba sin autorizaciones, pero podía convocar a eventos masivos.
“Es más grave lo que pasó en el otro antro”, así respondió el alcalde Enrique Galindo Ceballos sobre el caso en una entrevista en Pulso Al Aire el 26 de septiembre. “Y nadie habló del otro antro. Ni siquiera sabes cómo se llama”, retó a Daniel Ortiz, el entrevistador.
– No, no sé, ¿a cuál antro te refieres?
– No, bueno, ahí te lo dejo de tarea, tú eres el periodista– le respondió un sonriente Galindo Ceballos, quien todavía hoy oculta un hecho más grave que la tragedia del Rich, como si no fuera algo serio.
Ante esa actitud de quien tiene la obligación de garantizar la seguridad de los habitantes del municipio que gobierna por un segundo periodo, pocas esperanzas hay de que se conozca la situación real y el riesgo que representa para muchas personas hacer vida nocturna en la ciudad.
Si el alcalde prefiere ocultar hechos de mayor gravedad que la caída de un grupo de personas de un tercer piso por la negligencia y omisión de las instancias de protección civil estatal y municipal, la segunda bajo su responsabilidad, es claro que evade su responsabilidad, y sería más grave si tal opacidad tiene que ver con algún tipo de encubrimiento.
¿Cuántas otras cosas más oculta relacionadas con las responsabilidades que debe atender como alcalde simplemente por su cálculo politiquero de que si la población se entera su popularidad encuestas a modo puede bajar?
El caso Rich, de por sí, por públicamente notorio vuelve visible el grado de evasión de responsabilidad en el que incurre el alcalde. Al informar sobre la destitución de los funcionarios de la dirección de Comercio, Galindo Ceballos señaló que las omisiones contribuyeron al trágico accidente.
Si a las omisiones les dio el carácter de una circunstancia que contribuyó al accidente, en sentido estricto señaló responsabilidad de sus subordinados en la muerte de dos personas y sobre las heridas de otras 15, lo que penalmente se traduciría en participación en homicidio culposo.
Hasta donde ha informado, Galindo Ceballos se limitó a mandar a su casa a los responsables y a prometer que no los volverá a contratar en su administración. No ha dicho si presentó alguna denuncia ante la Fiscalía General del Estado por lo que encontró la contraloría municipal que demostró la contribución de sus colaboradores a un accidente fatal.
Por cierto, el grado de participación de los funcionarios de la Coordinación de Protección Civil del Estado muestra omisiones aún mayores que en el caso del Ayuntamiento, que representa un agravio aún mayor para las víctimas y sus familiares.
Si por públicamente notorio, el caso Rich deja ver los graves riesgos de la vida nocturna, el ocultamiento por parte de Galindo Ceballos de un caso aún más grave y los acontecimientos de los últimos días en distintos antros hacen pensar que resultaría muy amable de parte de la Capital del Sí una campaña más:
“En San Luis Amable puede hacer vida nocturna… bajo su propio riesgo”.