Alejandro Rubín de Celis
En círculos políticos y redes sociales se hace referencia a una propuesta para que Xavier Nava Palacios y Leonel Serrato Sánchez se unan para hacer frente al candidato reeleccionista a la presidencia municipal de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Juárez. El tiempo oficial para hacer alianzas y coaliciones ya venció pero se puede concretar una alianza de facto.
No obstante, hay al menos dos factores que dificultan enormemente la posibilidad de que eso suceda mediante la declinación de uno en favor del otro. Por un lado están las diferencias que existen entre Xavier Nava y el PAN con los partidarios de Morena, especialmente con los navistas que militan en las filas del partido lopezobradorista. Por el otro están el tiempo y los procedimientos que habría que seguir para que uno de ellos dejara de aparecer en la boleta electoral.
Pocos lo saben pero hace unos ocho meses, Xavier Nava fue propuesto en una asamblea de Morena para que fuera el candidato de ese partido a la alcaldía de San Luis Potosí. Hubo acercamiento en lo local y en el ámbito nacional. Miembros de la dirigencia nacional y legisladores de Morena buscaron al hoy diputado federal con licencia y le hicieron la propuesta, pero él no la acepto. Testimonios de algunos personajes que conocen de estos hechos señalan que Xavier Nava rechazó la propuesta bajo el argumento de que ya tenía armado todo su proyecto y en él no estaba considerado ser candidato por Morena. Llegó a decir incluso que ese partido, lejos de ayudarle en sus aspiraciones, le restaría votos en la contienda.
Luego vino su registro como candidato independiente, al que dimitió para contender en la elección interna del PAN donde no tuvo ningún opositor fuerte para obtener finalmente la nominación.
En la coyuntura actual, hay irritación de un buen número de militantes de Morena en San Luis, particularmente de navistas, porque Xavier Nava se cobijó en un partido como el PAN cuyos dirigentes, por su inocultable pragmatismo, han pasado por encima de la militancia de ese partido y se han aliado con el PRD en la elección federal. También porque el ahora candidato de la alianza PAN-MC (Movimiento Ciudadano) apoyó la candidatura de Ricardo Gallardo Juárez en la campaña de 2015 a la alcaldía de la capital ─y de la cual se valió para ser diputado federal─, sabiendo la clase de gobernante que había sido en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez y cuya escuela siguió su hijo en el mismo cargo.
La parte que consideran más insalvable para una muy eventual alianza con Nava es que el PAN tiene como candidato a diputado federal a Ricardo Gallardo Cardona, ampliamente conocido por sus presuntos actos de corrupción ─documentados por la prensa y por la justicia federal─. ¿Cómo puede Xavier Nava hablar de honestidad en la función pública si los dirigentes y líderes del partido que lo postula no tienen calidad moral y tienen como candidato a un delincuente?, se preguntan los morenistas.
En Morena le apuestan a Leonel Serrato no sólo porque confían en su capacidad política y en sus cualidades oratorias, sino porque consideran que su candidatura se verá beneficiada con votos “en cascada” que le reportará el candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador. Varios de sus militantes estiman que Nava se ha desprestigiado al haberse aliado con un partido como el PAN y al apoyar a los Gallardo, y piensan que en todo caso es él quien debería renunciar, por dignidad política, como candidato de la coalición PAN-MC y apoyar, junto con sus seguidores, a Leonel Serrato.
El otro obstáculo para una alianza de facto tiene que ver con el tiempo, la impresión de las boletas y los procedimientos que habría que seguir para concretar una alianza sin confundir al electorado.
El PRD impugnó la candidatura de Xavier Nava ante el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (Ceepac) y el PAN hizo lo propio con Ricardo Gallardo Juárez. Ambos casos serán resueltos por el Tribunal Electoral del Estado y si uno o ambos de los quejosos no quedan conformes con la resolución, que es muy probable que así sea, se irán al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. El fallo de ambos tribunales puede tardar entre 15 y 20 días naturales contados a partir del pasado miércoles 25 de abril. Sin embargo, lo más seguro es que ninguna impugnación vaya a proceder.
Inmediatamente después de que los tribunales emitan su fallo y quede una resolución en firme para el caso del municipio de San Luis Potosí, el Ceepac mandará imprimir las boletas con los candidatos, alianzas y coaliciones que hayan sido validados. De manera que Leonel Serrato y Xavier Nava, junto con sus equipos de campaña y los partidos que los postulan tendrían poco tiempo para sentarse a negociar y acordar qué candidato renuncia en favor del otro, si es que hubiera la voluntad de hacerlo. Luego, el candidato que dimite y cada uno de los miembros de su planilla deben declinar personalmente ante el Ceepac ─el partido que los postula no tiene facultades legales para retirar las candidaturas─ y no registrar a nadie, para que el nombre o apodo del candidato, su fotografía y los logos de los partidos que lo postulan ─en el caso de Xavier Nava sería un sólo logo por los tres partidos porque es alianza y no coalición─ no aparezcan en la boleta. Eso implicaría, para el candidato que renuncia y su equipo realizar una amplia labor de información mediante la cual se avise a sus seguidores que deben apoyar al otro candidato con el que se llegó a un acuerdo.
Pero si la alianza se concretara ya con ambos candidatos en la boleta impresa, la labor de información sería más compleja pues habría que avisar a los simpatizantes del candidato que se retractó que deben votar por el otro candidato y además aclararles a ellos y a los electores en general que el voto en favor del aspirante que renunció no es válido y por lo tanto será anulado por el organismo electoral.
Lo cierto es que si no hay un acuerdo entre Xavier Nava y Leonel Serrato para que uno solo vaya como candidato a la alcaldía de San Luis Potosí con el apoyo del otro, se ve cuesta arriba que por separado alguno de ellos ─por más simpatizantes que tengan y por más votantes que logren convencer en campaña─ pueda vencer a la maquinaria de los Gallardo, construida a base de dádivas, mentiras y opacidad, aún cuando la figura de Ricardo Gallardo Juárez se haya desgastado de manera significativa con la difusión en medios locales y nacionales de las presumibles corruptelas y la riqueza inexplicable de él y de su familia.
El municipio de la capital no podrá ver un cambio profundo en favor de sus habitantes si estos candidatos surgidos del Navismo no se unen, con el enorme riesgo de que el que quede seguramente en tres años se postulará por la gubernatura del estado.