Alejandro Rubín de Celis
Tras meses de incertidumbre, violencia física, campañas blancas y negras y un bombardeo propagandístico incesante, estamos en la antesala de la que quizás sea la elección más importante en el estado de los últimos cinco lustros: la de presidente municipal de San Luis Potosí.
Lo es particularmente porque un personaje, que se ha dedicado a construir un cacicazgo en la ciudad de manera déspota, opaca, al margen de la ley y de espaldas a la ciudadanía (como es propia de un cacique), podría reelegirse y, si lo logra, podría hasta llegar a la gubernatura del estado con los funestos resultados que ya nos podemos imaginar.
Cada uno de los candidatos a la alcaldía de la capital dice tener sus propias encuestas que los colocan a la cabeza o si acaso en un segundo lugar con posibilidades reales de obtener la victoria. Pero también hay encuestas serias como las publicadas por Astrolabio Diario Digital (cuya metodología fue aprobada por el Consejo Estatal Electoral), que en su última medición ponen a Ricardo Gallardo Juárez muy por encima de sus oponentes. Sin embargo, hay una serie de factores que las encuestas no pueden controlar (particularmente por las características autoritarias y amenazantes de la administración municipal en turno) que pueden influir para que alguno de los candidatos opositores pueda vencer al presidente municipal con licencia.
Hay un voto oculto de ciudadanos que al ser encuestados dicen que votarán por Gallardo, por temor a represalias, pero que ya en la mampara votarán por otro candidato. También están los que reconocen que podrían cambiar su decisión de por quién votarán finalmente el próximo domingo. En la encuesta de Astrolabio el 31.5 por ciento así lo manifiesta.
Otro elemento es el índice de participación ciudadana en la votación. Es posible que por la efervescencia de la elección presidencial y hasta de la local, acuda a las urnas más de un 50 por ciento de los ciudadanos inscritos en el padrón. En la medición que esta casa editorial publicó el martes pasado, el 60 por ciento de los entrevistados dice que definitivamente votará el próximo domingo, y un 14.8 por ciento señala que es muy probable que lo haga. Si al menos llegáramos al 70 por ciento, ese índice de votación podría contribuir a darle el gane a un candidato opositor.
Está por supuesto el voto útil para que los electores que tengan preferencia por un candidato que no tiene posibilidades de triunfo, se vayan con el que está posicionado en segundo lugar, que en este caso sería el candidato de la coalición PAN-MC, Xavier Nava. No obstante, el candidato de la alianza Morena-PES-PT, Leonel Serrato y su equipo de campaña le apuesta a un voto en cascada derivado del arrastre del candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, y a la influencia de alguno de los otros factores descritos, como el voto oculto.
Los que sí no tienen posibilidad alguna de vencer a Gallardo son Cecilia González, de la coalición PRI-Panal-PCP, y Alejandro García, candidato por el PVEM.
Es de la mayor relevancia que aquellos ciudadanos y ciudadanas que han sido presa de la dádiva, de la promesa de apoyos sociales, de más y mejores servicios públicos y obras de infraestructura en sus colonias, miren a su alrededor y reconozcan cómo la ciudad está peor que cuando Gallardo asumió la presidencia municipal; que admitan, porque así lo ha documentado ampliamente la prensa, que este personaje es un violador de la Constitución y las leyes que ha hecho negocios al amparo del poder y que ha ocultado o alterado información para evitar que la ciudadanía se percate de la manera como maneja la hacienda municipal; que revisen cómo se han incrementado los índices de delincuencia en la ciudad en todas su formas mientras el ahora magnate inmobiliario se ha dedicado a entregar despensas, garrafones y tortillas y a organizar magnos eventos con cargo al erario con el fin de distraer a la población sobre la insensible e indolente forma como ha administrado la ciudad.
Es indispensable votar por otra opción con la esperanza de que las cosas mejoren y no hacerlo por un político que ha dado amplias muestras de aprovecharse de su cargo para beneficio personal y del grupo que lo apoya.
