Cleveland, Estados Unidos (19 de julio de 2016).- El desacuerdo de algunos republicanos con la nominación presidencial de Donald Trump hizo erupción ayer, cuando la mayoría se vio obligada a maniobrar e imponerse a gritos sobre delegados rebeldes.
La “rebelión” fue transmitida en directo por al menos dos cadenas de televisión y puso de manifiesto los problemas del Partido Republicano, comprometido por ausencias y choques entre partidarios del empresario y prominentes republicanos opuestos a su candidatura.
La delegación de Colorado abandonó la sala en protesta por la maniobra en la que el presidente de la asamblea, el diputado Steve Womack, aunque apoyado por una mayoría de los asistentes, aplastó la propuesta.
Los opositores, parte del movimiento informal “Nunca Trump”, pedían una votación por lista, menos para descarrilar la ya segura candidatura del empresario que para expresar su descontento y evidenciar su desacuerdo. Pero Womack informó que los proponentes no tenían el apoyo requerido por las reglas.
El anuncio provocó gritos y cánticos de “lista, lista”, “voto, voto”, toda vez que, de acuerdo con el senador de Utah, Mike Lee, habían reunido la adhesión de delegados de al menos nueve estados como demanda la regla.
Womack pidió un voto grupal de “si” o “no” y declaró que los partidarios de Trump, que deseaban mantener la regla eran los ganadores. Eso provocó coros de “queremos a Trump”.
La propuesta buscaba eliminar reglas que obligan a los delegados a votar según los resultados de las elecciones primarias en sus estados.
Pero era sobre todo una expresión de descontento condenada de antemano tanto porque el aspirante tiene los delegados necesarios para asegurar la candidatura como porque no hay otro a la vista.
Contra opositores.
El espectáculo fue el colofón de un día en el que las fisuras republicanas habían sido evidenciadas por señalamientos públicos.
El expresidente de la Cámara baja, Newt Gingrich, convertido en uno de los principales voceros del aspirante, y el jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, atacaron ayer a personajes del partido que han expresado sus dudas y aun su oposición, como John Kasich, gobernador de Ohio, los expresidentes George H. W. Bush y George W. Bush, o el excandidato presidencial Mitt Romney.
Los Bush “se comportan de forma infantil”, dijo Gingrich al referirse a la derrota de Jeb Bush en su intento por ser el candidato presidencial.
Para algunos, la candidatura de Trump fuera de los canales tradicionales del partido y aún en oposición a ellos, es el inicio de una nueva realidad en el Partido Republicano.
Otros piensan distinto. “No creo que esta elección sea el comienzo de una nueva era, sino más bien la culminación de un proceso que ha ocurrido por un largo tiempo”, dijo John Green, director del Instituto Ray Bliss sobre Política Aplicada de la Universidad de Akron.
Recordó que los líderes republicanos no estuvieron entre los partidarios de Trump, al menos de principio, tanto como expresión de preocupación por la dirección del partido bajo Trump como por la posibilidad de pérdidas electorales.
Se lanzan contra migrantes y Clinton.
Para muchos republicanos, la seguridad de Estados Unidos pasa por combatir a los inmigrantes indocumentados y, por supuesto, evitar la elección de Hillary Rodham Clinton.
Ésos fueron, al menos, los ejes de la mayoría de las intervenciones que la noche de ayer abrieron la Convención Nacional Republicana de 2016 bajo el lema general “Hacer seguro a Estados Unidos”.
Melania Knaus, actual esposa del virtual candidato presidencial republicano Donald Trump, fue la “estrella” del evento. Trump viajó a Cleveland sólo para presentar a la exmodelo, que se esperaba aludiera tanto a su condición de inmigrante de origen esloveno, como al carácter de su esposo.
La lista de oradores incluyó al exgobernador de Texas, Rick Perry –que se ha expresado en favor de una “pared virtual” en la frontera con México–, y varios “activistas por la reforma migratoria” que favorecen el endurecimiento de leyes.
Entre los principales oradores contra los indocumentados estuvieron Kent Terry y Kelly Terry-Willis (The Brian Terry Foundation), padres del agente de la Patrulla Fronteriza muerto en diciembre de 2010 cerca de la frontera con México, por narcotraficantes que usaron armas obtenidas de Estados Unidos a través de la Operación Rápido y Furioso, un fracasado plan policiaco.
También Mary Ann Mendoza, Sabine Durden, y Jamiel Shaw, que comparten el haber tenido familiares muertos en accidentes o asesinados por inmigrantes indocumentados.
Otros incluyeron exiliares o familiares de militares muertos en Afganistán o Irak, así como por veteranos del ataque contra el consulado estadunidense en Bengasi, donde perdió la vida el embajador Christopher Stevens, el 11 de septiembre de 2012. Clinton, entonces secretaria de Estado, fue responsabilizada de los fallos.
