Por Victoriano Martínez
Lo ocurrido en la sesión del Congreso del Estado de este miércoles no es novedoso, sino la confirmación de lo que se había previsto.
No por ello deja de ser lamentable, sobre todo porque la que era una sospecha de la inexistencia de la separación de poderes hoy exhibe los extremos de la humillación que pueden aceptar quienes integran el Poder Legislativo en su sumisión al Poder Ejecutivo.
Podrán decir: “pero si se le regresó la terna que propuso para el Fiscal Anticorrupción. No aceptamos el nombramiento de Felipe Aurelio Torres Zúñiga”. Fueron 15 de 27 los diputados que votaron por él. Se trata del mejor indicador de que intentaron la mayoría calificada que exige la Constitución, pero no la lograron.
Un intento que deja abierto el siguiente que, con un poco más de tiempo, se le cumplirá al Ejecutivo después de ese pequeño revés que, para el gobernador Juan Manuel Carreras López tiene utilidad en su timing para aplazar aún más su prometido en falso combate a la corrupción.
Y le cumplirán lo que enseguida disponga porque así lo demostraron dos dictámenes después en la misma sesión. A pesar de que el 30 de julio tampoco lograron la mayoría calificada para ratificar el nombramiento de Javier Delgado Sam como consejero de la Judicatura y el intento quedó a cinco votos de alcanzarla, bastaron 27 días para que le dieran buenas cuentas a su “señor gobernador”.
Con el resultado de la votación en el punto dos de la orden del día, los diputados intentaron cumplirle a Carreras López pero hubo un ligero gesto de vergüenza en una tercera parte de los integrantes de la Legislatura que será superable para el siguiente intento, como ocurrió en el punto cuarto, en el que lograron complacer a Carreras López con el nombramiento de Delgado Sam.
Tomados esos antecedentes, en realidad en la sesión de este miércoles los diputados le dijeron a Carreras López:
Señor Gobernador, puede Usted volver a mandar a Felipe Aurelio Torres Zúñiga como su propuesta para Fiscal Anticorrupción, bien sabe que acá jalamos, nomás no deje que sus operadores nos insistan con sus argumentos para no fallarle.
Es más, Señor Gobernador, nos puede enviar la terna con el nombre de Felipe Aurelio Torres Zúñiga tres veces, que a fin de cuentas cualquier otra propuesta que ponga de relleno… ¡ni la vemos!
Una actitud de sometimiento del Legislativo al Ejecutivo que muestra al menos cuatro condiciones perversas en la relación entre esos dos poderes que atentan contra la Constitución y las leyes que protestaron cumplir y hacer cumplir, que se traduce en una traición a su obligación de velar por los intereses de la sociedad.
En primer lugar, describe con claridad la forma en que anteponen el interés del grupo en el poder sobre el interés general, al privilegiar propuestas carentes de autonomía e independencia y claramente enfocadas a garantizar un séptimo año sin sobresaltos por cualquier tema que pudiera surgir en el que lo que buscan es la impunidad.
En segundo lugar, exhibe la forma en que los diputados renuncian a su carácter de representantes de la sociedad por privilegiar intereses propios, puestos al servicio de aquel ante quien deberían actuar como contrapeso, pero con quien tienden a buscar que sus decisiones les redunden algún beneficio personal.
Tercero, en más de una sesión plenaria y de comisiones lo han expuesto ellos mismos: algunos de los propios diputados y desde el Ejecutivo se ha recurrido a medios poco legítimos para inclinar las decisiones a favor de quien les marca la línea, sea directamente Carreras López o sus operadores, donde la segunda cabeza visible es Alejandro Leal Tovías, secretario de Gobierno.
Como consecuencia de las tres anteriores, el abismo entre representantes y representados provoca que la información que generan los primeros resulte poco confiable para los segundos. Tal divorcio entre el discurso y las acciones hace que la ciudadanía concluya un no nos representan, no como mero señalamiento, sino como efecto de sus actos, con todas las consecuencias que implican.
Más allá del sometimiento del Legislativo al Ejecutivo, la situación deja ver tal esquema de complicidades que también involucra al Poder Judicial, cuyos titulares llegan por la misma vía, de tal suerte que la ciudadanía difícilmente puede pedir cuentas a sus representantes porque se enfrenta a una red armada para que prevalezca la impunidad.
Lo ocurrido en la sesión del Congreso del Estado de este miércoles va mucho más allá de la disposición de un grupo de diputados dispuestos a una humillante sumisión al gobernador, con un daño inconmensurable para toda la sociedad.