Por Eduardo Delgado
Un ex trabajador del Ayuntamiento capitalino que reclama, como cientos de compañeros, el cese injustificado de parte de la administración “gallardista”, resumió ante la presidenta del Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje (TECA), Rosa de Guadalupe Gamboa Cervantes: “Estamos contra una mafia organizada”, ilustró.
Los afectados se quejaron de la “desaparición” de expedientes, del constante aplazamiento de audiencias, del cambio de mesas al contentillo de representantes legales o testigos del Ayuntamiento y hasta de lo “enfermizo” de Gildardo Castañeda Moreno, Coordinador de Recursos Humanos.
El jueves al medio día la titular del tribunal recibió en su oficina a una parte de cientos de empleados despedidos en lo que va de la administración del alcalde perredista, Ricardo Gallardo Juárez. Uno garantizó que no desistirán a pesar de enfrentarse a “una mafia organizada”.
Rosa de Guadalupe justificó la dilación por diversas razones. La maestra Rosa María “Rosy” Martínez Rocha, quien “renunció” en abril de 2016 luego de 22 años de servicio, expuso: “Yo ya tengo año y medio… esta es la tercera vez que me suspenden la audiencia”.
Su abogado, explicó la docente, pidió “hace más de un año” una prueba grafoscópica para confirmar la falsificación de su firma sin embargo a la fecha “no la han programado”.
La docente dijo sumar tres audiencias suspendidas. En la primera debía presentarse Gildardo pero se aplazó porque este se reportó enfermo y justificó su ausencia con una receta médica.
Ante todo tipo de argucias uno de los afectados aseveró: “No nos vamos a quedar cruzados de brazos, porque a través de la intimidación y la amenaza nos despojaron de los más sagrado que era nuestro empleo y está muy claro el propósito del Ayuntamiento…alargar los procesos”.
La presidenta, acompañada por el Secretario de Acuerdos, Arturo Pérez Martínez, los conminó a documentar todos los actos en su perjuicio.
Respecto del cargo de la presidenta del TECA como síndico en Soledad en el trienio 2009-2012, presidido por el ahora alcalde capitalino Ricardo Gallardo Juárez, el ex empleado le remarcó: “Usted conoce al licenciado Gallardo”.
“Por supuesto que lo conozco y no le puedo platicar más porque es un tema que ya quedo… (Inaudible). Yo sé muchas cosas que dice usted, a lo mejor pueden ser subjetivas o pueden ser personales, (pero) desafortunadamente al traerlas aquí, al tema netamente jurisdiccional, todo eso queda fuera”, respondió ella.
También les dijo comprender “la desconfianza que pueden tener por mi antecedente”, pero “si tenemos nada más eso en la cabeza hay que investigar un poquito más el cómo fue mi llegada allá”, dijo en alusión a su encargo en Soledad.
Les precisó que ella no resuelve sola y que además los laudos laborales en esa instancia no son definitivos. Además de que en cada resolución, a favor o en contra del trabajador, “depende mucho de la pericia y capacidad” de sus abogados.
Otra ex empleada le expuso “hemos visto” que personal del tribunal “no se conduce con ética”, porque en una audiencia “me tocaba en la Sala dos…entra Belmarez del Ayuntamiento…la cambia a la uno…lo tratan (de manera) especial”, porque se le empalmó otra audiencia a la misma hora.
Su abogado se opuso “pero la señorita se lo permitió”, con el argumento de que “pidió permiso “arriba” y se lo concedieron”. “Nos bajaron al primer piso y él estaba en las dos salas…tranquilamente”.
Sobre lo “enfermizo” de “Gil”, como los afectados conocen a Gildardo Castañeda, expusieron que de revisarse los expedientes se confirmaría que “hoy se enfermó, mañana y pasado mañana también…se la vive enfermo. Ya hubieran corrido en el Ayuntamiento”.
Rosa de Guadalupe reiteró que el representante legal es fundamental porque en ese caso debió pedir la certificación de que Gildardo se presentó en una sala y simultáneamente en otra se reportó enfermo.
Así como hay abogados “muy buenos”, expuso, “hay homólogos muy irresponsables, descuidados, poco profesionales, (para los) que lejos de admitir un error…lo más fácil es decir el tribunal”.
Otra afectada se quejó porque un día “desapareció” su expediente: “Un día mi abogado y yo venimos y solicitamos el expediente…no apareció, ni en un lado ni el archivo, en ningún lado”.
“Se echaron la bolita y nos mandaron de lado a lado, se lo juro, subí, baje, fui y vine”, acotó.
Ante todo ello, la presidenta del TECA se comprometió a verificar cada uno de los expedientes de los afectados, para corregir y, en su caso, sancionar las inconsistencias atribuibles al personal a su cargo.