Por Victoriano Martínez
El 16 de junio de 2016, Eduardo Cantú Leal, subdirector de operaciones de Vigue Red Ambiental, recibió la “Escoba de Platino” en Madrid, España, por la construcción y puesta en marcha del nuevo relleno sanitario.
Seis años después, el miércoles 15 de junio de 2022, Horacio Guerra Marroquín, director general de Red Ambiental, vuelve a recibir el reconocimiento por una variante del servicio, aunque ahora acompañado por el alcalde Enrique Galindo Ceballos y una amplia comitiva de funcionarios municipales.
En 2016, la autoridad municipal no fue partícipe del reconocimiento porque éste se fraguó en una temporada en la que el entonces alcalde Ricardo Gallardo Juárez confrontó a Vigue y amenazó con cancelar la concesión para hacerse cargo del servicio.
Un contraste que muestra la forma en que los acercamientos de la empresa concesionaria de la recolección de la basura no pueden desligarse de algún interés por lograr las mejores condiciones a su favor en la relación con la autoridad… hasta en una situación de conflicto.
De por sí la firma del contrato de concesión el 6 de marzo de 2009 estuvo precedida por una serie de reclamos y sospechas de una licitación a modo para –en los hechos– realizar una asignación directa.
Una irregularidad que fue expuesta en un desplegado por cuatro empresas interesadas en participar en la licitación, que se dio en condiciones que sólo podría cumplir quien contara con información privilegiada… y esa fue Vigue Red Ambiental. Había una buena relación con el alcalde Jorge Lozano Armengol.
El conflicto con Gallardo Juárez en 2016 debió ser resuelto en tribunales.
Aquella “Escoba de Platino” no pudo ser ofrenda para congraciarse con el alcalde y negociar el cumplimiento de la cláusula Trigésima segunda del Contrato que vencía en septiembre de ese año y consistía en donar al ayuntamiento “los equipos adquiridos (camiones, recolectores. compactadores, camiones de transferencia etc.)”.
Si no fue por la vía de la ofrenda, la mala relación entre la empresa concesionaria y la autoridad en turno, con el incumplimiento de pagos y juicios de por medio, fueron el pretexto para que la trasferencia de equipos al ayuntamiento no se diera… o si se dio no se hiciera público en qué condiciones ocurrió.
Seis años después, la “Escoba de Platino” vuelve a aparecer, ahora con un alcalde adicto a la proyección de imagen y urgido de aparentar la mayor eficiencia, a quien la ofrenda presentada por Vigue Red Ambiental le vino como anillo al dedo.
¡Qué importa que en el evento al que acudieron a recibir el galardón se hayan entregado 75 escobas (21 de plata, 18 de oro y 36 de platino)! ¡Qué importa que San Luis Potosí aparezca en el último de la lista de la Categoría F! ¡Una “Escoba de Platino” es una “Escoba de Platino”!
¿Y por qué congraciarse con el alcalde con una “Escoba de Platino” como ofrenda? Quizá algo tenga que ver la cláusula Trigésima primera del contrato de concesión que dice:
“Extensión del término de la concesión. A petición formulado por “LA CONCESIONARIA” antes de la expiración del plazo de la concesión, el H. AYUNTAMIENTO DE SAN LUIS POTOSÍ” podrá prorrogarla con la autorización del Congreso del Estado de San Luis Potosí, hasta por un término igual por el que fue otorgada, siempre que subsistan las condiciones que motivaron su otorgamiento y haya cumplido “LA CONCESIONARIA” con todas las obligaciones impuestas”.
De acuerdo con la fecha de la firma del contrato, el término de la concesión ocurriría en marzo de 2024.
¡Qué mejor que una “Escoba de Platino” para comenzar a dejar constancia de que “la concesionaria” ha cumplido “con todas las obligaciones impuestas” desde 21 meses antes de que se venza la concesión!
Y como ese galardón se entrega cada dos años en condiciones que a nadie se le parece negar (Querétaro lo ha recibido ocho veces, este año incluido, y Aguascalientes seis), para junio de 2024 Galindo Ceballos podría volver a España por su segunda escoba después de haber prorrogado la concesión a Vigue Red Ambiental.