Estela Ambriz Delgado
A través del proyecto “Foresta vivero” de estudiantes de bachillerato del Colegio Internacional Terranova, reforestan y contribuyen a la preservación de plantas endémicas del Área Natural Protegida Sierra de San Miguelito, por lo que fueron elegidos ganadores de entre 1800 participantes de 80 países, en el concurso “Slingshot challenge – Videos for change” de National Geographic.
Los jóvenes de entre 16 y 17 años, Regina Gutiérrez, Jonathan Alejandro Morales, María Fernanda Rodríguez, Luis Diego Solís y Raquel Andrea Vargas participaron en la convocatoria de videos de un minuto sobre ideas para contribuir a solucionar los problemas ambientales del planeta, con este proyecto que inició como una inquietud y preocupación de anteriores generaciones de estudiantes, por ayudar a regenerar la Sierra de San Miguelito, tras el más grande y devastador incendio forestal que sufriera en mayo de 2019.
Regina Gutiérrez comentó que Foresta se pensó como una idea que fuera alcanzable, con poco presupuesto y materiales, pero con la intención de apoyar la restauración ambiental del lugar y contribuir al beneficio de toda la población, pues con ello se disminuye la concentración de CO2 y esto permite que se tenga un medio ambiente y oxígeno mucho más limpio.
Raquel Andrea Vargas explicó que desde agosto de 2022 el grupo de estudiantes ha estado realizando excursiones a la Sierra de San Miguelito para recolectar semillas de especies nativas como sotol, pingüica, chapuixtle, encino, pino, flores y pastos locales, y con ellas reproducir las plantas usando materiales en su mayoría reciclados. De igual forma estas se utilizan en la elaboración de bombas de semilla que son lanzadas a los lugares de más difícil acceso.
“Para elaborar las bombas de semilla colocamos tierra en relación tres a uno con agua, revolvemos con maleza para darle una consistencia fibrosa, le ponemos las semillas de los árboles y plantas que hemos ido recolectando en las expediciones y las dejamos secar al sol, y quedan listas para que al contacto con agua empiecen a hacer su trabajo”, explicó Diego Solís.
Ante la dificultad de acceder a las áreas afectadas y con el fin de no exponerse a algún peligro, los jóvenes elaboraron con materiales reciclados artefactos para lanzar las bombas de semillas, con un palo de madera y una botella de plástico cortada por la mitad, con la que han desarrollado la mejor técnica para lanzar lo más lejos posible.
Además, los alumnos han un elaborado un jardín de polinizadores, esquejes, germinador, macetas de botellas recicladas, los cajones son reutilizados, todo ello mediante la guía del profesor Jaime Cabrera Hernández, y la asesoría del agroecólogo Pedro Nájera Quezada, quienes orientaron a los jóvenes para que desarrollaran su proyecto de manera correcta e informada, ya que plantar cualquier especie puede ser contraproducente.
Regina Gutiérrez consideró que aunque el proceso de ir a la Sierra de San Miguelito es pesado y debe ser muy cuidadoso, pues caminan alrededor de 18 kilómetros de terreno rocoso y con mucha vegetación, es una labor importante para preservar los ecosistemas y difundir la importancia de colaborar para ello.
“De pronto resulta complicado, pero sin duda es un trabajo que se tiene que hacer para apoyar con el medio ambiente, es importante motivar a las personas para que en su día a día sean consientes de la huella ambiental que dejan y cambiar algunas acciones”.
Con el reconocimiento obtenido esperan se dé mayor difusión a este tipo de proyectos, tanto para dar a conocer la importancia del Área Natural Protegida Sierra de San Miguelito, así como influir tanto en las próximas generaciones de su institución educativa, como a la población en general, para que se sumen y contribuyan a conservar sus ecosistemas.