La cuestión de Bengasi llevó a descubrir que Clinton había violado reglamentos de seguridad al utilizar un “servidor” personal en vez del equipo del Departamento de Estado.
Temen enfrentamientos en las calles de Cleveland.
Esta ciudad estaba dominada desde ayer por la tensión, ante la posibilidad de violencia entre partidarios y opositores del empresario Donald Trump, que el próximo jueves será coronado aquí como candidato presidencial republicano.
Pero mientras el jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, afirmaba que eventuales desórdenes alrededor de la Convención Nacional Republicana “probablemente beneficiarán” a su candidato, la policía de Cleveland reportó que no veía amenazas reales contra sus agentes o contra el evento que comenzó ayer.
De hecho, la presencia policial es abrumadora. De acuerdo con reportes previos a la convención, la policía de Cleveland reclutó “ayuda temporal” en el resto del país para elevar sus efectivos de mil 500 a cuatro mil.
Hay además respaldo de otros departamentos.
“Gendarmes de grandes ciudades, agentes de sheriffs municipales, gendarmes del Estado, policías de pueblos pequeños, agentes de un alfabeto de agencias federales… Uno pensaría que ésta fuera una convención nacional de policías en vez del Partido Republicano”, dijo Dave Yost, auditor del estado de Ohio.
La atención policial está sobre todo en los grupos contra Trump, que ya desde el domingo iniciaron sus actividades contra el aspirante, aunque también anotan a los grupos pro-Trump, que incluyen motociclistas y organizaciones afiliadas a la Asociación Nacional del Rifle, que defienden y aprovechan el derecho a usar armas en forma abierta.
La posibilidad de actos de violencia, como los recientes ataques contra policías en Dallas y Baton Rouge, no ayudan, en todo caso.
Steve Loomis, que preside la Asociación de Patrulleros de Policía de Cleveland, pidió al gobierno de Ohio que suspenda temporalmente el derecho a portar armas, alrededor de la zona de la convención, por la duración del evento.
Un portavoz del gobernador John Kasich rechazó la demanda y precisó que no tiene el poder constitucional para hacerlo.
Y al tiempo que la convención abría sus procedimientos formales, en el parque fuera del perímetro de seguridad se iniciaban por un lado las manifestaciones callejeras de una amplia coalición contra Trump y al otro extremo el desfile de “motociclistas por Trump”.
Manafort, en todo caso, señaló que el desorden urbano beneficia a Trump, porque en su opinión demuestra el fracaso de las políticas del presidente Barack Obama.
Miden referencias electorales cada día en California.
La Universidad del Sur de California y el rotativo Los Angeles Times iniciaron un sondeo diario sobre las elecciones presidenciales de noviembre próximo.
El “sondeo al amanecer” se actualiza al filo de la media noche todos los días e incluye respuestas de unos tres mil participantes. Cada día, la Universidad integra respuestas de unas 450 personas.
Ayer, por ejemplo, el republicano Donald Trump aventajó a la demócrata Hillary Clinton en la encuesta, pero por sólo 7 décimas de punto. Trump tiene 42.9% y Clinton 42.2% de las simpatías.
Hace una semana el republicano tenía 43.5% y la demócrata 40.2%, pero la universidad privada de Pasadena estimó que se trataba de un empate porque la consulta tiene un margen de error de tres por ciento.
El mismo criterio aplica para toda la semana pasada, aunque en gráfica todos los días Trump aventajó por un promedio de 2% a Clinton.
En resultados consolidados, 51% de los electores latinos apoya a Clinton, pero ahora 30% respalda a Trump.
Los negros, con 77%, son quienes más simpatizan entre grupos étnicos con Hillary Clinton; a Trump le apoya sólo 3% de los negros. La mayoría de los seguidores de Trump son
blancos.
La educación de los electores también tiene resultados determinantes en esta elección. El 53% de los votantes con estudios de universidad o equivalente apoya a Clinton, mientras que 24% respalda a Trump. Entre quienes ya se graduaron o recibieron, 42% va con la demócrata y 40% con el republicano.
Ésta ha sido la primera semana del proyecto. Quienes deseen consultar el “sondeo al amanecer” pueden ingresar en la red mundial al portal de la USC, al micro sitio Dornsife. La dirección es www.dornsife.usc.edu.
Es la primera encuesta permanente desde California sobre la elección.
En California en particular la tendencia es a favor de Clinton por un margen de dos a uno.
De hecho la candidatura del empresario Donald Trump motiva a más electores californianos a registrarse como demócratas o como independientes que han establecido que esta vez votarán como demócratas en la elección.