Hay que evitar a toda costa, pero en forma pacífica, la permanencia de un gobierno opaco, soberbio y prepotente en la ciudad de San Luis Potosí.
“A río revuelto…”: temores y sospechas en comisiones distritales del INE
En comisiones distritales del INE en San Luis Potosí hay un ambiente de inconformidad por una cadena de errores y omisiones atribuibles a altas esferas de ese organismo a nivel nacional, que se han registrado durante el proceso electoral y que podrían entorpecer la jornada del próximo domingo con el riesgo de que, en medio de un eventual caos, haya quién o quiénes puedan sacar provecho de la situación.
Una de las quejas más sentidas se refiere a la mala calidad de los dispositivos móviles que se proporcionaron a los supervisores y capacitadores electorales (que entre otras deficiencias se descargan rápidamente) pero sobre todo a las fallas que presentan las aplicaciones digitales que utilizan para cada fase del proceso, en particular para los simulacros del día de la elección en los que las dificultades operativas y la lentitud para enviar información a los centros de recepción provocaron retrasos importantes en las distintas etapas que se deben cubrir (instalación de las casillas, inicio y desarrollo de las votaciones, incidentes, reporte de resultados etc.), y se preguntan qué va a pasar si fallan los teléfonos y las aplicaciones durante la jornada electoral del domingo. Temen que el sistema de recepción de datos se pueda saturar o hasta “caer”.
Hay molestia porque, aun cuando se han enterado de que las boletas electorales cuentan con varios candados, ni al personal de las comisiones ni a los funcionarios de casilla se les ha explicado cuáles son éstos y cómo pueden ser identificados para evitar un fraude con las papeletas.
Hay insatisfacción al interior de las comisiones distritales por la poca transparencia con la que fueron seleccionados los funcionarios de casilla, pues nadie les explicó cuál fue la metodología que se usó para escogerlos y dudan de si realmente fue o no bajo un sistema aleatorio. También hay inconformidad porque, pese al gran esfuerzo que han hecho los capacitadores y las descortesías que padecieron de parte de ciudadanos, las autoridades electorales los tachan de flojos y les achacan la mayor parte de los errores que se han cometido durante el proceso.
Generó sospechas que el domingo 17 de junio, día que llegaron en tráileres los paquetes electorales a San Luis Potosí procedentes de la Ciudad de México, custodiados por elementos del Ejército, tuvieron un retraso de entre 5 y 6 horas respecto de la hora programada, y porque hubo dos versiones sobre la demora: una, que se equivocaron de ruta y, la otra, que los paquetes habían llegado primero a las instalaciones de la Fenapo. El caso es que no hubo ninguna explicación oficial sobre el retraso. Tampoco agradó que desde oficinas centrales del INE les impusieran la revisión de paquetes electorales de dos casillas que se instalarán en San Luis Potosí, como mecanismo de supervisión, y que no hubieran podido decidir el procedimiento a nivel local.
Aparentemente, las fallas no se generan en San Luis Potosí sino que son el resultado de decisiones tomadas desde el Consejo General del INE (muy cuestionado por su presunta parcialidad a favor del PRI) y de otras instancias de la estructura central de ese organismo electoral.
El temor es que la cadena de errores y omisiones que se han registrado (los descritos aquí son sólo una parte) deriven en una situación caótica el próximo domingo, especialmente el asunto de las aplicaciones y los teléfonos móviles, porque si fallan pueden entorpecer el flujo de información y con ello generar desorden y zozobra, con el riesgo de que haya quienes quieran aprovecharse de la situación para favorecer a algún candidato en particular.
Los comisionados distritales, supervisores y capacitadores del INE; los funcionarios de casilla y la sociedad en su conjunto deben estar muy atentos para que ante un eventual “río revuelto”, no haya “ganancia de pescadores” corruptos, de los que por cierto tenemos muchos.