Entrevista: Andrés Manuel recibirá un país muy descompuesto

José de Jesús Ortiz

Ha sido uno de los principales referentes de la izquierda en San Luis Potosí, desde los lejanos años sesenta del siglo pasado cuando comenzó su participación en diversas luchas sociales contra el autoritarismo y asumió su convicción en la utopía revolucionaria que llegaría.  Alejado de la militancia de partidos desde hace más de una década, observa con optimismo el futuro que se vislumbra ya de que, por vez primera, un proyecto de izquierda ascienda al poder en México.

Maestro de múltiples generaciones de cuadros políticos formados en la izquierda, el profesor Carlos López Torres considera que parte de los ideales por los que luchó su generación se ven reflejados en el proyecto que encabeza Andrés Manuel López Obrador.  No es casual, dice, que en buena medida la izquierda que luchó por ampliar las libertades democráticas, incluso aquella que apostó por vías radicales para transformar al país, haya confluido ahora en dicho proyecto.

Sabe que el futuro que acecha no será fácil pues las fuerzas políticas desplazadas con el ascenso de la izquierda buscarán obstaculizar cualquier intento de cambio, por lo que advierte de la necesidad de articular procesos de participación democrática de diversos segmentos de la sociedad, que apoyen al posible gobierno de Obrador.

Profesor normalista en educación especial para niños, ya jubilado,  Carlos López es quizá una de las últimas figuras emblemáticas de aquella izquierda que buscó cambiar al país desde la utopía marxista y la fe en el hombre nuevo. Preso político en 1975, junto a Prisciliano Pérez, Julio Hernández López, Jesús Mejía Lira, Ricardo Moreno y otros-, acusado con vileza por el gobierno de Guillermo Fonseca de la detonación de diversos artefactos explosivos en el centro de la ciudad, afirma también que siempre ha sido optimista y no ha abandonado la esperanza de que este país cambie y se atienda a los más desprotegidos.

Su larga experiencia política la canaliza ahora al apoyo de maestros jubilados y sus problemas de pensiones así como en la atención de asuntos vecinales. Atrás quedaron aquellos años como dirigente del Partido Comunista Mexicano en la entidad (que sobrevivía en la semiclandestinidad) o su paso como diputado local por el extinto Partido Socialista Unificado de México (PSUM) y luego como parte central de aquella generación de la izquierda que apoyó a Cuauhtémoc Cárdenas y fundó el PRD.  A sus 77 años, dice que “es ya insostenible como está el país”. A unos días de la elección Presidencial, responde a diversas interrogantes.

─¿Ve en el proyecto que encabeza Andrés Manuel López Obrador un movimiento de izquierda?

─Más que como un proyecto de izquierda tradicional, lo veo cercano a un progresismo. Aquí el problema es qué tan democrático puede  ser el proyecto de López Obrador, entendiendo la democracia como la participación directa de la población organizada o no, llámese sindical, barrial, comunitaria, campesina. En México hay desde hace muchos años organizaciones sociales campesinas, indígenas, ciudadanas que podrían ser el soporte y enriquecer el proyecto de Andrés Manuel, de un país progresista. Si eso no se hace se tiene el gran riesgo de que si en el próximo sexenio no está Obrador como dirigente o alguien que lo suceda, se puede dar el retorno de las fuerzas que hoy serían desplazadas.

─¿Cómo en Chile con Salvador Allende o en Venezuela?

─Sí, hay muchos ejemplos de eso.

─¿Cree que el pensamiento de izquierda se siente identificado con el proyecto que plantea López Obrador?

─En parte sí. No es gratuito que buena parte de la izquierda, marxista o que se decía marxista o de proyectos revolucionarios, esté ahora participando en mayor o menor medida en el proyecto de López Obrador. Hay un consenso de apoyo entre las izquierdas de todo tipo, excepto aquellas más radicales,  armadas, que incluso estarían pensando qué van a hacer. Este proceso de cambio viene de atrás, donde hemos contribuido todos en mayor o menor medida, con un éxito relativo pero ahora con un proyecto que puede ser exitoso, aceptado por las grandes masas populares o por lo menos al menos las encuestas así lo dejan ver.

─¿La generación de 68 de la que usted es un referente local, vería como un triunfo la llegada de López Obrador al poder?

─Es una victoria que por primera vez tienen las fuerzas democráticas de izquierda. Que podemos tener porque todavía no se consuma, pero estamos ante la posibilidad de que se logren muchas cosas por las que luchamos desde ´68, incluso de la guerrilla que encabezaron Lucio Cabañas o Genaro Vázquez o quienes estuvimos en el Partido Comunista (PC), que buscábamos ese tipo de cambios democráticos.  Quienes venimos del PC en los últimos tiempos tuvimos grandes dificultades en el movimiento comunista internacional (especialmente con la Unión Soviética), pues veíamos ya un aparato burocrático que se había impuesto sobre la población, había devenido en un régimen burocrático. Todo eso nos llevó a confrontaciones en el movimiento comunista internacional, porque nosotros desde nuestra perspectiva en México identificábamos un poco al PRI con algunos partidos del llamado socialismo real en cuanto a formas de control, de corporativismo y chocábamos contra eso.  Por eso es que aquí combatíamos muy fuerte al PRI y luchábamos contra el corporativismo y la corrupción. Y López Obrador, de alguna manera su gran mérito ha sido poder recuperar todos esos anhelos de las diferentes fuerzas sociales, incluyéndonos a nosotros de la izquierda y los anhelos de la población en general que ha buscado la forma de apoyarlo. Nosotros quisiéramos que esto no deviniera en una frustración más, que es algo real.

─¿La frustración sería que todo este proceso quedara en un cambio fallido?

─Claro, un cambio fallido. Creo que si Andrés Manuel no logra la mayoría en el Congreso federal enfrentará todos los obstáculos del mundo. Pero también, si logra mayoría y no se transforma el Congreso en un poder independiente, democrático, verdaderamente representante de la sociedad, pues tampoco se habrá logrado mucho.

─¿Y el papel de los jóvenes?

─Ahora hay una juventud que es democrática, quizá no se autodenomina de izquierda ni es marxista, ni nada, pero es una juventud con deseos de cambio, a la mejor no tiene muy precisos los referentes ideológico pero sí apoyan un cambio.  

─¿De llegar a la Presidencia López Obrador recibirá un país muy descompuesto?

─Muy descompuesto, con fuerzas que van a agazaparse de momento pero que estarán buscando el momento oportuno para volver a aparecer porque no están dispuestas a perder el poder. Es un régimen que ha entrado en un proceso de descomposición, que no será fácil recomponerlo, será difícil. Por eso debe haber una actitud progresista y democrática que ponga en el centro la participación social para sacar adelante el país. Esto es perfectamente compatible con lo que Andrés Manuel está planteando. El país necesita de cambios profundos.

─¿Se siente optimista ante lo que viene?

─Siempre he sido optimista y esperanzador. Nunca he abandonado la esperanza de que este país cambie, de que nuestro entorno cambie y hasta donde he podido he puesto mi granito de arena. Ahora estamos más cerca de eso, estamos ante una posibilidad real de que, si se quiere gradualmente, se dé un proceso en el cual se operen cambios importantes que hagan de México algo mejor. Es insostenible ya como está el país.

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