Engañar

 

Por: Antonio González Vázquez.

 

Tal vez porque les vino del cielo un poco de decoro o quizá, porque se trata de una minucia, pero el hecho es que en el Informe de Actividades del Primer Año de Ejercicio Legal de la LXI Legislatura, se omitió el dato más relevante y que tiene que ver con la productividad de los diputados.

La oficina de prensa del Congreso del Estado generó un boletín de nueve cuartillas para dar cuenta de ese Informe, pero en ningún lado aparece el dato acerca de la principal labor del legislador. Lo más próximo a eso es este párrafo:

“En el Informe de Actividades Legislativas del Primer Año de Ejercicio Legal de la LXI Legislatura se destacó que se expidieron 370 decretos; 75 dictámenes con proyecto de resolución; 4 minutas federales; 6 minutas locales; 5 acuerdos con proyecto de resolución; 85 puntos de acuerdos y se realizaron 68 sesiones plenarias; 274 sesiones de comisiones, comités y Junta de Coordinación Política; 17 sesiones de la Diputación Permanente; 1664 intervenciones en Tribuna y se recibieron 2335 asuntos en la Directiva, entre otras actividades”.

Se omitió que en ese primer año de ejercicio legal, se dio entrada y se canalizó a Comisiones, un total de 450 iniciativas, de las cuales, 362 no fueron dictaminadas y por tanto presentan estatus de pendientes y de ésas, 18 quedan en calidad de rezagadas y con prórrogas vencidas.

El dato es espeluznante, puesto que de cada diez iniciativas presentadas, solo se resolvieron dos. Eso quedo fuera del Informe y a nadie parece importarle pues con los diputados, se sabe que no hay remedio posible.

Los de la imagen son los diputados de la LXI Legislatura local, son 27 y provienen de nueve partidos políticos, pero al final todos entran y salen del mismo costal. Engañar es una de sus virtudes, escandalizar es una de sus habilidades y simular es una más de sus extensas capacidades para no hacer lo que la ley les ordena hacer.

En la fotografía parecen tan serios, tan serenos, tan respetuosos y hasta cantan el himno nacional y saludan a la bandera, pero en la realidad durante el último año llenaron páginas y páginas de los periódicos con sus mezquindades y excesos. Se les puede ver en posición de firmes y muy patriotas y tan tranquilos como quien considera que ha cumplido con su labor.

Pero no es así, tienen tantas iniciativas de ley pendientes como días llevan en el cargo de diputados de lo que se desprende que, en realidad, para lo único que son buenos es para cobrar y para utilizar los recursos públicos en sus proyectos políticos personales.

No hubo día en el año en que algún diputado no haya dado de qué hablar por su proclividad al escándalo y la estridencia, de tal manera que los peores augurios se han cumplido: no hay duda, es la peor de las legislaturas de que se tenga memoria.

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