Ángel Castillo Torres
PRI, PAN y PRD irán juntos en una alianza para intentar conservar el Ayuntamiento de la capital. Ya han registrado ante el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (Ceepac) el convenio que establece este acuerdo. Vendrán ahora días complicados en los que tendrán que elegir y legitimar a un candidato. El método de elección será una encuesta. A partir de hoy se vivirá un periodo cargado de peligros por la posibilidad de fracturas y desacuerdos promovidos por aquellos que quedarán fuera de la jugada. Todo indica que la coalición Fuerza y Corazón por México ganará la nominación y será Enrique Galindo el candidato. Pero su elección será una decisión cupular y no de las bases militantes de los partidos. En las últimas dos semanas Enrique Galindo ha sufrido para obtener el apoyo de los “otros” que también aspiran (Rubén Guajardo y David Azuara), los dos son panistas de probada sangre azul con méritos suficientes para aspirar y no aceptan una imposición.
Pero el poder de los dirigentes nacionales acabará por imponer al actual alcalde capitalino a través de una encuesta de dudosa factura. Mal empezará Galindo su travesía hacia la campaña electoral que comienza a principios de marzo.
Galindo no convence a los panistas
Después de meses de indecisión Enrique Galindo confirmó que ira por la reelección. “Quiero ser el primero en lograr esta hazaña” dijo muy muy a los medios de comunicación. A partir de ese momento el alcalde se ha dedicado a conseguir los apoyos necesarios para cumplir los requisitos que exigen los tres partidos de la coalición “Fuerza y Corazón por México”. En primer lugar Galindo tendrá que asegurar la viabilidad de su proyecto dentro de su propio partido. Esta gestión no será sencilla, su relación con los dirigentes priistas se encuentra dañada. Como Galindo se creía el primer priista del estado se llenó de presunción, escupió por el colmillo y exigió a los directivos locales y nacionales un trato de rey. Solo que el arrogante Alito Moreno y la siniestra Sara Rocha lo mandaron por un tubo. Ofendido en su narcisismo, Galindo se distanció de los directivos del PRI. Dejó de hacer política, canceló el diálogo y la negociación y se hizo el interesante.
El alcalde creyó que los iban a mandar llamar, pero nada, solo obtuvo durante semanas un sepulcral silencio y una tanda de desdenes. Y ahora que ha llegado el tiempo de decidir candidaturas Galindo cae en la cuenta de que cometió un error de cálculo. Sara y Alito tienen la sartén por el mango y el super policía está atrapado en sus siniestras manos y lo harán sufrir. Galindo, impulsado por su novatéz como priista nunca quiso entender que en el PRI nadie es indispensable.
Así que ahora que quiere el apoyo para ser candidato deberá someterse a la voluntad del dirigente nacional Alejandro Moreno y postrarse a los pies de Sara Rocha. Tendrá que guardar su orgullo herido y asumir una servidumbre voluntaria si es que acaso quiere el visto bueno a su candidatura.
Hay que recordar que el PRI ha decidido que sea la Comisión para al Postulación de Candidatos la que apruebe quienes obtendrán una candidatura. Esta instancia de decisión interna es controlada por la diabólica Sara Rocha que ahora tendrá la oportunidad de doblegar la arrogancia de Galindo.
El alcalde no tiene el control de la Comisión para la Postulación de Candidatos, instancia que decide quienes serán candidatos a regidores y síndicos, por tanto, Galindo no podrá imponer la parte priista de la planilla que, en caso de ganar, integraría el próximo Cabildo. Así que no podrá impulsar a sus más leales seguidores al máximo órgano de gobierno en el H. Ayuntamiento. Será Sara Rocha, la que con el respaldo de Alito Moreno decidirá quiénes serán promovidos a esos codiciados cargos de elección popular. Sara, la enterradora del PRI, tiene ahora la oportunidad de hacerle saber a Galindo quién manda en el partido. Desde agosto de 2023, Galindo dejó de ser “el primer priista del estado”, ahora los que mandan son Alito Moreno y Sara Rocha. Incluso ha trascendido que la actual presidenta le impondrá a Galindo a Alberto Rojo Zavaleta como síndico y a Hugo Urbina y Marcela Rocha como regidores de su planilla. Igual pasará en el PAN donde Xavier Azuara tendrá la última palabra acerca de quienes se podrían convertir en regidores de ese partido. Así que si acaso llegase a ganar Galindo será un alcalde maniatado. Se verá obligado a negociar y a tomar en cuenta la opinión del pequeño dictador del PAN que con el apoyo de Marko Cortés, dirigente nacional, no soltarán el control del partido albiazul en San Luis Potosí. Fieles a su espíritu filibustero Marko Cortés y Xavier Azuara exigirán que buena parte de sus leales sean incorporados a la nómina municipal, pero sobre todo demandarán que se les otorgue obra pública, ahí está el negocio. Este estilo gansteril de cobrar derecho de piso quedó evidenciado en el escandaloso pacto mafioso de coalición que en Coahuila firmó el gobernador priista Manolo Jiménez y Marko Cortés para las elecciones de 2023. Dicho convenio se hizo público hace unos días debido a que el cándido y torpe dirigente nacional panista lo publicó en sus redes sociales provocando un escándalo nacional. Como buen traficante de influencias, repartidor de “huesos” y canonjías, Marko Cortés pidió se le otorgaran al PAN, como botín de guerra, 6 Notarias Públicas, la Secretaría de Obras Públicas, la de Fiscalización y la de Medio Ambiente, las que dejan más dinero.
