Washington, Estados Unidos (22 de junio de 2016).- Donald J. Trump arranca la campaña para la elección general trabajando con la peor desventaja financiera y organizacional de cualquier nominado de un partido grande en la historia reciente, poniendo tanto su candidatura como a su partido en riesgo.
Trump comenzó junio con solamente 1.3 millones de dólares en efectivo en la mano, una cantidad más acorde para una campaña para la Cámara de Representantes que para la Casa Blanca.
Se quedó detrás de Hillary Clinton –quien reunió más de 28 millones en mayo– por más de 41 millones, de acuerdo con reportes presentados la noche del lunes ante la Comisión Federal de Elecciones.
Tiene un equipo de apoyo de unas 70 personas –comparado con casi 700 de Clinton– lo cual sugiere solamente el mínimo esfuerzo para combatir en los estados indecisos este verano.
Además el lunes despidió a su administrador de campaña, Corey Lewandowski, por preocupaciones entre sus aliados y donantes sobre la habilidad de éste para dirigir una contienda competitiva.
La campaña de Trump no ha transmitido un comercial en televisión desde que él logró asegurar la nominación en mayo y no ha reservado tiempo de transmisión para el verano ni otoño.
Clinton y sus aliados gastaron casi 26 millones de dólares en anuncios tan sólo en junio, de acuerdo con el Grupo de Análisis de Medios de Campaña, criticando duramente a Trump por su temperamento, sus declaraciones y el haberse burlado de un reportero con discapacidad.
La única respuesta sustancial, aparte de las burlas del señor Trump en los mitines y en Twitter, ha venido de un par de grupos que gastaron menos de dos millones de dólares entre ambos.
La recaudación de Trump en mayo refleja su atraso en ensamblar el centro de un equipo de finanzas.
El mismo mes que aseguró la nominación republicana, Trump recaudó solamente 3.1 millones de dólares y se vio obligado a prestarse a sí mismo dos millones para cubrir los costos.
Algunas invitaciones a eventos de recaudación de Trump han tenido la misma corta lista de patrocinadores republicanos nacionales sin importar en qué ciudad se realice el evento, lo cual sugiere que Trump ha tenido problemas para encontrar patrocinadores locales.
Un vocero de Trump no respondió a la pregunta sobre los planes de gastos de la campaña.
Durante una entrevista el lunes en CNN, el señor Lewandowski defendió la estrategia minimalista del candidato.
“Somos más esbeltos, más frugales, más eficientes, más efectivos. Reunimos audiencias más grandes. Obtenemos mayor cobertura de la prensa”, dijo Lewandowski.
“Si éste fuera el mundo de los negocios, la gente estaría elogiando al señor Trump por la manera que ha realizado su campaña”.
Campaña de Donald gasta 6mdd en sus propias compañías.
Donald Trump es uno de los hombres más acaudalados que haya competido por la presidencia de Estados Unidos, pero su oficina de campaña parece estar en bancarrota. Es más, reportes de recaudación de fondos muestran que él utilizó aproximadamente seis millones de dólares de dinero de campaña para pagar a sus propias compañías y familiares.
Los infortunios financieros del magnate multimillonario fueron suficientes para inspirar el martes el burlón hashtag de Twitter #TrumpSoPoor’, y lo que es más grave, dio a donantes ya renuentes más razones para no soltar su dinero.
Los gastos de campaña de Trump difícilmente inspiran confianza entre la gente de la cual busca conseguir fondos. El gasto incluye un pago en mayo de 423 mil dólares a Mar-a-Lago, un club privado en Florida que utiliza como su casa vacacional, y suficiente cantidad de agua marca Trump para llenar una tina de baño.
Su probable adversaria en la elección general de noviembre, la precandidata presidencial demócrata Hillary Clinton se mofó de Trump el martes tuiteando a sus seguidores: ”¿En qué está gastando Trump sus exiguos recursos de campaña? ¡Vaya!, en él, por supuesto”.
Una campaña presidencial es costosa: de aproximadamente mil millones de dólares en años recientes. Ese dinero paga anuncios de televisión y contacto con votantes para persuadirlos de que acudan a votar en noviembre.
Trump inició el mes con 1.3 millones de dólares en el banco, con menos dinero para campaña que muchos candidatos al Congreso y que incluso varios de los precandidatos republicanos a quienes derrotó. Los tres millones de dólares que recaudó por donaciones en mayo representan aproximadamente una décima parte de lo que consiguió Clinton el mismo mes.
Trump resta importancia a las críticas sobre su recaudación de fondos, y dice que apenas comenzó a hacerlo de manera seria el 25 de mayo, a pesar de que prácticamente es el candidato del Partido Republicano desde el inicio del mes pasado. Él financió mayormente su exitosa campaña de precandidato a través de préstamos personales y se apoya fuertemente en el Comité Nacional Republicano para conseguir ayuda.
”Hasta la fecha, la recaudación de fondos de la oficina de campaña ha sido increíble, y continuamos viendo un tremendo flujo de apoyo para el señor Trump y dinero para el Partido Republicano”, dijo el martes su oficina de campaña a través de un comunicado.
Tanto Trump como el partido dicen que él puede girar cheques si las donaciones no aumentan. Pero hay indicios de que él está tomando los fondos de campaña más seriamente.
El martes realizó su primer esfuerzo por correo electrónico en busca de donaciones, escribiendo que igualaría hasta dos millones de dólares en contribuciones. ”Éste es el primer correo electrónico de recaudación de fondos que he enviado en pro de mi campaña”, escribió Trump.
”Hay mucha renuencia”, dijo Spencer Zwick, quien fue el principal recaudador de fondos de campaña para Mitt Romney hace cuatro años. ”Algunos están diciendo que la organización financiera está sumamente desordenada”.
Defensores de Trump, incluido el donante de Nueva York Anthony Scaramucci, dicen que gran parte de su atractivo es que él es un ”no político” que hace las cosas de manera diferente.
Eso se extiende a su propensión de mezclar negocio con política.
Reportes financieros presentados ante la Comisión Federal Electoral detallan una campaña sin miedo de entremezclar propósitos políticos y empresariales de una manera sin precedente.
Fuente: El Diario MX.