Pero además también exigió el Instituto de Transparencia, 20% de los registros civiles y oficinas de recaudación, y ya encarrerado pidió el 20% de las direcciones de los planteles educativos y universidades.
Por este antecedente repugnante será forzoso que Galindo, el PAN, PRI y PRD den a conocer a la sociedad y a los votantes si acaso se está exigiendo algún botín. Es necesario saber de qué tamaño será el moche que pedirán los panista que comanda Xavier Azuara para dar su apoyo a Galindo.
Pero sobre todo, Enrique Galindo debe hacer públicos estos compromisos no solo por transparencia sino para que estos arreglos pecaminosos no dañen su futuro político. Considérese que Galindo ha dicho que una de las razones por las que quiere lograr la reelección es porque siempre ha soñado ser gobernador en el año 2027 y por tanto, para alcanzar su meta, necesita otros tres años para demostrar que tiene con qué, aunque el gobernador Ricardo Gallardo no esté de acuerdo con sus planes y ensoñaciones y ya se apreste a derrotarlo con su candidata estrella Sonia Mendoza.
Pero igual de complicado tiene el panorama el alcalde con las tribus panistas que no lo quieren. Entre el panismo de cepa hay la certeza de que el alcalde es ingrato y aprovechado, no ha sabido honrar los compromisos que hizo cuando recibió el privilegio de ser su candidato en el 2021. Para ellos Galindo no es confiable, hace un uso patrimonialista del cargo, demanda que se le queme mucho incienso, le gusta el culto a la personalidad. Muchos de los panistas que han colaborado con actual edil comentan sotto voce que les da un trato de gatos y no de aliados políticos. Sobre todo cuando le encarga este trabajo sucio a su déspota tesorero Arturo Jaimes Núñez y a su fullero oficial mayor José Salvador Moreno Arellano. No resulta extraño entonces que ahora llegado el momento de cobrar afrentas los militantes y los diversos líderes panistas le estén pasando la factura por sus deslealtades y maltratos.
Por otro lado tenemos que hay dos poderosos aspirantes panistas que no quieren ceder y han dicho que se inscribirán en el proceso interno del PAN para pelearle a Galindo la candidatura. Ellos son Rubén Guajardo y David Azuara. Estos jóvenes panistas no le tienen confianza a Galindo. Para ellos el actual alcalde ya les demostró que tiene poco respeto por los compromisos políticos que hace. Así que, ¿qué les puede ofrecer como premio de consolación para que ya no aspiren a ser candidatos a la alcaldía? Estos dos líderes relevantes de las bases del PAN consideran – igual que cientos de panistas – que ya no se debe permitir que el PRI a través de Galindo, se aproveche de su fuerza electoral que en votos duros, constantes y sonantes rondan los 120 mil sufragios en la capital. Ellos creen que pueden ganar solos.
Y para rematar, Galindo tiene que convencer al grupo de Alejandro Zapata Perogordo de que le de su apoyo. El “Zorro Plateado” ya se ha definido contrario a la candidatura de Galindo. Convencerlo de que cambie de opinión será un calvario para el super policía. Más doloroso le va a resultar convencer a Octavio Pedroza a quien agravió corriendo de la estructura de gobierno municipal a los panistas que él propuso. Su combo, carnal y fórmula de la pasada elección está muy decepcionado del alcalde.
Como puede verse Galindo no la tiene fácil y este enredo favorece los planes del gobernador y de Leonel Serrato. Para Galindo alcanzar su postulación como candidato a la reelección parece una Misión Imposible. Que Dios lo acompañe y proteja en esta aventura.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es psicólogo y maestro en Ciencias de la Educación. Fue delegado de Villa de Pozos en 2022 y subsecretario de Gobierno de 2016 a 2017. Presidió el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional en 2013. También fue director general del Sistema de Financiamiento para el Desarrollo del Estado. Ocupó los cargos de regidor en la capital potosina (2007) y de diputado local de la LVI Legislatura (2000). Impartió clases en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.